El toque de queda general, una ocurrencia de Madrid “sin justificación”, según epidemiólogos de Canarias
Un toque de queda “para toda España”. Esa es la petición que ha hecho el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid al Gobierno de Pedro Sánchez para tratar de doblegar la expansión del coronavirus en medio de la tormenta política desatada en la capital por la gestión de la pandemia. Expertos epidemiólogos de Canarias aplauden la medida en territorios con altas incidencias, como la que preside Isabel Ayuso (PP), pero aseguran que no está justificada su aplicación en todo el territorio.
“Como medida de intervención en Comunidades Autónomas con una incidencia acumulada importante, es una medida razonable que ya se debería haber implementado para reducir contactos”, dice Amós García, el jefe de Epidemiología y Prevención de Canarias. Sin embargo, asegura que en zonas como el archipiélago, con menos de 100 casos por 100.000 habitantes en catorce días, “no está justificado”, destacando además que, al tratarse de una región ultraperiférica, Canarias tiene reducida la posibilidad de contacto con otras regiones.
Lluis Serra, el portavoz del Comité Científico del Gobierno de Canarias para la crisis de la COVID-19, incide en que las cifras epidemiológicas del archipiélago “no son comparables” a otras zonas del país y dice que “no tiene sentido” un toque de queda si la incidencia acumulada permanece debajo de los 300 casos. El catedrático de Salud Pública considera positivo que las autonomías puedan contar con el toque de queda en caso de ser necesario, pero subraya que el Gobierno de Canarias ya cuenta con medidas que limitan el ocio nocturno en caso un repunte de casos.
El semáforo de restricciones autonómico limita a diez personas las reuniones y reduce los horarios nocturnos de la hostelería si una isla supera en una semana los 50 casos por 100.000 habitantes. Tras varias semanas de restricciones en cuatro islas, la única que continúa con el semáforo en rojo es Tenerife.
Las medidas tomadas desde el Gobierno regional le han valido los aplausos del ministro de Sanidad, Salvador Illa, que destacaba la “magnífica labor” de las Islas para controlar un fuerte repunte en agosto y septiembre que afectó especialmente a la isla de Gran Canaria.
El Gobierno central ha avisado a Madrid de que un toque de queda requeriría un estado de alarma y los apoyos parlamentarios suficientes para otorgarle seguridad jurídica más allá de los catorce días iniciales, elevando la presión sobre el Partido Popular, con el que ha tenido fuertes encontronazos por la gestión de la segunda ola en la capital. El Ejecutivo no ha descartado la propuesta de la Comunidad pero destaca la importancia de tener en cuenta la visión de todas las autonomías, que se reunirán este jueves en el Consejo Interterritorial de Sanidad de salud en busca de un marco común para las restricciones contra la pandemia.
El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha señalado este miércoles que no pedirá el toque de queda en las Islas y si el Gobierno central lo establece como medida de contención del coronavirus en el país, solicitará que el archipiélago quede excluido.
Otros países europeos han implementado el toque de queda para frenar la expansión de la segunda ola de COVID-19, pero siempre limitando la medida a las regiones más afectadas por el virus. En Francia, el Gobierno de Emmanuel Macron ha prohibido salir de casa sin justificación entre las 21:00 y las 6:00 horas en París y otras ocho grandes ciudades. En Italia y Bélgica el toque de queda se limita también a sus regiones con mayor incidencia de coronavirus.
El toque de queda podría complementar las limitaciones a la hostelería y el cierre del ocio nocturno para evitar las reuniones en espacios no regulados. Igualmente, Lluis Serra, dice que los botellones y las fiestas ilegales, han sido “muy puntuales” en Canarias en comparación a otras zonas de España y recomienda no apuntar hacia los jóvenes como los únicos culpables de los rebrotes.
3