82 años del Día del Padre más trágico para el norte de Gran Canaria
- En ese pozo, exhumado en 2017 y en el que se hallaron los restos mortales de 14 personas, fue localizado el padre de Pino Sosa, presidenta de la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas
El 19 de marzo de 1937 no fue un Día del Padre cualquiera para el norte de Gran Canaria. Esa noche decenas de hombres fueron sacados de sus casas a la fuerza, secuestrados, torturados y fusilados por los falangistas. Entre esos hombres se encontraba José Sosa Déniz, un humilde latonero de Las Chorreras y padre de la fundadora de la Asociación para la Memoria Histórica de Arucas, cuyos restos mortales han sido localizados en el Pozo de Tenoya tras la larga lucha de su hija Pino y su sobrina Balbina.
Este martes, 82 años después de ese trágico día, la asociación confirma la noticia de que el próximo fin de semana se podrá dar sepultura a los cuerpos de siete de los 14 hombres localizados a 30 metros de profundidad en el Pozo de Tenoya. Los otros siete están a la espera de poder ser identificados para que también puedan ser entregados a sus familias.
“Ha llegado el momento de darles a todos una sepultura digna y honorable al lado de los suyos”, explica Gregorio Arencibia, secretario de la Asociación para la Memoria Histórica de Arucas. Asegura que tanto él como Pino Sosa están viviendo estos días antes del homenaje y entierro con mucha intensidad, ya que se acumulan los preparativos de esta jornada en la que se espera una gran acogida.
La entrega a los descendientes tendrá lugar en la plaza de la Constitución, en pleno centro de Arucas a las 10.00 de la mañana de este domingo 24 de marzo. Posteriormente, tendrá lugar un homenaje en el Panteón de los Desaparecidos y el entierro en el cementerio municipal, sobre las 11.00 horas. Pino Sosa leerá un comunicado en este acto en el que, aunque se espera la presencia de numerosos cargos políticos, no habrá discurso por parte de estas autoridades. Además, la asociación invita a las personas que quieran presenciarlo a acercarse al municipio.
Cuando el padre de Pino desapareció, ella solo tenía 40 días de vida. Creció haciéndose preguntas sobre su padre, hasta que comenzó a hacerse mayor e inició su lucha por recuperar sus restos mortales y demostrar al mundo que había sido asesinado. Con los testimonios orales se constató lo que era un secreto a voces: los hombres que desparecieron esa noche fueron fusilados y enterrados en distintos puntos de la isla, como los pozos de Arucas o la Sima de Jinámar.
Las explicaciones que se les daban entonces a las familias de los desaparecidos se basaban en su mayoría en que esos hombres se habían marchado en un barco francés, que en realidad nunca zarpó. Sin embargo, las mujeres de estas familias nunca creyeron esa versión y se conmemoraban en algunos de estos pozos para llorar a sus maridos o a los hombres de sus familias. La madre de Pino Sosa era una de ellas.
La lucha de Sosa se vio frustrada en el año 2008, cuando se confirmó el horror cometido con estas víctimas del franquismo al exhumarse el Pozo del Llano de Las Brujas, en Arucas. Allí se localizaron los restos mortales de 24 víctimas del franquismo, pero no estaba el padre de Pino.
Todos los cuerpos encontrados presentaban signos de una gran violencia, “no solo por el efecto de la propia caída, sino por la presencia, en casi todos los cráneos, de entradas de proyectil de armas de fuego. Uno recibió hasta seis disparos”, se destaca en los documentos del Gobierno de Canarias. De ellos, solo nueve fueron identificados: Antonio García Castillo, Francisco Osorio Medina, Juan García Castillo, Manuel López Perdomo, Manuel Ríos Santana, Prudencio Pérez Perdomo, Lorenzo Denis Manuel, Juan Mendoza Mendoza y Ramón Medina Pérez. Seis de estos hombres procedían de Gáldar, dos de Arucas y uno de Firgas.
En 2008, los llamados pozos de los desaparecidos en Arucas fueron declarados museos de sitio. Están compuestos por el llamado Llano de Las Brujas, el Pozo del Puente del barranco de Arucas, donde se celebran actos de conmemoración todos los años, el pozo de la Vuelta del Francés y el del barranco de Tenoya, todos en el mismo municipio.
La lucha de la presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas se vio compensada cuando el año pasado le dieron la noticia de que su padre había sido hallado durante las exhumaciones realizadas en 2017 en el Pozo de Tenoya, unos trabajos impulsados por el Cabildo de Gran Canaria a instancias de esta asociación. La exhumación de este pozo aún no está actualizada en el registro oficial del Gobierno de Canarias, pero en este punto fueron hallados un total de 14 restos óseos, de los que fueron identificaron siete.
De la existencia de estos pozos se tuvo conocimiento a partir de testimonios no solo de las familias o de personas que lo habían visto sino de los mismos represores que se vanagloriaban de los crímenes que habían cometido. Las labores que se realizaron en ellos pasaron por numerosas dificultades debido a que se sufrieron inundaciones de manera constante.
Después de toda una vida de lucha, Sosa podrá por fin dar sepultura a su padre así como otras familias del municipio. El acto del domingo pretende servir de “afirmación democrática en los valores de la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición”.