Canarias alberga dos de las ocho Aldeas Infantiles SOS de España
En Las Medianías de Telde (Gran Canaria), Aldeas Infantiles SOS lleva trabajando desde 1992 con seis hogares: dos maternales (0-6 años) y cuatro infantiles (6-17 años). En cada hogar, una educadora o Madre SOS pasa las 24 horas del día, cinco días a la semana, junto a los pequeños, la mayoría de los cuales ha vivido situaciones poco acertadas para sus edades. Otras dos educadoras sirven de apoyo.
“El esfuerzo es grande, porque en muchos casos los niños vienen con nosotros y no tienen normas, los padres no les han puesto los límites”, asegura Nayra Santana, directora del centro. La organización se financia gracias a sus socios y a la subvención que recibe del Cabildo de Gran Canaria.
En el programa de acogimiento residencial trabajan 36 personas entre psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, educadores, administrativos o personal de mantenimiento. “Intentamos proporcionarles a los niños un hogar estable, atendiéndoles en todo lo básico, cubrir sus necesidades y ofrecerles un entorno familiar”, afirma la que también fuera educadora durante cuatro años.
En la aldea hay 41 niños. Por irónico que parezca, lo que más sorprende es el ambiente de normalidad que se respira. Cada vivienda está llena de color, dibujos y juguetes. Los niños preguntan el nombre a los nuevos y les hacen de guías por sus casas.
En los hogares, se intenta que los hermanos compartan habitación. Cada vivienda suele albergar tres habitaciones con tres camas cada una, dos baños en la planta alta, más la habitación y el baño de las educadoras, y un aseo en la planta baja.
“Es como una familia: los niños están escolarizados en dos centros de la zona de Telde; por la mañana se levantan, hacen sus camas, preparan el desayuno con las educadoras” y, una vez listos, se van al colegio. Después de la comida en la aldea, hacen actividades o se preparan para quedar con sus familias biológicas en un punto alejado del hogar.
Los padres conocen el centro y a los educadores cuando sus hijos ingresan como residentes. No existe un perfil concreto de niño en desamparo, aunque los padres sí suelen ser jóvenes parados y con escasas aptitudes parentales, estando también presentes el consumo de drogas y el descuido en la asistencia a los centros educativos de los menores.
Aldeas Infantiles SOS incluye un centro de día para niños de hasta 14 años, donde se ofrece refuerzo escolar y merienda. Tras dos años funcionando, cada vez son más los casos derivados desde la Concejalía de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Telde y el Cabildo de Gran Canaria.
También se lleva a cabo un programa de madres adolescentes por medio de una escuela de familia para aprender hábitos de higiene, alimentación, pautas educativas o de inserción laboral. Son familias en riesgo y, mediante esta herramienta de prevención, se intenta que la situación no empeore hasta el punto de tener que solicitar la protección del menor.
Pero, ¿qué ocurre con los mayores de edad? Aldeas Infantiles SOS beca a los jóvenes que, una vez cumplidos los 18 años, quieren continuar sus estudios o necesitan un tiempo de margen para aterrizar en el mundo laboral e iniciar su emancipación. En estos casos, una educadora se encarga de realizar un seguimiento para no perder la relación con los jóvenes.
El trabajo tiene su recompensa en “ver que el tiempo que estén con nosotros son felices, a pesar de que no están con sus padres, aquí encuentran lo que ellos necesitan”. Anualmente, realizan un encuentro con antiguos residentes que “vienen con sus familias; algunos tienen sus trabajos, vidas más estructuradas y otros vuelven a pedirnos ayuda, porque necesitan recursos para poder salir adelante”, manifiesta la directora del centro grancanario.
Aldeas Infantiles SOS surgió en 1949 en Austria y está presente en 133 países. Es miembro de la UNESCO y asesor del Consejo Económico y Social de la ONU. Actualmente, existen más de 500 aldeas que atienden a 450.000 niños en todo el mundo. En España, hay ocho aldeas en Canarias (2), Andalucía, Madrid, Aragón, Cataluña, Castilla La Mancha y Galicia, y ayudan a 18.200 niños.