La cita era a las 12.00 en la plaza Weyler de Santa Cruz de Tenerife. El recorrido, desde allí, bajar por la calle Castillo, cruzar la plaza de España y hacer una pitada frente al Cabildo de Tenerife.
Y así fue. Escoltados por la Policía los casi 200 trabajadores, y algunos familiares y simpatizantes, comenzaron la marcha pasado el mediodía en dirección al Cabildo. La protesta iba acompañada de dos pancartas y un constante pitido y sonido de sirenas, lo que llamó la atención de todos los que se cruzaban con la manifestación, incluidos decenas de turistas llegados en los tres cruceros que este viernes se encuentran amarrados en Santa Cruz.
A su paso por el Parlamento de Canarias, la marcha se detuvo para realizar la primera de las pitadas del día. Unos minutos de ensordecedora protesta para continuar calle abajo hasta la plaza. Allí el sonido se dispersó un poco, pero siguió atrayendo la atención de locales y foráneos. Unos folletos distribuidos por los propios huelguista explicaban a quienes aceptaban cogerlos los motivos de la protesta.
A la llegada al Cabildo varios consejeros del grupo de Podemos se sumaron a la concentración realizada frente al edificio. Javier Rodríguez, director de Seguridad de la Corporación y quien representa al Cabildo en la negociación con los bomberos en lugar del consejero del ramo, José Manuel Valbuena, salió a saludar a los manifestantes. Sin embargo, tras un saludo de cortesía, regresó al interior del edificio.
La sonora pitada y consignas como “el sur también quiere sus bomberos” o “Valbuena, cobarde, esto está que arde” duraron unos 20 minutos, tras lo cual se dio por finalizada la protesta de hoy, no sin antes emplazar a los bomberos a un nuevo acto, “más sonado”, el próximo viernes.