Dos laureles de india de la calle San Bernardo de la capital grancanaria han sido talados por seguridad ciudadana, pues corría el peligro de que se desplomaran sobre la vía pública, informaron fuentes del Ayuntamiento de la capital grancanaria. Los árboles de la calle capitalina -explicaron las mismas fuentes- se alimentaban del alcantarillado público, pero perdieron su sustento cuando comenzaron las obras del nuevo colector, obras que llevan ya más de un año en ejecución.
Cuando este hecho fue detectado, el personal del Ayuntamiento comenzó a regar los denominados ficus microcarpas, pero dos ejemplares, al perder su alimento, se fueron deteriorando hasta que murieron, por lo que se ha optado por talarlos debido al fuerte riesgo de desplome.
El resto de los árboles será podado con el objetivo de que rebroten con mayor fuerza, agregaron las fuentes municipales, que recordaron que estos grandes laureles de india se hicieron famosos cuando, al ser importados a Europa, se les relacionaba con la mejoría que para algunas enfermedades proporcionaba su sombra.
“Enorme tristeza” vecinal
Por su parte, residentes de la zona mostraron este martes su tristeza por esta repentina tala. Según cuentan, “los árboles antes eran muy frondosos y la cantinela de los pájaros posados en sus ramas, su pio-pio, era una música que acompañaba siempre a la calle”. Uno de los vecinos más antiguos del lugar relata cómo ya “de niño” pasaba horas con sus amigos “a ver como llegaban los pájaros por la tarde”. Octavio Socorro, propietario de un bazar de la calle San Bernardo, también critica la demora en la conclusión de las obras que desde hace un año se están llevando a cabo en la vía pública: “esto es una obra que iba a durar poco pero después de un año, todavía no han acabado”.
Octavio Henríquez, dueño de una tienda ubicada en la zona, recuerda que “según Pepa Luzardo [anterior alcaldesa de la ciudad], no se iba a tocar nada”. “En un principio -añade- la obra no iba a repercutir para nada en los árboles y ahora mira, lo que han talado. Daba pena los talegazos que les estaban metiendo, es la obra de la vergüenza”.
Los vecinos, cansados de la faena que les han montado en la calle y que no tiene todavía visos de acabar, dudan de la versión oficial. La tala de los árboles ha conseguido enfurecerlos aún más.
Según aseguran algunos testigos, la tala comenzó en torno a las 16.00 horas, por lo que algunos vecinos llamaron a la Policía Local. Al respecto, José Luis Sánchez, empleado de una charcutería de la calle, asegura que los agentes municipales requirieron el correspondiente permiso a los operarios municipales “pero, como no estaba todo en orden, les pararon la tala”.
Estas afirmaciones, apoyadas por algunos vecinos, son desmentidas rotundamente por las fuentes del Ayuntamiento, que garantizan que en ningún caso se talarán más árboles sino hacerles “una fuerte poda” para que puedan volver a brotar con fuerza.