INCENDIO EN TENERIFE
El incendio de Tenerife revive bajo tierra
El incendio de Tenerife, iniciado el pasado 15 de agosto, está presentando reactivaciones que le sitúan de nuevo en el nivel 2 del Infoca. Actualmente, los trabajos se concentran en tres sectores localizados en los municipios de Santa Úrsula, El Sauzal y La Orotava.
Los equipos que luchan contra estas reproducciones en plena ola de calor se enfrentan estos días a un fuego “de subsuelo”, una situación que se agrava con las altas temperaturas, la escasa humedad y viento dominante, que son las condiciones meteorológicas y ambientales que se están dando en el archipiélago desde principios de octubre.
Durante este proceso de extinción del fuego que dura ya casi dos meses, se han producido muchas reactivaciones debajo de la tierra, pero las condiciones actuales; temperaturas de más de 30 grados, una humedad inferior al 10% y el azote del viento descendente, han ido secando todo lo que hay alrededor, generando más puntos calientes. En declaraciones a los medios de Pedro Martínez, jefe del servicio técnico de Gestión Forestal del Cabildo, el fuego de subsuelo “va quemando lentamente y se evidencia cuando entra en contacto con el aire”. Los árboles de tallo grueso o sus raíces se van quemando en su interior “hasta que por fuera empiezan a arder o caen”.
¿Cómo se quema el subsuelo?
Se distinguen tres grandes formas en las que el fuego puede avanzar y progresar; el fuego de copa, que avanza entre árboles próximos entre sí; el fuego de superficie, que se propaga por el combustible que se encuentra sobre el suelo, como la pinocha, la hojarasca, hierbas, arbustos o madera caída; y el fuego de suelo y subsuelo, el más difícil de detectar, ya que quema las raíces y otra materia orgánica. Por la escasa cantidad de oxígeno, apenas provoca llamas, lo que complica aún más las labores de extinción.
Para producirse la combustión necesita oxígeno y bajo tierra lo encuentra porque el subsuelo no es una superficie completamente hermética. Un fuego de superficie puede encontrar un tocón, es decir una puerta, por la que propagarse por debajo de la tierra través de las raíces de los árboles. Técnicos forestales consultados por este periódico, aseguran que este tipo de fuego es el más difícil de prever, pues en un entorno donde se está tratando de extinguir las llamas, es difícil detectar las zonas donde se está produciendo.
“Las lluvias previstas para la próxima semana podrían ser una buena noticia”, lluvias que, si “son buenas”, penetrarían para enfriar estas superficies y llegarían donde los equipos, aunque quisieran, por la orografía del terreno no pueden llegar.
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