Estafados en la compra de un chihuahua por Internet

Perro chihuahua

Héctor del Toro

La familia de G.G.T. (prefiere no revelar su identidad completa) decidió comprar un perro, así que puso un anuncio en Internet en busca de un chihuahua enano por el que pagaría un máximo de 450 euros, para regalárselo a su hija de cinco años.

Al día siguiente, recibieron respuesta a través de WhatsApp. En ella, se ofrecían dos cachorros, macho y hembra, por tan solo 350 euros (a partir de 400 euros se considera delito). Les enviaron las fotos y les invitaron a visitarles en Tarragona. El animal sería enviado a través de una empresa de mensajería.

El trámite era sencillo y con garantías: contrato de compraventa con cláusula de reposición de otra mascota similar si fallecía durante el primer año y pedigrí certificado. El pago habría de realizarse a través de una cuenta bancaria. Esa misma tarde, el cachorro saldría en un vuelo hacia Gran Canaria.

La familia realizó el ingreso, pero ni el contrato ni el animal llegaban. La vendedora no respondía al teléfono, hasta que le dijeron que pensaban denunciarla. En la misma comisaría de policía, recibieron una llamada. Era ella, explicando que había estado muy liada con el envío y la documentación.

La mujer pidió hablar directamente con la niña para tranquilizarla. Les convenció y, por las molestias ocasionadas, prometió mandarles gratis un vestido para el perro y una placa identificativa.

Les aseguró que la mascota les llegaría un sábado, pero no lo hizo. La razón: su hijo estaba hospitalizado con fiebre e, incluso, les adjuntó una foto. Pidieron un número de albarán y recibieron uno que pertenecía a un envío de dinero de hacía años y de una empresa cuyo número de teléfono les destinaba a Valencia.

El perro, supuestamente, ya estaba en la isla y les llegaría en tres días al domicilio. Falso. Acudieron a la policía y recibieron un mensaje de texto que decía “te vas a enterar”. Luego, otro que les instaba a retirar la denuncia en 24 horas o, de lo contrario, serían acusados de falso testimonio.

G.G.T. asegura que estaba con su hija en la escuela de danza cuando leyó un mensaje “amenazándome y nombrándome a la niña; me asusté, me horroricé y le pedí al profesor que me tenía que llevar a la niña”. Lo que más le duele es que hayan jugado con la ilusión de su hija.

Finalmente, la mujer fue localizada por la policía a través del número de cuenta bancaria. Los datos fueron enviados al juzgado y, allí, se resolvió que no había indicios de estafa. Pero la familia de G.G.T. continúa sin perro y sin dinero.

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