Espacio de opinión de Tenerife Ahora
Recuperar la plaza del Cristo para la gente
La plaza del Cristo no es solo el mayor espacio público del casco lagunero, es parte del imaginario, de la memoria y del sentimiento de muchas personas que lo asocian a momentos de ocio, a música, a paseos, a eventos deportivos, a tertulias o simplemente a tardes brumosas de juventud.
Su importancia urbana y patrimonial quedó reseñada en el informe que el Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos España) redactó en 2008 ante la implantación “provisional” del mercado en este lugar. Ese informe es contundente a la hora de valorar esa decisión y literalmente dice: “El caso que se presenta a informe es un claro ejemplo de menoscabo del valor patrimonial de la ciudad a causa de su degradación por ocupación de espacios públicos comunales por la introducción de usos insanos y molestos en un espacio cívico de carácter cultural y patrimonial. Así mismo, entraña el menoscabo del disfrute pacífico del derecho de fruición colectiva de un bien o parte de él, en este caso la plaza del Cristo de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, pieza fundamental del conjunto de espacios cívicos definidos como piezas esenciales del valor cultural y patrimonial del Bien Cultural inscrito en la Lista de Bienes Patrimonio de la Humanidad”.
Junto a este mismo lugar tenemos el Santuario del Cristo, que lleva esperando desde 1985 por su definitiva declaración como Bien de Interés Cultural por sus altos valores patrimoniales e históricos. Es lamentable que treinta y cuatro años después ese proceso no haya culminado ante la falta de respuesta institucional, especialmente por la negativa del Ministerio de Defensa, que se considera afectada por el efecto del entorno de protección de esta declaración en las actuales instalaciones militares. El acuartelamiento actual, poco usado, ocupa unas parcelas de alto valor estratégico para un mejor desarrollo de nuestro municipio, que ojalá en breve sean devueltas a un uso civil que venimos reclamando desde hace tiempo.
Desde hace catorce años, el documento del Plan Especial de Protección del Casco ya recoge medidas de mejora de esta plaza, tras el impacto negativo de los cambios sufridos en este entorno en 1998, con medidas como el aparcamiento subterráneo, la tala de los viejos olmos, la retirada de los antiguos bancos y el cambio del pavimento. La propuesta técnica hablaba de una plaza más habitable, sin charcos ni problemas de accesibilidad, con protecciones vegetales y físicas frente al alisio y espacios para el descanso, muy lejos de lo que tenemos actualmente.
Para recuperar la plaza hay que lograr objetivos concretos, como el definitivo traslado del mercado a su lugar original, pero también con medidas que mejoren el entorno público. En este sentido creemos que la propuesta de instalar un tanatorio-velatorio junto al Santuario del Cristo representa un impacto negativo. Entendemos que el proyecto presentado y defendido por la directiva de la Esclavitud del Cristo implicaría un impacto en el conjunto de una plaza que además es considerada plaza de interés insular y en el ámbito del Bien de Interés Cultural incoado, con categoría de monumento. Creemos que en ambos casos una obra de estas características es totalmente incompatible con el uso público de la plaza y sus valores patrimoniales y urbanísticos.
Nos sigue pareciendo difícil de explicar que en el verano de 2017 se permitiera el cambio exprés del Plan Director del Santuario para posibilitar esta actividad, calificada en el documento como un “servicio demandado por la ciudadanía”. Esta modificación fue promovida por el Cabildo y redactada por el arquitecto Alejandro Beautell, que curiosamente ya participó en la restauración del Santuario presentada poco antes y en el Plan Director de 2010. La reacción vecinal ante este proyecto creemos que evidencia que tal demanda no existe; al contrario, mucha gente entienden que solo hay un interés en usar mercantilmente un espacio que, con independencia de las creencias de cada persona, tiene un indudable valor simbólico y patrimonial.
En este 2019 esperamos que los avances en este proyecto puedan ser frenados con medidas institucionales que preserven el interés general por este espacio público frente a este tipo de impactos. El pasado mes de diciembre pedimos, además, que el alcalde ejerza su papel en el proceso de inmatriculación abierto sobre parte de los solares afectados por esta obra, al entender que los usos municipales sostenidos en el tiempo de los almacenes utilizados para las fiestas generan derechos adquiridos por parte del Ayuntamiento.
Nuestra apuesta con respecto a la plaza del Cristo es clara. Queremos una plaza abierta, atractiva, vivible, una demanda que va aparejada con cumplir de verdad con las esperadas obras del Mercado y con el fomento de usos compatibles con el sentido y el origen de este gran espacio público. Recuperar esa plaza y otros muchos espacios públicos abandonados del municipio debería ser un elemento central en los compromisos políticos de cara a mayo de 2019. Ojalá sea así.
*Portavoz municipal de Unidos Se Puede en La Laguna
La plaza del Cristo no es solo el mayor espacio público del casco lagunero, es parte del imaginario, de la memoria y del sentimiento de muchas personas que lo asocian a momentos de ocio, a música, a paseos, a eventos deportivos, a tertulias o simplemente a tardes brumosas de juventud.
Su importancia urbana y patrimonial quedó reseñada en el informe que el Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos España) redactó en 2008 ante la implantación “provisional” del mercado en este lugar. Ese informe es contundente a la hora de valorar esa decisión y literalmente dice: “El caso que se presenta a informe es un claro ejemplo de menoscabo del valor patrimonial de la ciudad a causa de su degradación por ocupación de espacios públicos comunales por la introducción de usos insanos y molestos en un espacio cívico de carácter cultural y patrimonial. Así mismo, entraña el menoscabo del disfrute pacífico del derecho de fruición colectiva de un bien o parte de él, en este caso la plaza del Cristo de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, pieza fundamental del conjunto de espacios cívicos definidos como piezas esenciales del valor cultural y patrimonial del Bien Cultural inscrito en la Lista de Bienes Patrimonio de la Humanidad”.