Un muro con valla publicitaria incluida en el barrio de El Cardón cae sobre una guagua, mientras que una palmera partida a la mitad por las fuertes rachas de viento cae sobre el paseo de Chil, en Las Palmas de Gran Canaria. Estas son algunas de las primeras consecuencias que arrastra el temporal que asola este lunes a toda Canarias. Por fortuna, estos dos incidentes no han dejado víctimas de gravedad. La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria ha informado hace escasos minutos que ya se encuentran trabajando para despejar ambas zonas.
Ya desde principios de la semana pasada este periódico advertía sobre la llegada de fenómenos adversos tras el desprendimiento de una borrasca, formada al norte peninsular, y que tomaba dirección a Canarias, un pronóstico que se confirmaba este viernes, cuando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) establecía avisos por vientos y oleaje en las islas.
La borrasca, que ha afectado durante el fin de semana a todo el territorio continental, ha sido bautizada como Celia y llega a las islas cargada de precipitaciones abundantes, en forma de lluvia, nieve y en ocasiones barro; fuertes vientos, de hasta 90 kilómetros por hora, y mala mar.
Para este lunes, se mantienen los avisos amarillos y naranjas de la Aemet en 26 provincias, entre Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, por lluvias, viento y fenómenos costeros y por nieve en el caso de Tenerife y La Palma.
Fin de semana “trágico” en las costas canarias
Cuatro personas han fallecido por ahogamiento y seis personas se encuentran afectados, entre ellos un bañista menor de edad, que están en estado crítico, en apenas 48 horas en las costas canarias debido al fuerte oleaje que se ha producido, según ha señalado la plataforma para la prevención de accidentes acuáticos Canarias, 1500 Km de Costa.
De esta forma, es uno de los fines de semana “más trágicos” en muertes por sumersión acaecidas en Canarias en los últimos quince años. Al respecto, el promotor de dicha plataforma, Sebastián Quintana, ha expuesto que en “todos los casos la imprudencia ha sido el denominador común, ya que los bañistas se habían introducido en el agua cuando era patente el fuerte oleaje, las corrientes y el viento, en medio de una alerta activada por el Gobierno de Canarias por fenómeno costero adverso, con olas de hasta cinco metros”.