La población canaria va a tener que acostumbrarse a las microalgas, que cada vez serán más frecuentes por el calentamiento global y sobre las que no hay evidencia científica de que estén relacionadas con aguas residuales, pues son un fenómeno oceánico que desaparece cuando cambian las condiciones meteorológicas.
Estas precisiones sobre las características del afloramiento de microalgas o cianobacterias que se registra en el litoral canario desde el 24 de junio fueron facilitadas este miércoles en rueda de prensa por los directores generales de Salud Pública, José Juan Alemán, y de Protección de la Naturaleza, Jesús María Armas, y el primero indicó que existe una percepción del riesgo sobre este asunto “desproporcionada y que carece de fundamento”.
José Juan Alemán manifestó que se han introducido elementos confusos en el debate de esta circunstancia que han provocado una percepción de riesgo que no se justifica ante la realidad y, entre otros extremos, precisó que no hay relación entre las cianobacterias y el brote de hepatitis A que se registra también en otras comunidades autónomas y el resto de Europa.
Al respecto, detalló que este brote se detectó en Canarias en enero de este año y se debe a un aumento de contagio de este tipo de hepatitis por transmisión sexual de hombres que practican sexo con hombres, y la posibilidad de adquirir esta enfermedad por un baño en el mar es “remota” a no ser que alguien se sumerja en el Ganges.
Las consejerías de Sanidad y de Política Territorial han trabajado “en estrecha coordinación” desde que el 24 de junio la Viceconsejería de Medio Ambiente informó de la aparición de un afloramiento en alta mar de lo que se identificó como bacteria Trichodesmium erythraeum, y que podía acercarse a la costa.
Esa misma tarde se avisó desde el Centro de Coordinación de Emergencias y Salvamento 112 a los ayuntamientos para que tuvieran conocimiento de que el brote podía acercarse al día siguiente a algún lugar costero, dijo el director general de Salud Pública.
Se trata de un afloramiento masivo o bloom de la citada especie de cianobacteria -capaz de realizar la fotosíntesis- y es un fenómeno natural en el ecosistema marino que se produce cuando coinciden varios factores: el aumento en la temperatura del mar, en este caso de medio grado centígrado, la calma marina, que produce una estratificación, la irradiación solar y el aporte de nutrientes que proporciona la calima o polvo sahariano.
En un afloramiento las cianobacterias se presentan en grandes masas flotantes en el agua, de color pardo/marrón verdoso, de aspecto oleoso, formando natas y ocasionalmente espumas, que por su aspecto se pueden confundir con aguas residuales.
Pueden producir un cuadro de irritación leve con dermatitis por contacto y por ello Salud Pública recomienda no bañarse en un lugar de afloramiento, pero sí puede hacerse en otra zona del mismo litoral en la que no hayan cianobacterias.
El director general de Salud Pública indicó que el sistema sanitario de las islas no ha constatado ningún aumento de afecciones de la piel desde la aparición de las microalgas, y al respecto Emilio Soler, taxónomo y experto del Banco Español de Algas, precisó que las cianobacterias no están incluidas en la lista de especies tóxicas de microalgas de la Unesco.
Rogelio Herrera, doctor en Ciencias del Mar y técnico del departamento de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente, puntualizó que si el bloom fuera un problema de aguas residuales habría afloramientos de este tipo todos los veranos en los mismos lugares de las costas del Archipiélago.
Recordó además que el afloramiento de este año se detectó en la zona del Mar de las Calmas de El Hierro, un lugar de agua pura, y María Luisa Pita, jefa de servicio de Sanidad Ambiental, señaló que en 2004 hubo un bloom “brutal” en Lanzarote y Fuerteventura y en 2011 en Telde y sur de Gran Canaria.
“Nos tenemos que acostumbrar y familiarizar con este tipo de eventos, que van a formar parte de nuestras vidas y ahora ha irrumpido con fuerza inusitada. Va a seguir con nosotros hasta que cambien las condiciones y habrá que esperar a que se vaya como llegó”, agregó María Luisa Pita.
Emilio Soler coincidió en que Canarias se tiene que empezar a acostumbrar a este fenómeno, que cada vez será más frecuente, y habrá que empezar a aplicar el protocolo de sentido común de otros países: evitar el baño en la costa porque el afloramiento “como viene se va” y no se puede mitigar ni dispersar.
Por el contrario, continuó María Luisa Pita, dispersar mecánicamente una mancha de microalgas “es lo peor que se puede hacer” porque provoca un mayor florecimiento de cianobacterias.
Soler aseguró además que las cianobacterias “lejos de ser un problema” son el organismo común de todos los seres vivos, el origen de la vida en el planeta, y se nutre de fósforo y hierro que toma de la atmósfera, en este caso, del polvo sahariano.
Un brote de bacterias Trichodesmium erythraeum puede afectar tanto a zonas del litoral donde se producen vertidos de aguas residuales como en las que no hay aportes de este tipo al mar y aunque en la mayoría de los casos en que hay aguas sin tratar se produce un crecimiento calcáreo, no hay evidencia alguna de que genere un afloramiento de este tipo de microalgas, insistieron los expertos.