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Una botella de oxígeno y un edredón hallados a 1.000 metros de profundidad impulsan la búsqueda con sonar en la costa de Tenerife

Tenerife Ahora

8 de junio de 2021 20:22 h

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Este martes, último día en que el buque dotado con sonar y radar Ángeles Alvariño iba a rastrear el fondo marino en Tenerife en la búsqueda de las niñas Anna y Olivia, se ha dado un paso importante en la operación. Este lunes, a unos 1.000 metros de profundidad algo llamó la atención de los equipos que peinan el litoral de isla desde hace una semana las 24 horas del día: una botella de oxígeno y un edredón tipo funda nórdica yacían en el fondo. Fuentes cercanas a la investigación confirmaron a la Agencia Efe que ambos objetos pertenecían al padre de la niñas, Tomás Gimeno, en paradero desconocido desde el 27 de abril, día en que debía entregar a las pequeñas a su madre.

Ambos objetos serán trasladados al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid para su análisis. Sin embargo, ya suponen un avance en la investigación, bajo secreto de sumario y de la que no habían trascendido avances desde hace días, ya que ante el hallazgo de estas dos piezas, el buque oceanográfico continuará peinando el fondo al menos hasta el próximo 14 de junio, en función de cómo evolucione la búsqueda en los próximos días.

Hasta el momento, esta nave, que trabaja sin interrupciones durante las 24 horas, ha rastreado desde que se incorporó a la búsqueda de las niñas y su padre una superficie de unas diez millas cuadradas (unos 34 kilómetros cuadrados) en un área situada en la costa este de la isla.

En el siguiente mapa se muestran dos áreas aproximadas de búsqueda: la primera, situada frente a la Marina de Santa Cruz, y la segunda, más al sur, frente al Puertito de Güímar.

La zona elegida para realizar esta batida en el mar fue consensuada por la tripulación del buque y por la Guardia Civil a partir del geoposicionamiento del móvil de Tomás Gimeno la noche de su desaparición, cuando se hizo a la mar en dos ocasiones. En ambas, zarpó solo, sin la compañía de sus hijas, y fue visto embarcando varias maletas y bolsas que había traído en su coche.

Primero se rastreó frente a la Marina de Santa Cruz de Tenerife, desde donde zarpó, pero días después, tras no hallarse ninguna pista, la búsqueda se desplazó hacia el sur siguiendo la costa, a unos 25 kilómetros de la capital de la isla, hasta el Puertito de Güímar, lugar en el que al día siguiente de la desaparición se encontró a la deriva y sin ancla la lancha de Gimeno. En ella se hallaron también restos de sangre, que resultaron ser del padre de las niñas, y cerca de embarcación, una silla de bebé flotando en el agua. Resultó ser de Anna, la más pequeña de las niñas y de solo un año.

En este tiempo la familia, especialmente la madre, ha pedido en diversas ocasiones a Tomás Gimeno que dé “alguna señal” y ha mostrado su confianza en que las niñas estarán bien porque él sería “incapaz” de hacerles daño. Sin embargo, nada se sabe de ellas hasta ahora. La pista del barco que apareció a la deriva en aguas del Caribe se desvaneció rápidamente, ya que no tenía nada que ver con el caso. Tampoco la publicación en Interpol de las fotos de Anna y Olivia han dado frutos por ahora pero proliferan los intentos de estafar a la familia ofreciendo información a cambio de dinero, según publicó Canarias7 este fin de semana.

Cronología del caso

Martes, 27 de abril. Tomás Gimeno tenía que haber devuelto a las pequeñas, pero, tras mantener varias conversaciones con la madre, le advirtió de que no las volvería ver ni a él tampoco.

Horas antes, un vigilante del puerto vio cómo sacó de su vehículo y cargó en la embarcación, que tiene un pequeño camarote, bolsos, maletas y bolsas de ropa. Tuvo que realizar tres viajes.

Antes de que se le perdiera el rastro definitivamente, el padre de las niñas regresó a tierra después de una incursión en el mar de una hora y media aproximadamente, y fue con su vehículo a una gasolinera cercana al puerto a comprar un cargador de móvil.

De vuelta al puerto, lo cargó en la garita del vigilante de la Marina y zarpó de nuevo, esta vez la definitiva.

El barco fue hallado horas más tarde sin ocupantes y a la deriva frente a la costa este de la isla, a varios kilómetros al sur, a más de una milla del Puertito de Güímar.

