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Diego Navarro: “Fimucité también es una experiencia muy emocional, algo que engancha”

Dácil Jiménez

Santa Cruz de Tenerife —

Hace ya 10 años que el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife vio la luz por primera vez. Aquel 2007, Fimucité apareció para revolucionar el panorama musical de entonces, y no solo el de Tenerife. La muestra supuso un soplo de aire fresco, fresquísimo, en el panorama internacional de festivales. Era una propuesta original y diferenciada con una serie de conciertos de música de cine amparados en una misma temática y con la participación de los mejores compositores del mundo como invitados, dirigiendo sus propias creaciones y arreglando partituras expresamente para la ocasión.

Nada de esto habría funcionado sin el tinerfeño Diego Navarro y su equipo, el artífice del concepto Fimucité. También es quien, tras ese decenio, sigue estando al frente del proyecto, organizando, creando, dirigiendo y, sobre todo, disfrutando como un niño de su festival. Diego Navarro, el compositor para el cine con más trayectoria en el terreno cinematográfico de las islas, con una carrera envidiable como compositor de bandas sonoras (Óscar, una pasión surrealista, Pasaje al amanecer, Puerta del tiempo o Atrapa la bandera, entre otras cintas) y con un enorme prestigio internacional como director de orquesta, busca un hueco para explayarse con este periódico digital y así contar los detalles de la edición que se inicia el 23 de septiembre próximo y representa su tan especial décimo aniversario.

¿Qué novedades se puede encontrar el público este año en el festival?

Pues muchas. En primer lugar nosotros necesitábamos para el décimo aniversario un big name [invitado de primera categoría] que estuviera acorde con la celebración y con la clausura de esta edición. Esto fue un caballo de batalla muy complicado porque había muchas opciones sobre la mesa, pero teníamos muy claro hacia dónde queríamos ir. Y, afortunadamente, lo conseguimos: Howard Shore, ganador de tres premios Oscar y compositor de la trilogía el Señor de los anillos y El Hobbit , es el gran protagonista de esta edición. Va a ser un acontecimiento histórico en estos diez años de andadura porque, entre otras cosas, hemos creado un programa de concierto extraordinario con Howard Shore, que abarca toda su carrera y está desarrollado a través de tres de los principales directores con los que él ha trabajado: David Cronenberg, Martin Scorsese y Peter Jackson. Vamos a tener en ese concierto, que tendré el honor de dirigir, dos estrenos europeos: El Hobbit y La invención de Hugo. Es uno de los grandes highlights de este concierto. Y novedades, muchísimas, como nuevas incorporaciones y nuevos solistas, por ejemplo Cristina Ramos (la ganadora de un famoso talent show). También mantenemos los formatos que nos han funcionado en estos diez años. De hecho, es una edición multiformato. Arrancamos con la Big Band de Canarias el viernes 23; el 24, en el Guimerá, That 70s Show, con un formato pop-rock, las mejores canciones del cine de los 70, la era hippie, Aquarius. Será un concierto divertidísimo, con coreografía, show y espectáculo. Después toca banda sinfónica con instrumentos de viento y percusión; al día siguiente, orquesta sinfónica del Conservatorio, y ya terminamos con la Sinfónica y el coro el viernes y sábado. Con lo cual, tenemos todo un universo en la edición de este año.

Con tantas cosas, ¿qué es lo que no se perdería? Imagino que no querrá perderse nada. ¿Qué destacaría como punto álgido de esta edición?

