La llamadas de emergencia en violencia machista son aquellas en las que la vida de las mujeres corre peligro inminente. En el mes de julio, el servicio de Atención a Víctimas de Violencia de Género 1-1-2 Canarias, recibió un total de 1.524 llamadas, de las que más del 50% (784) fueron de emergencia. Según explica el Instituto Canario de Igualdad (ICI) estas alertas obligaron a 39 mujeres y sus 17 hijas e hijos a abandonar sus hogares y ser alojadas en los dispositivos de emergencia que el Gobierno canario financia con los cabildos (DEMA).
No es la primera vez que en meses de verano se da ese registro de llamadas. El análisis del año pasado muestra cómo en junio fue el mes con mayor volumen de llamadas (1.453) donde el 63% fueron de emergencia. Entonces, también se alertó de que un 25% de las llamadas del primer semestre del año la víctima era menor de 18 años.
En 2022, fue agosto el mes que registró un repunte de llamadas; con 1.411. Del total de alertas recibidas en ese mes, el 66% (929) fueron de emergencia ya que suponían un peligro inminente para la víctima, lo que supuso 9 puntos más que en el mes de julio en el que las emergencias representaron el 57% del total (768).
Las llamadas de emergencia en Canarias se producen en un contexto de alerta machista en todo el país, donde en solo 16 días fueron asesinadas 14 mujeres. El número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 28 en 2024 y a 1.272 desde 2003.
La directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI), Ana Brito, recuerda que “habitualmente son los meses estivales, los periodos de vacaciones en general, los más difíciles para las mujeres que conviven con un maltratador”. Por ello, insiste en “la importancia de que toda la población se mantenga alerta a cualquier situación de violencia de género que pueda detectar en su entorno, sea familiar, vecina o amiga, porque una llamada a tiempo al 112, que siempre es anónima, puede salvar la vida de una mujer”.
La experta en Políticas de Igualdad y anterior directora del ICI, Kika Fumero, también valoró ese repunte de la violencia machista en verano en una reciente entrevista en Canarias Ahora. “Si entre semana no salimos tanto porque estamos trabajando y tenemos una rutina, en verano y períodos de vacaciones quieres salir con amigas y amigos, y ahí empieza el control… son condicionantes que sabemos que incrementan la violencia de género”, explicó. Aunque la violencia de género no se puede simplificar, sí que existe ese patrón en verano, con más llamadas y repuntes de asesinatos, y el control es una de las claves, según desarrollaron varias expertas el pasado mes de julio en un reportaje en eldiario.es.
“Ahí están los datos, los estudios y las cifras de las denuncias, de las llamadas al 016 o al 1-1-2 y si lo que haces es recortar presupuesto, como lo que ha pasado aquí en Canarias pues me dirás cuál es la respuesta que puedes tener”, señala Kika Fumero, que se pregunta “¿por qué seguimos callando como sociedad ante la violencia de género, por qué no abre titulares la aberración y los asesinatos, los feminicidios que hemos vivido? Hubo un fin de semana en que fueron cinco. ¿Cómo no abre portadas de periódicos?”
“¿Por qué aumenta? Hay muchísimos estudios, la propia ONU habla de que el cambio climático tiene un impacto directo en la violencia de género porque normalmente son las mujeres las que se tienen que desplazar para ir a por avituallamiento, porque se tienen que desplazar y al hacerlo tienen que explorar otros territorios y la vulnerabilidad crece porque vas sola y es ahí donde crece la violencia sexual. ¿Por qué el calor tiene un impacto en la violencia de género? porque pone de mal humor, estresa. Hay muchos estudios desde el punto de vista psicológico que lo corroboran. También en verano incide el pasar más tiempo con la pareja, los fines de semana, de hecho, aumentan las llamadas como ocurre también en Navidad, Semana Santa, Verano…”, exponía Fumero en la entrevista.
El Ministerio de Igualdad incidía recientemente en que el verano es una de las temporadas críticas para la violencia de género. En 2023, casi el 50% de los asesinatos machistas se cometieron durante el periodo estival, un porcentaje considerablemente superior a la media de la serie histórica iniciada en 2003, según la cual, el 28% de las víctimas fueron asesinadas entre los meses de junio y agosto.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, reconoció en declaraciones recogidas por EFE la existencia de un “problema” en el sistema de detección de casos de violencia de género e hizo hincapié en la “necesidad averiguar dónde se producen los fallos en la coordinación y cómo mejorarla porque ahí hemos detectado un problema”.
En otros períodos de estrés han supuesto un mayor riesgo para las mujeres. Por ejemplo, las mujeres inglesas han realizado campañas ante el peligro al que las expone que Inglaterra pierda un partido importante.
Durante la erupción en La Palma, también se intensificaron las llamadas al 1-1-2 para alertar de casos de violencia. Durante los dos primeros meses del volcán se recibieron 119 alertas al 112 de casos de violencia machista, un 57% más que en el mismo periodo del año anterior. De ellas, 43 fueron de emergencia. “En momentos de hacinamiento, de conflictos y situaciones de crisis es previsible que aumente la violencia machista y más si haces que las personas tengan que estar conviviendo de forma forzada durante mucho tiempo. Por eso era la alerta y la necesidad de sacar todos los mecanismos y recursos necesarios para poder ayudar a las mujeres que se vieran en esa situación y pudieran pedir ayuda”, explicó entonces Alicia Pérez, psicóloga que formó al personal que se encontraba en primera línea de la emergencia social.
Más datos de julio en Canarias
En julio, el ICI explica que los dispositivos de los Cabildos (DEMA) tuvieron que activarse en 194 ocasiones y se movilizaron 803 recursos policiales y 75 recursos sanitarios.
En la gran mayoría de las ocasiones el agresor fue la pareja (48%), seguido de la expareja (28%) hijo (2%), desconocido (1%), padre (1%) y amigo (1%).
El mayor volumen de violencias fue de carácter físico (42%), seguidas de las de carácter no físico (39%). El 3% fueron agresiones sexuales.
Del total de mujeres agredidas en julio, 72 manifestaron tener alguna discapacidad, de ellas, 45 tenían discapacidad mental; ocho, física motora; cinco, múltiple; cuatro, intelectual; tres, auditiva; una física orgánica, y seis no especificaron.
Por edades, se recibieron 26 llamadas en las que la agredida era una menor: de ellas, 9 eran niñas menores de 14 años; 276, mujeres que tenían entre 18 y 35 años; 320 tenían entre 36 y 55 años; 87 eran mujeres de 56 a 75 años y 4 mayores de 76 años.
Gran parte de las llamadas fueron alertadas por la propia víctima (39%), seguido de alertantes accidentales (24%), una institución (18%), un familiar el (5%) y el servicio ATEMPRO (5%).