El veterinario canario Alberto Montoya gana el premio nacional de investigación Francisco de la Reyna

El veterinario Alberto Montoya Alonso (Madrid,1959), colegiado de honor del Colegio de Veterinarios de Las Palmas y catedrático de Medicina Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), ha obtenido el Premio Nacional de Investigación Albéitar Francisco de la Reyna que recibió el pasado 4 de octubre, el día de San Francisco de Asís, patrón de los veterinarios y los animales, en el Colegio de Veterinarios de Zamora.

El trabajo premiado se llama Dirofilariosis. Zoonosis emergente en Castilla y León y fue realizado en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en colaboración con el doctor Rodrigo Morchón, del departamento de Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca.

El trabajo consistía en determinar la prevalencia e incidencia de la enfermedad en perros y gatos en Castilla y León. “La dirofilariosis es la enfermedad del gusano del corazón que afecta a perros y a gatos y es mortal para ellos. Puede ser contagiosa a las personas. Por eso es una zoonosis y es emergente en todo el mundo y sobre todo en España, donde está en claro aumento”.

Se ha detectado que más del 6% de los perros y más del siete por ciento de los gatos en Castilla y León tienen la enfermedad “y por lo tanto hay que tener precaución por las muertes de los animales y también porque es contagioso para las personas y por lo tanto tiene que tener un interés sanitario prominente”.

Es el primer veterinario de Canarias que obtiene este premio nacional de investigación financiado por la Fundación Caja Rural de Zamora. “Como colegiado de Las Palmas es un honor recibir premios y llevar el nombre de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la profesión por el resto del territorio español y del mundo. Siempre es un honor recibir premios de tus colegas y que se reconozca un trabajo que llevamos más de cuarenta años desarrollando”.

En este momento Montoya reivindica para la profesión un mayor reconocimiento. “Reconocimiento social tenemos pero tendríamos que tener un mayor reconocimiento sanitario. La nuestra es una profesión sanitaria y tenemos que tener nuestros reconocimientos. Por otra parte, hay un un importantísimo problema de salario para los veterinarios que empiezan. Ahora mismo los salarios son muy bajos y hace que muchos compañeros dejen la profesión para realizar otros trabajos”.

“Nuestro trabajo es muy pasional y hay que dedicarle mucho esfuerzo psíquico y físico. Esto hace que muchos compañeros estén en la actualidad con problemas psíquicos asociados a la intensidad de nuestra labor clínica”, concluye.