La Policía Nacional ha desarticulado una organización a la que se atribuye haber estafado un millón y medio de euros a casi 200 personas en España a través de webs falsas en internet en las que ofertaban productos a precios bajos o prestamos ficticios y las ganancias iban a parar a cuentas de personas interpuestas que ejercían de “mulas”.
La operación se ha saldado con 45 detenidos en diversas provincias españolas, entre ellas Las Palmas, por su presunta vinculación con esta red, en la que, según informa la Policía, los cabecillas de la organización operaban desde Benín (África occidental) a través de personas que ejercían de “mulas” transportando el dinero recibido en sus cuentas y a las que llegaba a amenazar incluso de muerte para que se prestaran a ello.
Las investigaciones comenzaron en 2019, cuando los agentes detectaron un grupo criminal internacional asentado en la República de Benín y que desde allí dirigía su actividad delictiva en diferentes países europeos, principalmente España, Alemania, Austria, Francia y Polonia.
A pesar de que las estafas las realizaban desde su país de origen, donde además recibían el dinero defraudado, captaban a las “mulas” o las coaccionaban en los países europeos en los que actuaban.
Las gestiones policiales han permitido detectar dos “modus operandi” perfectamente diseñados por los miembros de la organización.
Por un lado, creaban portales web fraudulentos en los que ofertaban productos informáticos, electrónicos y de telefonía a un precio inferior al del mercado, con la peculiaridad de que el pago debía realizarse mediante transferencia bancaria a cuentas de las personas que ejercían de “mulas”. En total se han cerrado 20 páginas web falsas.
Una vez que las víctimas iniciaban la supuesta compra de un producto, sus datos de contacto y bancarios quedaban en poder de la organización criminal. A partir de ese instante, los estafadores se ponían en contacto con las víctimas y les comunicaban que para poder recuperar su dinero debían abrir varias cuentas bancarias, solicitar tarjetas de crédito y mandarlas por correo ordinario a diversos apartados postales de la República de Benín.
Cuando llegaban las tarjetas, se iniciaba un proceso en el que las víctimas comenzaban a recibir cantidades ingentes de dinero procedentes de otras estafas realizadas por toda Europa. Ese dinero era retirado en cajeros de Benín, dejando una comisión por cada transferencia a disposición de la víctima, que, desde ese momento, pasaba a ser parte implicada en el entramado.
Tal era la cantidad de dinero obtenida mediante este tipo de comisiones que llegaban a abrir de manera voluntaria nuevas cuentas bancarias y buscaban nuevas “mulas” para poder seguir cobrando. En otros casos, eran los miembros de la organización asentados en España los que obligaban a las “mulas” bajo fuertes amenazas a seguir las indicaciones de la organización.
Con el fin de dar una apariencia legal a este proceso, la organización realizaba un contrato falso con las “mulas”, haciéndose pasar por prestamistas privados y, así, camuflar la comisión como si fuera el abono del préstamo concedido.
El segundo modo de actuar de la red consistía en publicar anuncios en redes sociales ofreciendo falsos préstamos “online”, en los que se hacían pasar por financieras francesas.
Ponían como condición la apertura de una cuenta en la que supuestamente le ingresarían el préstamo solicitado, y que debía estar a nombre de la víctima, quien debía ingresar una cantidad de dinero que oscilaba entre los 500 y 1.000 euros como gastos de comisión de apertura.
Además, debían obtener una tarjeta de crédito y enviarla a Benín junto con los datos y claves de la banca “online”. Una vez tenían las tarjetas en su poder, retiraban el dinero ingresado y comenzaba la extorsión.
Con este proceso se han esclarecido más de 200 denuncias en España y se ha logrado la detención de 45 miembros del grupo organizado, incluyendo los principales miembros que operaban como captadores directos en España.
Los arrestos han sido en Alicante, Almería, Avilés (Asturias), Oviedo (Asturias), Ciudadela (Baleares), Cornellá de Llobregat (Barcelona), Vilanova y la Geltrú (Barcelona), Cádiz, Santander (Cantabria), Castellón, Córdoba, Granada, La Coruña, Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas), Lugo, Vivero (Lugo), Madrid, Málaga, Murcia, Palencia, Salamanca, Sevilla, Toledo, Valencia, Bilbao (Vizcaya) y Zaragoza.
Además, continúan las pesquisas a nivel internacional en colaboración con Europol y con Interpol, ya que se ha podido comprobar que la organización tiene fuertes vínculos en otros países europeos como Alemania, Austria, Francia y Polonia, donde se han detectado numerosas víctimas, así como nuevas “mulas”.
Igualmente, se están realizando comprobaciones en la República de Benín para identificar a los miembros de la organización que operan desde allí.