“Existen cerca de cien millones de estrellas en el universo, puede haber vida, distinta a como la conocemos, en otras estrellas diferentes al sol”, indicó el director del Observatorio Astronómico Nacional, Rafael Bachiller, durante una jornada titulada Astronomía y Astrogeología organizada por el Colegio Oficial de Geólogos (ICOG).
Según este organismo, cada día se descubren cuerpos celestes fuera de este sistema solar, ya que desde 1995, la lista de nuevos planetas catalogados ha aumentado en 405 gracias, “fundamentalmente”, a los avances tecnológicos en la precisión de los telescopios y a las mejoras en las técnicas de detección “como las de imagen directa”.
Con respecto a encontrar un nuevo planeta tipo Tierra dentro del sistema solar, Bachiller consideró que las probabilidades eran “pequeñas y vagas”, aunque admitió que “Marte pudo albergar vida en un pasado ya que hay ciertas evidencias como restos de agua o metano en su atmósfera”.
Asimismo, recordó la hipótesis nebular, formulada en el siglo XVIII por el físico Laplace, para explicar cómo se formó este sistema solar hace 4.500 millones de años, una hipótesis aceptada “internacionalmente” por toda la comunidad científica, que dice que el sistema solar se originó a partir de una gran nube de gas interestelar, conocida como nebulosa protosolar, donde todos los planetas giran en órbita alrededor del Sol en el mismo sentido y en el mismo plano.
Cartografías espaciales y meteoritos
Por su parte, el doctor del Centro de Astrobiología CSIC-INTA y coordinador en España de la Sociedad Planetaria, Jesús Martínez Frías, reivindicó el papel del geólogo para explicar la formación de la vida, ya que “existe una relación entre vitalidad geológica y la vida en otros planetas”. En ese sentido el hombre no es más que “materia evolucionada”, según sus propias palabras.
Asimismo, comentó que se han producido “importantes” avances en Astromineralogía y Mineralogía espacial que permiten, por ejemplo, detectar mapas de minerales en la Luna o realizar cartografías desde el espacio. Asimismo los sistemas de detección de asteroides están evolucionando en los últimos años. “Existen varios programas europeos para clasificar meteoritos puesto que sólo un 30% de los grandes están catalogados”, reconoció Martínez Frías.
En esa línea reivindicó el uso de indicadores litósfericos, aparte de los ambientales, para determinar la vitalidad geológica que puede observarse en la existencia de vulcanismo, placas tectónicas o la detección de agua. “La Tierra tiene vitalidad geológica y está en constante evolución pero también puede darse en otros planetas”, aseguró.