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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Equipo enchufismo

Pedro Fernández Arcila (Sí Se Puede) decía en este mismo medio lo siguiente: “La unión entre empresarios y políticos, y confundir los intereses públicos con los intereses privados, fue una manera de actuar de CC que puedo decir que todavía continúa”, y lo hacía refiriéndose al caso Las Teresitas. Sus palabras se reflejaron esta semana en dos noticias.

Mientras Fernando Clavijo se dejaba querer por Asier Antona (PP) y por Casimiro Curbelo (ASG), el líder de Izquierda Unida en Canarias, Ramón Trujillo, aprovechó la ocasión para hacer daño con estas otras palabras: “El 26% de los asesores del presidente canario están entre la EGB y Bachillerato”. Calificaba de “escándalo” contar con seis asesores en la Oficina de Relación con los Medios de Comunicación y que ninguno fuera licenciado en Periodismo.

En cualquier otra comunidad autónoma en la que su presidente cuente con seis asesores en comunicación sin los estudios superiores adecuados para la labor que desempeñan, resultaría bochornoso y quizá le costaría la presidencia o, como mínimo, una disculpa pública. Lo razonable sería que Fernando Clavijo tuviese que dar explicaciones, como cuando el padre del actual rey salió a decir “no lo volveré a hacer más”. Pero no se hagan ilusiones.

Este es solo un pequeño ejemplo de que CC continúa confundiendo los intereses públicos con los privados. Los asesores molones de las instituciones públicas canarias no deberían ser asesores de partido, elegidos por el dedo de dios. El presidente del Gobierno de Canarias tiene dos opciones: o sale y desmiente la noticia y da las explicaciones pertinentes, o bien puede modificar el nombre de su cuenta oficial en Twitter por la de Equipo enchufismo.

Coches de alta gama

A raíz de la decisión de Manuela Carmena de reducir la contaminación en Madrid y, por lo tanto, de limitar el tráfico de vehículos, salía Esperanza Aguirre en el programa Al rojo vivo, presentado en esa ocasión por Cristina Pardo, para decir que ella estaba “encerrada en casa” porque sus hijos y ella tenían todos matrículas pares“, y que ”la gente estaba muy asustada“ por lo que estaba haciendo Carmena, otro escándalo que diría Raphael.

Como si del destino se tratará, Canarias Ahora se hace eco de una noticia también de coches en la misma semana: “El Gobierno de Canarias paga seis coches oficiales y 60 líneas de móvil a la cúpula de jueces y fiscales de las islas”, todo sea por mantener la independencia judicial en Canarias. Los críticos le dirían a Fernando Clavijo que públicamente está quedando muy mal esta semana: elimina el Comisionado de Inclusión Social y Lucha contra la Pobreza (que este miércoles, in extremis, ha repuesto, en una clara rectificación de su decisión anterior) y justo después nos enteramos de cuáles son sus métodos para garantizar la separación de poderes. Solo Esperanza Aguirre lo podría hacer mejor.

Pedro Fernández Arcila (Sí Se Puede) decía en este mismo medio lo siguiente: “La unión entre empresarios y políticos, y confundir los intereses públicos con los intereses privados, fue una manera de actuar de CC que puedo decir que todavía continúa”, y lo hacía refiriéndose al caso Las Teresitas. Sus palabras se reflejaron esta semana en dos noticias.

Mientras Fernando Clavijo se dejaba querer por Asier Antona (PP) y por Casimiro Curbelo (ASG), el líder de Izquierda Unida en Canarias, Ramón Trujillo, aprovechó la ocasión para hacer daño con estas otras palabras: “El 26% de los asesores del presidente canario están entre la EGB y Bachillerato”. Calificaba de “escándalo” contar con seis asesores en la Oficina de Relación con los Medios de Comunicación y que ninguno fuera licenciado en Periodismo.