El grupo nacionalista canario en el Cabildo de Tenerife ha lamentado este lunes la decisión del nuevo grupo de gobierno (PSOE-Cs) de suprimir la estrategia Tenerife 2030, una decisión que, tal y como aseguran los nacionalistas, “no se basa en criterios objetivos, sino en un capricho”. Esto se ha hecho “con el mero afán de demoler lo existente”.
Hay que decir que la supresión del proyecto Tenerife 2030 como acción transversal en el seno de la Administración insular la ha dado a conocer el vicepresidente primero Enrique Arriaga, también líder de esa formación política en el Cabildo. Arriaga ha dicho que se anula esa estrategia, santo y seña del expresidente Carlos Alonso desde el mandato pasado, pero ello no va a significar que decaiga la financiación asociada a tal proyecto, que se mantendrá en las áreas que correspondan.
Carlos Alonso reprochó este lunes esa decisión del nuevo Gobierno insular, avanzada en una entrevista con el consejero insular de Innovación, Enrique Arriaga, publicada en el periódico El Día, informó la agencia Europa Press.
El portavoz nacionalista ha querido recordar en una nota que esa estrategia está diseñada para las nuevas generaciones, apoyándolos para generar más capacidades en la innovación, en la educación, el deporte y el mundo digital, y para fomentar la creatividad.
En opinión de Alonso, “parece que [los miembros del nuevo grupo de gobierno] están más preocupados en suprimir cosas que en poner en marcha nuevos proyectos”. “Si su política es destruir lo que funciona bien, mal nos va a ir a todos los tinerfeños”, apostilló.
El expresidente Alonso acusó al grupo de gobierno de ser “incapaz de tener una visión a largo plazo, apoyando a los ciudadanos de Tenerife en un proceso básico que es la formación y con una potente inversión que supera los 100 millones de euros”. Añadió, además, que Tenerife 2030 “no solo apoya a los más jóvenes haciéndoles más capaces, sino también genera más oportunidades para el resto de la sociedad”.
El grupo nacionalista ha lamentado que se estén tomando decisiones sin conocer el detalle de los programas ni haber consultado a los equipos, el personal y funcionariado que ha trabajado en esos programas, y sin que se haya contactado con el tejido social y económico que apoya esos programas para evaluarlos y poder tomar decisiones.
“Todo se está haciendo con el mero afán de demoler lo existente, sin conocerlo en profundidad, sin consultar con la sociedad y sin ofrecer alternativas. Se sacrifica una estrategia solvente a largo plazo sin una visión alternativa. Estamos viendo que el problema no era que se encontraran los despachos vacíos, sino que no tienen nada en la cabeza, salvo el afán de destruir”, señaló Alonso.