Vecinos de San Juan de la Rambla, en el norte de Tenerife, denuncian el “abandono” del entorno del pino del Molino del Viento, un ejemplar centenario incluido en el listado de árboles monumentales y flora singular y que se encuentra en el barrio de San José, en la calle de El Pino y con acceso desde la vía Molino de Viento, a unos 450 metros del nivel del mar. El pino presenta una altura de 31 metros, se ubica en zona rural y, según censuran los residentes, lleva mucho tiempo sin el vallado instalado en su momento, “lo que supone un peligro de caída” para los que quieran contemplarlo o pasar un rato a su lado. Los vecinos también lamentan la desaparición de las mesas que se aportaron en su día y que solo se cuente con una valla que colocó un residente “hace ya muchos años en el lado sur”.
Además, alertan de la constante presencia de personas “desaprensivas”, temen que acabe desatándose, por ejemplo, un incendio por malas prácticas alrededor del ejemplar y que no se cierre el lugar por la noche ni haya vigilancia de ningún tipo en ningún momento del día o la noche. Denuncian, asimismo, que el Cabildo y el Ayuntamiento de San Juan de la Rambla se “desentiendan” de esta situación con uno de los árboles incluidos en el catálogo de emblemáticos de Tenerife y temen que ocurra lo mismo que con el pino de Pilancones, en Gran Canaria, de 401 años y que “se perdió en 2008 por unos desaprensivos”, en alusión a los pirómanos que desataron los incendios en la Isla en el verano de 2007.
El Cabildo de Tenerife indicó este miércoles a Canarias Ahora que este “árbol está fuera de Espacio Natural Protegido y, aunque forma parte del catálogo insular, no tiene ningún régimen jurídico de protección”. Asimismo, señala que se encuentra en “suelo público con un entorno acondicionado, aislado de masa forestal y en un entorno agrícola. La competencia para su protección –sostiene- corresponde al Ayuntamiento, si bien vamos a realizar un informe y lo enviaremos al consistorio para que tome las medidas oportunas”.
El concejal de Obras, Jonay Méndez, se desplazó este mediodía hasta el pino y, desde allí, recalcó a este periódico que no aprecia el “abandono” del que hablan los vecinos, recalcó que el vallado, en tal caso, se perdió hace más de 15 años, que el árbol se sitúa en zona rural, pero no presenta especiales riesgos de incendio, más que la habitual pinocha que suele desprenderse de sus ramas y que las mesas, “de haber existido”, también se colocarían hace mucho tiempo. Asimismo, subraya que esta zona, cerca de la linde con el municipio de La Guancha, nunca ha tenido vigilancia y que, por lo demás, ni se ha convertido en un foco de basura, ni de infecciones ni en nada reprochable desde esa óptica. También subraya el buen estado de mantenimiento y limpieza del acceso y sus alrededores.