Miércoles, 28 de abril. Los medios de comunicación se hacen eco de la desaparición y la Guardia Civil comienza a desplegar un dispositivo de búsqueda tras interceptar el barco a la deriva por la salvamar Tenerife y Punta Salinas, trasladándolo al puerto de Santa Cruz de Tenerife para su investigación.

Jueves, 29 de abril. Se da a conocer que la madre de las niñas denunció a la Guardia Civil que su expareja la llamó para decirle que no iba a verlas más, ni a él tampoco. Asimismo, la mujer ya se había quejado en diciembre ante la Benemérita de que Tomás Gimeno la había amenazado verbalmente, pero no quiso presentar denuncia.

Ese día, el rastreo amplió su radio de acción desde la punta de Anaga, al noreste de la isla, hasta Güímar. Los medios aéreos y marítimos desplegados en este dispositivo peinaron la zona por la que sospechaban que pudo haber transitado la embarcación. En este dispositivo de búsqueda participaban servicios aéreos y marítimos de la Guardia Civil, así como efectivos de Salvamento Marítimo y un helicóptero del 1-1-2 del Gobierno de Canarias. En paralelo a estas labores, un equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil revisaba la embarcación en la dársena pesquera del puerto de Santa Cruz.

También trascendió a los medios que las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del Puerto Deportivo Marina Tenerife revelaban que Gimeno zarpó solo pasada la medianoche. Según pudieron captar las cámaras, el hombre llegó con su coche a las 21.30 horas, lo aparcó frente a su pantalán y de él descargó una serie de bolsos; sin embargo, el guardián que hacía el turno de noche, que lo vio de frente, en ningún momento localizó a las niñas, ni las cámaras revelaron si estaban con él.

Asimismo, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar, en Tenerife, incoó las diligencias previas en relación con la desaparición por la presunta comisión de un delito de secuestro. La investigación fue declarada secreta, tal y como informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Este día, los medios movilizados en el dispositivo de búsqueda localizan un silla infantil de retención en vehículos flotando en el mar.

Viernes, 30 de abril. A primera hora de la mañana se da a conocer que la sillita que se encontró flotando en el mar era propiedad de la familia. Asimismo, la Guardia Civil mantiene activo un amplio dispositivo de búsqueda y anuncia que se sumará el cuerpo especializado en los casos más complicados, que ya intervino en otros de amplia repercusión mediática como el de Diana Quer, Gabriel Cruz o Asunta Basterra: Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO).

También ese viernes se publica que los investigadores encuentran restos de sangre en el barco. La Guardia Civil extiende entoncces la búsqueda de las menores desaparecidas junto a su padre a la zona sureste de la isla. En el dispositivo intervienen desde primera hora de la mañana medios aéreos y marítimos, junto a agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y de la Policía Local de Güímar.

Sábado, 1 de mayo. La UCO se incorpora en la búsqueda de los desaparecidos mientras que el juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Güímar dicta una orden de búsqueda internacional del padre y sus dos hijas, de 1 y 6 años.

Domingo, 2 de mayo. En pleno día de las madres, Beatriz Zimmermann, envía un mensaje de esperanza a través de Cope: “Mi mensaje es que manden mucha luz y amor a las niñas, que estoy segura que están bien. Que todo el mundo piense que las niñas son una bonita luz que están protegidas y que en cuanto menos lo esperemos estarán jugando y corriendo felices”. Este día, el operativo de búsqueda se extiende hacia el oeste.

Lunes, 3 de mayo. La Guardia Civil certifica que el padre llevó a cabo una transferencia de unos 55.000, aproximadamente, desde una de sus cuentas corrientes bancarias a otra justo el día antes de llevarse a sus dos hijas consigo. Asimismo, se investiga que Gimeno pudo haber desactivado el GPS de su embarcación con el objetivo de no dejar pistas sobre el itinerario que realizó desde que salió por última vez del puerto deportivo.

Martes, 4 de mayo. Ithaisa Suárez, madre de Yéremi Vargas, manda un mensaje de apoyo a la madre de las niñas: “No pierdas la esperanza”, compartió en los medios de comunicación. Horas después se descubre que la sangre hallada en el barco el viernes, 30, pertenece al padre.

