Los periodistas canarios José Naranjo y Magec Montesdeoca presentaron este viernes el libro Los Invisibles de Kolda (Ediciones Península, 2009) en la sala Espacio Canarias que el Gobierno regional tiene en Madrid, dentro del ciclo sobre África organizado por esta institución durante el presente mes de noviembre. El acto fue introducido por el también periodista canario afincado en Madrid, Paco Montesdeoca.
Los Invisibles de Kolda recoge la historia de un cayuco que zarpó desde el sur de Senegal el 23 de abril de 2007 cuyo rastro se perdió para siempre en medio del mar, falleciendo sus 160 ocupantes. Todos ellos procedían de la región de Kolda, en la alta Casamance, y hasta allí se desplazaron Naranjo y Montesdeoca con la intención de recoger los testimonios de familiares y amigos y reconstruir los detalles de su viaje, un reportaje periodístico que finalmente se convirtió en este libro con textos de José Naranjo y fotografías de Magec Montesdeoca.
Los periodistas explicaron este viernes a los asistentes a este acto todos los pormenores de su investigación y volvieron a lanzar el mensaje de que estas muertes en el mar, de las que el cayuco de los jóvenes de Kolda no es sino la punta del iceberg, son el resultado directo de la fascinación que toda una generación de jóvenes africanos siente por Europa, pero también son la consecuencia de unas leyes injustas que pretenden excluir del bienestar a dos terceras partes de la población del Planeta.
“Mientras se sigan produciendo estos viajes tan peligrosos y estos naufragios, por más que ocurran a cientos de kilómetros, habremos fracasado como proyecto de sociedad. Muchas veces se pretende medir el grado de civilización de un pueblo por sus logros tecnológicos. Y Occidente ha llegado a la Luna, ha sobrepasado la velocidad del sonido y fabrica ingenios mecánicos impresionantes. Sin embargo, la realidad es que el grado de civilización de un pueblo se debería medir más bien por cómo se trata al otro, al diferente, al que viene de fuera. Y en eso sí que hemos suspendido”, aseguraba Naranjo.
Durante la charla, los periodistas también recordaron que pese a que la crisis económica ha provocado un descenso en las llegadas de pateras y cayucos a Canarias, la presión migratoria sobre las Islas, el deseo de los jóvenes africanos por buscar una vida mejor, se mantiene intacta. “Que nadie se llame a engaño. Mientras no se arreglen las causas profundas que les empujan a salir lo seguirán intentando. Quizás ahora no se den las circunstancias, pero las migraciones son un hecho que se mantendrá en el tiempo. O aprovechamos para ordenar estos flujos, o les abrimos un resquicio para que puedan venir legalmente, o las escenas de cadáveres en nuestras playas se volverán a repetir”, manifestaron.