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Urgencias del Insular se manifiesta tras la última crisis: “No hay que desviar el foco, queremos pasillos libres de camillas”

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El personal de urgencias del Hospital Insular de Gran Canaria no quiere que los últimos acontecimientos en el complejo, con la crisis desatada tras la decisión de la dirección médica de recurrir a especialistas de áreas quirúrgicas para reforzar las guardias en este servicio, desvíen el foco del problema: la brecha “cada vez más profunda” entre una demanda asistencial en aumento por una población que ha envejecido y que, por tanto, requiere mayores atenciones, y el “déficit estructural” de camas de hospitalización y de plazas en centros sociosanitarios.  

Un manifiesto leído este jueves a las puertas del complejo y firmado por trabajadores de todas las categorías profesionales (medicina, enfermería, auxiliares, celadores, informadores y administrativos) aboga por la creación de una “comisión permanente”, con representación de los sindicatos, para acabar con “la situación de desborde y de colapso” en las urgencias. “Queremos nuestros pasillos libres de camillas y tenemos la voluntad inquebrantable y la convicción necesaria para defender nuestra sanidad pública de la manera y durante el tiempo que sea necesario”, reza el texto consensuado entre los empleados públicos. 

En este escrito, los firmantes rechazan, en los términos en los que se conoce, la solución que abandera el Servicio Canario de Salud (SCS) como remedio a los males que aquejan a este complejo hospitalario: la ampliación de las urgencias a través del edificio que albergaba el Colegio Universitario de Las Palmas (CULP), cedido por el Cabildo de Gran Canaria. “No necesitamos un servicio de urgencias más grande para poder tener más pacientes ingresados dentro, sino que tenemos que trabajar para que menos personas necesiten estar ingresadas y que quienes lo hagan tengan su necesaria cama” en las plantas de hospitalización. Una posición que los médicos adjuntos del servicio llevan defendiendo desde hace años. El colapso no se produce en urgencias, aunque se manifieste en esta área. Se da, insisten, porque no hay camas en las plantas a las que derivar a los pacientes que siguen requiriendo atención sanitaria, aunque en planta, o sociosanitaria, en otros recursos.

Los profesionales sostienen que las deficiencias actuales son fruto de “malas decisiones” tomadas en los años noventa. “Aprendamos de los errores cometidos, reconsideren esa decisión y, sea cual sea la que se decida, agilícenla al máximo. No se puede demorar más en el tiempo”, apremian los trabajadores, que alertan de que tras la sexta ola de COVID-19 vendrá otra que no tiene que ver con el SARS Cov-2, por el “terrible empeoramiento” de las listas de espera, agravado por la crisis económica y social. “No cometan el error de otras veces de esperar a que el tiempo nos dé la razón. El calendario no está a nuestro favor y cada día que pasa es un día perdido”. 

La plantilla de urgencias ha lamentado que este servicio se haya convertido en los últimos tiempos en el escenario donde se han dirimido “disputas ajenas”, en ocasiones con declaraciones “exageradas o irresponsables”. “La situación es demasiado compleja para desviar el foco de donde debe estar puesto”, recoge un manifiesto que, además, critica la imposición de medidas a los trabajadores del centro. “No es necesaria la razón de la fuerza para soluciones no consensuadas si de verdad se dispone de la fuerza de la razón y de la sincera voluntad de colaboración de toda la plantilla” del Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria. 

Como ya expresaran en manifiestos anteriores, el personal de urgencias del complejo ha insistido en que la actual situación de colapso “no es causada por la crisis sanitaria” de la COVID-19 exclusivamente. En reiteradas ocasiones los profesionales han sostenido que el espacio físico del servicio “no es el adecuado” y que presenta “muchas carencias que debían haber evitado su apertura”. Estas limitaciones han supuesto “un severo inconveniente para afrontar las dificultades” derivadas de la pandemia, tensionando aún más la actividad asistencial hasta un escenario laboral que, reconocen, ha sido “difícil de manejar” y en el que, “por momentos”, se ha comprometido la seguridad clínica de los pacientes. 

Los trabajadores reclaman soluciones a corto, medio y largo plazo que no solo incumban a la gerencia del Hospital Insular, sino a otras instituciones “implicadas y partícipes”. Por ello, elevan una “firme, sincera y necesaria” petición de colaboración a todos los estamentos del complejo, desde los órganos de dirección y supervisión de las plantas o servicios hasta todos los profesionales del centro, “sea cual sea su categoría”, a las empresas externas, los sindicatos o los colegios profesionales de Medicina y Enfermería. “Todos somos necesarios para poder mantener esa calidad asistencial a la que no renunciamos. Juntos somos más fuertes y juntos podremos superar más fácilmente esta situación”. 

El personal de urgencias ofrece, además, su colaboración a los dirigentes del hospital “por lealtad institucional y sentido de la responsabilidad”. “Ya habrá momento de pedir responsabilidades”, afirma en un manifiesto en el que vuelven a solicitar a la gerencia que cuente con los trabajadores, que vea a los profesionales “como parte de la solución” para mejorar en la gestión de circuitos y en los planes de contingencia y de protocolos. 

También se han dirigido a los responsables políticos, a quienes exigen altitud de miras. “Nuestra sociedad ha ido cambiando y nos presenta nuevos retos y otras demandas necesitan respuesta”, advierten los profesionales, que insisten en que hay “un grave desajuste” entre la oferta y las necesidades asistenciales reales, una brecha que “solo empeorará año a año”. Entre esos retos aluden a la aplicación efectiva de la Ley de la Dependencia, a la mejora en la Atención Primaria, al aumento en el número de camas tanto en los hospitales como en los centros sociosanitarios. “Aparquen la lucha política entre todos los partidos y sean responsables”, concluyen.