Guillermo Díaz Guerra (PP), primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife: “Si tengo que hacerme cargo de las colonias de gatos lo que hago es sacrificarlos”

Guillermo Díaz Guerra, primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife por el Partido Popular

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —
9 de septiembre de 2020 18:18 h

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“Si tengo que hacerme cargo de las colonias de gatos lo que hago es sacrificarlos”, así de claro se manifestaba Guillermo Díaz Guerra, primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife y líder del Partido Popular en la ciudad -tal y como atestigua el archivo que acompaña esta información-, en el curso de una reunión mantenida este martes, 8 de septiembre, con una serie de colectivos animalistas.

En ese encuentro se abordó la necesidad de reducir la población de felinos que deambulan por las calles de la capital, objetivo en el que coinciden todas las partes pero no en los medios para lograrlo. Mientras Guillermo Díaz Guerra, responsable de la materia como concejal de las áreas de Bienestar Comunitario, Servicios Públicos y Sanidad, aboga por el exterminio de los gatos que no tengan chip como fórmula viable, los animalistas abogan por campañas de esterilización como instrumento fundamental.

La presencia de estos animales en las calles, parques y espacios públicos de la ciudad “es una plaga que hay que eliminar”, sostiene categórico el portavoz del PP -recoge la grabación- ante la incredulidad de muchos de los asistentes, según pudo confirmar este medio con algunos de los presentes, dado el contenido de unas declaraciones con resabio de amenaza.

Para el número dos del equipo de gobierno municipal -en esa responsabilidad tras triunfar la moción de censura del 13 de julio contra la anterior alcaldesa, la socialista Patricia Hernández-, las colonias felinas son un capricho de sus cuidadores, que hacen uso de la vía pública para satisfacer sus deseos de tener animales y “tienen que seguir las normas del Ayuntamiento y, para empezar, tener chip y si no, no los tengan”. En este punto añade que si los cuidadores de felinos “quieren tener gatos no los tengan en la ciudad, cómprense una finca”, apostilla.

Begoña Martorell, representante de la Asociación Activismo Animal, asistente a la cita de ayer con Díaz Guerra, consultada por el desarrollo de la misma, confirmó la “alarma de todos aquellos que amamos los animales” por la filosofía que marca las actuaciones del Ayuntamiento de la capital tinerfeña en materia de protección animal, “donde prevalece hablar de peligro y enfermedades para después matar, ejecutar y exterminar animales”.

Sostiene Martorell que el anterior gobierno municipal socialista de Santa Cruz era “indiferente” a esta situación, sin abordar el problema, pero ahora la “crueldad” es la impronta del nuevo equipo.

A juicio de los colectivos animalistas, el problema reside en una ordenanza municipal que permite esos procedimientos, incluso vulnerando los principios marcados en el borrador de la próxima ley de Protección Animal del Gobierno de Canarias.

Insisten los defensores de los derechos de los animales que corresponde a la Corporación local el facilitar la aplicación del chip a las colonias de gatos callejeros y no a los cuidadores en el caso de colectivos animales de cierto número, como sería el caso, que obligan a tener un núcleo zoológico registrado. De esta manera, aseguran, Díaz Guerra amenaza con que el cuidador que no le ponga el chip a su nombre a esos gatos callejeros podrán ser sacrificados.

En el caso del colindante municipio de La Laguna, su grupo de gobierno acordó recientemente desplegar una campaña para controlar las colonias de gatos laguneros, en la cual los felinos serán capturados, esterilizados y devueltos al grupo de origen.

El propio Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife aprobó en septiembre de 2018, cuando el alcalde era asimismo el actual regidor, el nacionalista José Manuel Bermúdez, destinar 15.000 euros para una iniciativa similar a la acordada en La Laguna y demandada por los animalistas, esto es, la esterilización de todos los gatos que se encuentren en las colonias de la capital insular, sin responsabilidad patrimonial a los responsables de las colonias de gatos, “ya que esta será cubierta por el seguro del propio Ayuntamiento”, en palabras de Bermúdez por aquellas fechas.

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