Primero fue el silencio, luego la tensión y por último, como si de una aparición divina se tratara, el cantante británico Ed Sheeran saltó este sábado al escenario en Tenerife ante el clamor de más de 35.000 fanáticos con una nueva propuesta artística que contaba con una banda, pero en la que su voz y guitarra tomaron el protagonismo de un espectáculo de apabullante sensibilidad.
El estadio Heliodoro Rodríguez López, situado en la capital tinerfeña, ha sido el lugar escogido por el artista para realizar su única actuación en España en el marco de la gira “+-=÷x”, para la cual vendió todas las entradas en cuestión de minutos y en la que brillaron sus grandes éxitos.
La expectación era máxima entre los asistentes, quienes desde temprano en la mañana llenaron los alrededores del recinto, a pesar del intenso calor, a la espera de poder acceder a un lugar cerca del escenario y disfrutar de su ídolo en una isla con la que guarda una profunda vinculación.
Los nervios rompieron en aplausos y gritos con los primeros acordes de “Castle on the Hill”, a la que siguieron “Shivers” y “I´m a Mess”, un breve recorrido por su discografía que abarca desde su meteórico ascenso al estrellato hasta el viaje a las profundidades de la melancolía y el desamparo que han representado sus últimas publicaciones.
Y es que, si bien el compositor se ha caracterizado durante toda su carrera por cantarle al amor, con una visión dulce y leal en la que formar una familia era un pujante deseo, los acontecimientos en su vida reciente pusieron en jaque esta visión con el diagnóstico de un tumor a su mujer mientras estaba embarazada, la muerte de su amigo y productor Jamal Edwards y el juicio por plagio de su éxito “Shape of You”.
Un aluvión de complicaciones que sentaron la base emocional de sus dos últimos discos, Substract (2023) y Autum Variations (2023), que casi no han tenido peso durante su actuación, para dejar el protagonismo a “+” (2011) , “x” (2014), “÷ Divide” (2017), “= Equals” (2021), una suerte de problema matemático en el que el resultado es claro: la tormenta ya pasó y el ídolo de masas vuelve a mirar con optimismo el futuro.
Sheeran ofreció un concierto de casi dos horas ataviado con una camiseta en la que se podía leer “Tenerif” y que se asemejaba al típico recuerdo para turistas que visitan la isla, la enésima demostración de su vínculo con una tierra que tiene tatuada en el brazo y sobre el que han surgido muchos rumores como que su familia tiene una casa en el municipio de Adeje o que fue en Vilaflor donde se declaró a su mujer.
A golpe de guitarra, acompañado por fuegos artificiales y con una energía desbordante, el británico consiguió a los veinte minutos de su actuación que todos los presentes iluminaran por completo el estadio encendiendo las linternas de sus teléfonos para cantar al unísono “A Team”, su primer gran éxito, y despedir al atardecer que coloreaba el cielo.
Una vez entrada la noche y hechas las presentaciones, un espectáculo de fuego envolvió al cantante a ritmo de “Don´t” y desató la euforia de todos los presentes, quienes asistieron, según explicó el cantante, a un novedoso directo en el que se incluía la presencia de una banda “después de más de diez años tocando en solitario” sobre los escenarios.
Una apuesta que tuvo uno de sus momentos más épicos cuando el cantante interpretó “Galway Girl” junto a una violinista y a los juegos pirotécnicos o cuando llamó a su compatriota y también cantante Callum Scott, quien actuó como telonero horas antes, para que interpretaran juntos “You are the reason”.
Sin embargo, uno de los momentos más emotivos de la jornada tuvo lugar cuando interpretó “Tenerife Sea”, una canción lenta en la que compara el azul del mar que rodea a la isla con el color de los ojos de la madre de sus hijos, a quien conoció en el instituto, y de quien confiesa en la letra que se encuentra “enamorado, muy enamorado”.
A la que siguió “Happier” y “Perfect”, una elección que deja entrever su actual estado de ánimo, después de superar “el miedo, la depresión y la ansiedad” que sintió durante los últimos años y que confesó en varias entrevistas, hasta que su mujer superó la enfermedad y dio luz a su segunda hija.
A partir de ese momento Sheeran comenzó a despedirse del público no sin antes enfundarse una camiseta del Club Deportivo Tenerife y cantar su éxito mundial “Shape of you”.
Todo un icono en su prolífica carrera que desató la histeria del público y sirvió de preludio a “Bad Habits”, el punto y final de un espectáculo con el que pareciera decirle a los presentes que lo ocurrido este sábado en Tenerife puede convertirse en un mal hábito que se repetirá en el futuro.