La Virgen del Pino llega a la catedral de Las Palmas en una peregrinación que durará dos semanas

La Virgen del Pino ha llegado a las 18:00 horas de este sábado a la catedral de Santa Ana en la capital grancanaria, tras una peregrinación de doce horas y 25 kilómetros, acompañada por miles de personas que la han arropado en una Bajada que durará dos semanas antes de volver a Teror.
Muchos de los peregrinos han ido junto a la Virgen desde su salida de la basílica de Teror a primera hora de este sábado, y otros se han unido a su paso por los diversos barrios por los que ha transcurrido la procesión y a la llegada a la capital.
Algunos con un ruego especial, otros para cumplir la promesa que le hicieron si intercedía en su ayuda, muchos para expresar su devoción.
La Bajada tiene lugar con motivo del Año Jubilar de la Esperanza, y en ella la Virgen visitará los municipios de Telde y Santa Lucía de Tirajana por primera vez.
La Virgen del Pino luce en esta ocasión el manto blanco, uno de los varios que tiene, y que ha utilizado en diecisiete ocasiones en sus Bajadas.
A su paso por las calles de la capital grancanaria, la Virgen del Pino se he encontrado con la de Los Dolores y con San Antonio Abad, que han salido de sus templos a su encuentro.
En el momento de aproximarse al Estadio de Gran Canaria, el obispo auxiliar, Cristóbal Déniz, ha detenido la procesión y ha hecho una oración junto a la Virgen para que interceda por el deporte de la isla y apoye al Dreamland Gran Canaria de baloncesto y a la Unión Deportiva Las Palmas a volver a Primera.
Al llegar al Castillo de Mata, la patrona ha sido recibida por miembros del Gobierno de Canarias; el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, y la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, quienes la han acogido en la ciudad y le han rendido honores.

En ese punto, numerosos miembros y maceros de las corporaciones insular y local se han unido a la procesión y han escoltado a la Virgen, junto a un grupo de militares del Ejército de Tierra y la banda de tambores y cornetas de San Isidro Labrador de Cardones (Arucas), que ha puesto música al último tramo de su marcha.
Al llegar a la catedral, el obispo de Canarias, José Mazuelos, ha recordado a las numerosas personas que se congregaban alrededor del templo esperando a la patrona que “el mundo necesita esperanza, y por eso la Virgen lleva la esperanza en su Bajada”.
Asimismo, ha pedido a “la madre del Pino, peregrina de la esperanza y fortaleza del pueblo canario”, que lo bendiga y proteja.
La consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Esther Monzón, ha manifestado que en un día como hoy “Gran canaria se une en un solo corazón” y ha pedido a la Virgen del Pino que su visita “nos impulse a construir una Canarias más solidaria”.
Por su parte, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha asegurado que “la fe en la Virgen del Pino refuerza los valores más humanos” y ha tenido un recuerdo especial para quienes sufren alguna discriminación y dificultad y para los habitantes de Gaza.
La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, ha recordado la conocida copla “Madrita mía del Pino”, y le ha dicho a la Virgen que “te esperábamos y te cuidaremos durante todo este tiempo”, pues “la recibimos con fervor, ilusión y esperanza”.

Poco antes de entrar al templo, las autoridades eclesiásticas y locales han firmado un protocolo de cesión por el que se traspasa la custodia de la imagen a la capital grancanaria y esta se compromete a cuidarla y a devolverla a Teror en la fecha establecida.
La Virgen del Pino permanecerá en la catedral de Santa Ana hasta el 3 de junio, cuando se dirigirá a la parroquia San Rafael en Vecindario (Santa Lucía de Tirajana), donde estará dos días.
El 5 y el 6 de junio, visitará la Basílica de San Juan Bautista en Telde, y allí coincidirá por primera vez con el Cristo de la ciudad.
El 7 de junio, volverá a Las Palmas de Gran Canaria para la celebración de Pentecostés, el día 8, en la Catedral de Santa Ana, y ya el 15 de junio volverá a la Basílica de Teror.
La primera Bajada de la Virgen del Pino a Las Palmas de Gran Canaria fue en marzo de 1607 para rogar en ese momento por la falta de lluvias.
En el siglo XIX, las Bajadas dejaron de hacerse debido a las grandes lluvias que dificultaban el acceso a los caminos, según los cronistas, y se retomaron en 1936 coincidiendo con la Guerra Civil.
Más tarde, las Bajadas recuperaron su significado religioso y se reiniciaron en los años 1954, 1965, 1988, 2000 y 2014.
En octubre de 2019, la Virgen del Pino protagonizó una peregrinación especial debido a los incendios que se produjeron en agosto de ese año en Gran Canaria y visitó Agaete, Gáldar, Santa María de Guía, Moya, San Mateo, Tejeda, Artenara y Valleseco.
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