La consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, se reunió este viernes con los rectores de las universidades canarias y los decanos de Ciencias Médicas y de la Salud de ambas facultades, para acordar sistemas vinculantes a la administración que palien la falta de personal médico en los centros de salud canarios.
Roldós examinó las circunstancias del actual déficit de médicos en las Islas, achacando la situación al aumento de la población y a la disminución de la llegada de doctores de la Península. Para la consejera, “este asunto se va a dejar atrás porque nos encontramos en un momento histórico, ya que las universidades y el Gobierno hemos llegado a un acuerdo para encauzar el problema”.
Por un lado, las universidades progresivamente aumentarán el número de plazas en las facultades de medicina, lo que supondrá una bajada de la nota de corte. En la actualidad la facultad de La Laguna, en Tenerife, dispone de 120 plazas de primer curso; la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria tenía 53, este año ha subido a 80 y espera subir el número de plaza el año que viene.
Otras medidas acordadas en el encuentro pasan por crear en la isla de Fuerteventura diplomaturas sobre la salud, favorecer la entrada en la universidad de más profesores, para hacer frente al aumento de alumnos y preparar las infraestructuras necesarias en los hospitales universitarios de las Islas, “estos centros tienen tres pilares fundamentales, la asistencia, la investigación y la docencia, reforzaremos esta última”, detalló Eduardo Doménech, decano de la Universidad de La Laguna.
Desde las instituciones universitarias y gubernamentales también se quiere afrontar el problema reciclando a los doctores extranjeros, que tardan años en homologar su titulación, “con unos cursos especiales los extranjeros homologarán más rápidamente su titulación, no queremos frustrar las vocaciones sanitarias de nadie”, puntualizó la consejera.
Tanto los representantes de la universidad como la consejera reconocen que el mayor número de doctores licenciados en Canarias tardará en hacerse notar, “ya que la carrera tarda en cursase, en el mejor de los casos, entre 10 y 11 años”, explicó Roldós, “por lo que mientras, reforzaremos a los postgrado con cursos enfocados a la medicina general y familiar, que sigue sin resultar atractivo para los licenciados; sin embargo, hacen mucha falta”, concluyó.
“Todas estas medidas”, aseguró Roldós, “en ningún caso, dejarán de lado la calidad, quiero oír a los ciudadanos de fuera decir: Yo me voy a Canarias porque allí se forman los mejores”. Esta es una “apuesta fuerte”, añadió José Regidor, decano de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, “buscaremos convenios con universidades de la península y del extranjero”, aclaró.