Los jóvenes canarios suspenden en su comportamiento al volante con una nota media de 4,9 sobre 10, siete décimas por debajo de la nota media nacional, que se sitúa en 5,7, según el informe Juventud al volante: Por qué es necesario ser prudente, recién elaborado por Unespa, Asociación Empresarial del Seguro.
La gran mayoría de provincias españolas se sitúan en la zona de aprobado, entre 5 y 7 puntos. Entre ellas está la provincia de Santa Cruz de Tenerife, con una calificación de 5,4. Por el contrario, la provincia de Las Palmas se sitúa en la zona de suspenso, con una nota media de 4,5 sobre 10, sólo por delante de la provincia de Cádiz (4,2) y la ciudad autónoma de Melilla (2,6).
El análisis del comportamiento de los jóvenes canarios al volante refleja que, en el caso de los accidentes graves (los que causan daños corporales), los conductores de la provincia de Santa Cruz de Tenerife se sitúan en la zona de suspenso y los de la provincia de Las Palmas son los que tienen las notas más bajas. Las chicas y chicos de Las Palmas obtienen las peores notas, con una calificación de 1,8 y 1,7, respectivamente.
En el caso de los accidentes leves (los que causan daños materiales), los datos mejoran pero las dos provincias canarias siguen situadas en la zona de suspenso, con una nota media de 4,9 en el caso de Santa Cruz de Tenerife y de 4,7 en Las Palmas. Los hombres de la provincia tinerfeña aparecen como los mejores conductores de la Comunidad Autónoma, con una nota de 5, y los de Las Palmas suspenden con un 4,7. Las mujeres de ambas provincias rozan el aprobado, con un 4,8.
A nivel nacional, los jóvenes españoles aprueban en su comportamiento al volante, con una nota media de 5,7 sobre 10. Las chicas de la provincia de Huesca aparecen como las mejores conductoras de toda la geografía española, seguidas por las de Cuenca y los chicos de Ciudad Real.
Este estudio, elaborado por la Asociación Empresarial del Seguro a partir de los datos de la Estadística de Seguros de Automóviles (ESA), ofrece una panorámica completa sobre la conducción por parte de los jóvenes españoles. Habitualmente, este grupo de población provoca un número más elevado de accidentes que los conductores más experimentados.
Para la elaboración del informe se ha recurrido a una metodología en la que se diferencian los accidentes en función de su gravedad. De esta forma, se han considerado graves aquellos siniestros donde alguna persona resultó herida o fallecida. Mientras, los accidentes leves son aquellos casos en los que sólo se produjeron daños materiales. Asimismo, se ha establecido un sistema de evaluación del 1 al 10 para medir la probabilidad de accidente entre los jóvenes de las diferentes provincias, ponderando la cantidad de siniestros ocurridos en función del número de vehículos registrados en cada territorio.
El informe muestra cómo la probabilidad de tener un percance va descendiendo con la edad. La probabilidad de que un conductor de 18 años se vea implicado en un siniestro es cuatro veces superior que la de una persona de más de 35 años. Esto evidencia que la falta de experiencia al volante es uno de los principales motivos detrás de los accidentes de tráfico.
Otro fenómeno que muestra el estudio es que, cuando se analizan los vehículos involucrado en el accidente, los de dos ruedas tienden a sufrir más accidentes graves. Un dato llamativo es el de los conductores de ciclomotores. Según el estudio, un conductor menor de 28 años y con menos de un año de experiencia tiene 10,5 más probabilidades de sufrir un accidente que una persona que lleva 10 años conduciendo este tipo de vehículos.
No obstante, no ocurre lo mismo cuando se mide la gravedad de los golpes. Los turismos son los vehículos que generan siniestros más costosos. De hecho, protagonizan colisiones cuyo coste habitual es 2,4 veces superior a la media registrada en los accidentes de ciclomotores, motos y escúteres.
El análisis territorial del comportamiento de los jóvenes al volante refleja que, en el caso de los accidentes graves (los que causan daños corporales), tan sólo aprueban los jóvenes de Soria, Huesca, Ciudad Real, Segovia, Cuenca y Zamora. Por el contrario, las peores notas se sitúan en territorios ubicados en el sur de España. Así, los peores resultados se han registrado en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y en las provincias de Las Palmas, Cádiz, Sevilla, Málaga, Almería y Murcia. Pontevedra también forma parte, no obstante, de la lista de territorios con conductores más temerarios. Las mujeres de Cuenca y los hombres de Melilla han obtenido, respectivamente, la mejor y peor nota de este análisis.
Al examinar los resultados territoriales de los accidentes leves, la situación mejora notablemente y aparecen notas mucho más elevadas en todas las provincias. Destacan especialmente las marcas obtenidas por los jóvenes de Huesca, Ciudad Real, Guipúzcoa, Gerona y Zamora. En este apartado sólo suspenden los jóvenes de Melilla y Ceuta, y de las provincias de Madrid, Sevilla, Las Palmas, Málaga, Santa Cruz de Tenerife y Cantabria.
Conclusiones generales
Entre las conclusiones finales destaca el hecho de que las chicas oscenses fueron en 2015 las mejores conductoras jóvenes de España, con una calificación de matrícula de honor (10 sobre 10). Aunque entre las notas de los hombres no hay ningún sobresaliente, cabe destacar el 8,5 obtenido por los conductores de Ciudad Real y el 8,4 de los varones oscenses, que también se sitúan entre los mejores marcas del país.
Al margen de las notas máximas, el análisis por sexos muestra que apenas hay diferencias significativas en la siniestralidad entre hombres y mujeres menores de 36 años. En el global de accidentes, la nota media es de 5,7 tanto para ellos como para ellas. Sólo en el análisis territorial donde se encuentran diferencias entre ambos sexos.
Al analizar las diferencias en los hábitos de conducción de los conductores de entre 18 y 35 años por provincias, se aprecia cómo las mujeres han sacado mejores notas en aproximadamente la mitad de los territorios y los hombres han logrado mejores marcas en la otra mitad, una vez descontados algunos empates provinciales.