El delegado del Gobierno de Canarias, Anselmo Pestana, ofrece una rueda de prensa para aclarar algunas informaciones difundidas los días previos y confirma que la búsqueda de las niñas se desplaza al sur, siguiendo las corrientes: “Todas las unidades están comprometidas con este caso”, puntualizó. Asimismo, la madre de las pequeñas difunde a través de las redes sociales un vídeo conmovedor en el que las niñas se dan besos y cariño, pide con él la mayor difusión a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería.

Miércoles, 5 de mayo. Los investigadores del caso de las niñas Anna y Olivia continúan con el rastreo de los movimientos bancarios realizados por Gimeno antes de desvanecerse y, hasta ahora, los que se han detectado son compatibles con su s actividades empresariales.

Jueves, 6 de mayo. Interpol incluye a las niñas Anna y Olivia en su lista de personas desaparecidas mientras en Tenerife continúa el amplio dispositivo de búsqueda.

Viernes, 7 de mayo. La madre de las niñas, Beatriz Zimmermann pide al padre a través de una carta que “desista y no las haga sufrir, porque ellas no tienen culpa de nada y estarán deseando” verla “desesperadamente”.

Sábado, 8 de mayo. Se descubre que Tomás Gimeno no habría soportado la idea de ver a sus hijas con el nuevo novio de su expareja, un empresario belga de 60 años, según ha publicado El Mundo este sábado. “No quiero que ese viejo cuide de mis hijas”, habría dicho Gimeno.

La Guardia Civil investiga todas las pistas e información aportada por la ciudadanía y también el movimiento de varios barcos en los días posteriores a la desaparición. Pero por ahora no se ha dado con ninguno de los tres.

13 de mayo. La Guardia Civil incorpora a su investigación el informe realizado por la agencia de detectives que contrató el padre de las niñas a finales de julio de 2020 para espiar a Beatriz Z., madre de las niñas.

15 de mayo. Más de 300.000 cajeros automáticos repartidos por todo el mundo muestran una foto de las pequeñas.

17 de mayo. La Guardia Civil prevé incorporar un sonar y un robot marino del Instituto Español de Oceanografía (IEO) para que se sumen al dispositivo de búsqueda de las niñas Anna y Olivia, desaparecidas junto a su padre, Tomás Gimeno, el pasado 27 de abril en la isla de Tenerife.

18 de mayo. Nuevo registro en casa del padre de las niñas, el quinto ya, esta vez con perros para detectar material biológico de las pequeñas. El registro termina sin pruebas concluyentes.

19 de mayo. La Guardia Civil saca del agua la embarcación de Tomás Gimeno que apareció a la deriva frente al Puertito de Güímar para analizarla con perros. El registro termina sin pruebas concluyentes.

20 de mayo. Salta una posible pista sobre el paradero de Tomás, tras la aparición de una embarcación a la deriva cerca de una isla de Puerto Rico. Rápidamente, la familia de las niñas descarta que el velero localizado en aguas caribeñas tenga conexión con su desaparición.

Este mismo día, Beatriz, la madre de las niñas Anna y Olivia, publica una desgarradora carta en la que pide a Tomás que regrese con ellas porque ambas “nos quieren y nos necesitan a los dos” y le pide que no alargue “esta tortura”.

25 de mayo. El delegado del Gobierno de Canarias, Anselmo Pestana, anuncia que el buque con sonar “llegará esta semana” y que está convencido de que “se empezará a utilizar” en cuanto esté en la isla.

Asimismo, la madre de las niñas publica una nueva misiva en el Día Internacional de los Niños Desaparecidos: “Hace cuatro semanas se detuvo el tiempo para mí”, apunta.

27 de mayo. La directora general de la Guardia Civil subraya que la investigación para dar con Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, “no se para”.

29 y 30 de mayo. Llega a Tenerife el buque con sonar y robot submarino y se comienza a trabajar en la búsqueda de Anna y Olivia. Con esta tecnología la Guardia Civil pretende rastrear el fondo submarino en un área delimitada por el geoposicionamiento del móvil de Tomás Gimeno, obtenido a través de un duplicado de su tarjeta horas después de que se le perdiera el rastro.

31 de mayo. Comienza el rastreo del fondo marino en busca de las niñas

Comienzos de junio. La búsqueda con el barco no arroja pistas sobre el paradero de las niñas, pero, tras varios días, la embarcación se desplaza hacia el sur de la isla siguiendo la costa en dirección hacia el lugar en el que apareció a la deriva la lancha de Tomás Gimeno.

7 de junio. Hallazgo de una botella de oxígeno y una sábana a unos 1.000 metros de profundidad.