Cada año miles de personas festejan el solsticio de verano, y con él el día de San Juan, una fiesta que se celebra en numerosos lugares de la geografía española, en la que la noche y el fuego son los protagonistas.
El día de San Juan es una festividad muy popular en varios municipios de Gran Canaria, entre los que destaca la ciudad de Telde. Este enclave del suroeste de la Isla tiene la peculiaridad de haber sido fundado dos veces. La festividad de San Juan Bautista, patrón de la ciudad desde 1483, está ligada a su segunda fundación.
Cuando el 29 de abril de 1483 Gran Canaria pasó a formar parte de la Corona de Castilla, el gobernador de Canarias ordenó a la Real Hermandad de Caballeros de Andalucía fundar una ciudad. Así, Cristóbal García del Castillo, natural de Moguer, fundó Telde y la Iglesia de San Juan Bautista, en honor a las tropas castellanas que habían llegado por primera vez a la costa de Santa Catalina un día de San Juan cinco años antes.
Desde entonces, las fiestas de San Juan han formado parte de la tradición teldense, y se han continuado celebrando, pese a los contratiempos, desde 1483 hasta la actualidad. Tan sólo hubo un año, 1851, en la que la fiesta no se festejó en la calle, con el fin de que no se propagara el cólera morbo que había azotado a la ciudad. Hasta los años 50 la fiesta duraba un día o dos y contaba con actos como el pregón, en el que se anunciaba el inicio de la festividad con una caracola por las calles; la feria de ganado, los juegos infantiles y juveniles, las carreras de caballo, la misa solemne o la procesión que se hacía al mediodía, algo que este año se recupera. A finales del siglo XIX, se incorporó el concierto de la Banda Municipal, también destacan las verbenas en la alameda de San Juan, la “estallada de voladores” y por supuesto, las hogueras que forman parte de la fiesta desde el siglo XVI. Además, se realizaban actos culturales como exposiciones de pintura, escultura y conferencias impartidas por personajes de la talla de los poetas Saulo Torón y Fernando González; el filósofo Aranguren o el catedrático de la Universidad Complutense y director de la Real Academia de Historia, Antonio Rumeu de Armas. No obstante, la Ciudad de las Brujas ha tenido dos tradiciones sanjuaneras muy peculiares. El apagado santo de las hogueras, era un rito en el que los esclavos negros y moriscos se ponían en las piernas conchas y cascabeles, empezaban a bailar y a saltar sobre las hogueras cuando ya sólo quedaban cenizas y las apagaban, con la intención de agradecer algo al santo. También era muy típico “correr los papahuevos”, tradición en la que los gigantes o cabezudos salían desde Los Llanos (actual San Gregorio) hasta San Juan rodeados de niños.
Las fiestas de 1968 significaron un antes y un después para el municipio, porque se produjo la primera muestra de comercio e industria de Telde, que supuso la primera gran muestra industrial de Gran Canaria.
“Las fiestas de San Juan han ganado en canariedad”
Antonio González Padrón, cronista oficial de Telde, comenta que en los últimos años la festividad se extendió a 20 días añadiéndole actividades deportivas, verbenas, muestras de coches antiguos, etc. destacando especialmente la romería, un acto que “no era tradicional de Telde”incorporado en los 80 y que cada vez gana más popularidad. Pese a que por los efectos de la crisis las fiestas se han reducido a una semana, y ya no se ve en las ferias, atracciones, etc. la cantidad gente que había entre los 60 y los 90, en los que cada tarde se acercaban unas 5.000 personas, se continúan haciendo competiciones deportivas, la gran hoguera del Ayuntamiento junto al puente de los siete ojos y las elaboradas por los vecinos en diferentes barrios. También, se ha mejorado en los recorridos literarios con la Escuela Lírica de Telde y sobre todo, destaca el auge de la romería, razón por lo que el cronista concluye que “las fiestas de San Juan han ganado en canariedad”.
El día de San Juan más allá de la crisis sigue siendo un referente en la tradición cultural de Canarias, al que muchas personas esperan cada año con ilusión y que constituye parte dela piedra angular de la cultura de la Ciudad de las Faycanes.
El Santo
El actual San Juan Bautista es una talla de madera realizada por el orotavense Fernando Estévez, uno de los alumnos favoritos del gran escultor Luján Pérez. La figura partió desde el Puerto de la Cruz hasta Sardina de Gáldar y llegó a Telde transportada por animales. Además de ésta, hay otra escultura muy conocida que se conserva en la capilla del cementerio de San Juan, y una segunda que se vendió a la parroquia de Tenoya. También se contempla la posibilidad de que existiera otra anterior a la actual, encargada a Luján Pérez, pero debido a la deuda de Telde con el escultor porque no se le pagó un Cristo atado a la columna, que actualmente está en la Basílica de Teror; no se sabe, si finalmente realizó la escultura y se la dio a otra parroquia o que simplemente nunca la llegó a realizar.