El punto cumbre es el día 1 de octubre, con la clausura, y el viernes 30, el Space Opera, la temática que da nombre al festival este año, un homenaje a todas las pelis y series de ciencia ficción del espacio: Star Trek, Star Wars, Battlestar Galactica... Va a ser un recorrido fascinante y, de hecho, en la primera parte del concierto viajaremos por todos los clásicos: Thunderbirds, Space 1999, Dune..., hasta llegar a la segunda parte, más moderna, en la que incluimos los últimos grandes éxitos del género, con las bandas sonoras de filmes como Gravity, Interestellar, The Force Awakens (Star Wars), y una suite extraordinaria del Doctor Who, especialmente arreglada para el festival. Es una serie mítica con muchísimos seguidores. Es un recorrido increíble, y fíjate qué curioso: nosotros hacemos mucha investigación antes de lanzarnos a ver qué se plantea cada año. Investigamos mucho para determinar si lo que planteábamos se había hecho antes y, curiosamente, como concepto no hemos detectado que se haya celebrado un concierto de música para cine que, bajo ese monográfico y concepto (Space Opera) englobe todos esos títulos. Se han interpretado hasta la fecha y de forma aislada algunas de esas piezas (menos los arreglos escritos exclusivamente para el festival), pero, todo unificado bajo un mismo paraguas y rindiendo tributo al género de esta manera, no somos conscientes de que se haya planteado con anterioridad. Y lo mismo nos sucedió en 2009, cuando dirigí (que fue estreno mundial) Alien: A Biomechanical Symphony, la mejor música de la saga entera de Alien reunida en un solo concierto. Lo mismo hicimos en 2014 con la sinfonía de Gotham, todo el universo Batman desde que se originó (con las primeras series animadas) hasta Tim Burton, Chris Nolan... Eso no se había hecho nunca. Es una cuestión muy editorial: la creación de productos muy exclusivos dentro del género que solo vas a poder disfrutar aquí, si te vienes al Fimucité. Pero es como si me preguntaras por los hijos. Con cuál te quedas. Cambiando de tercio, el concierto That 70s Show va a ser divertidísimo. La gente estará bailando desde el minuto uno. Por eso haremos una sesión doble el mismo día, porque hay una gran demanda para este show en concreto. Pero también el concierto de la Big Band va a ser exquisito... Y los de la banda sinfónica y la orquesta del Conservatorio van a ser una maravilla, también. Estamos hablando del Warner Animation, un concierto bendecido por Warner Brothers, que nos ha cedido todas las imágenes que van a ser proyectadas y va a haber un montón de estrenos de piezas que se han arreglado solo para este concierto por parte de los tres compositores protagonistas (Dynamic Music Partners), que vienen de Los Ángeles y que llevan 20 años trabajando con Warner. Lo especial de esos proyectos es lo que hay detrás: el apoyo a la cantera de quienes serán los futuros músicos profesionales de la isla. Dar la oportunidad a chicos muy jóvenes de brillar por sí mismos. Será un momento muy motivador para ellos. Tocarán piezas que no se han tocado nunca, que han sido arregladas para este concierto y ante tres señores que tienen un Emmy, por los que van a ser dirigidos. Así que es una oportunidad maravillosa.

En cuanto al tema de cada edición, ¿cómo lo eligen?

Siempre nos gusta buscar relaciones, hitos. Por ejemplo, cuando hicimos Alien: a Biomechanical Symphony era el aniversario del estreno de la primera de Alien, la de Ridley Scott; cuando hicimos el homenaje a Jerry Goldsmith (que vino su viuda) era su 80 cumpleaños; el centenario de Universal... Es decir, siempre todos los festivales han tenido una temática específica y justificada. No hay nada gratuito o al azar. El eje fundamental del festival está muy pensado y normalmente está relacionado con un aniversario.

¿Y el de este año, con el espacio?

El origen del Space Opera de este año fue el estreno del año pasado de The Force Awakens (Star Wars). Es un tema, el del espacio, que siempre me fascinó y que nos fascina a todos los que hacemos Fimucité. Desde chiquitito siempre vi las películas de ciencia ficción, de naves, de viajes estelares. Me hacían vibrar y mi cabeza volaba. Una partitura que es mítica en mi configuración como compositor de música para el cine es Star Wars (de John Williams), está en mi ADN musical. Por eso pensé que la temática podía ser Star Wars, pero luego, al desarrollarla, pensamos que podíamos ampliar el concepto algo más y llegar a tocar a los fans de otras series y películas. Y así llegamos al concepto Space Opera, que engloba todo esto. Pensamos que sería más rico y variado, sin olvidarnos del origen, que es Star Wars. Por eso este año dirijo The Force Awakens.

Quería preguntarle por la participación de los músicos canarios...

Sí, siempre. Ese es uno de los pilares del festival que nos hemos propuesto desde el principio. Es decir, que el festival pueda suponer una oportunidad para la proyección del talento canario. Casi todos nuestros solistas, el 90%, son canarios, sobre todo de Tenerife, pero, por ejemplo, Alba Serrano (la solista que cantará con la Big Band de Canarias) es de Gran Canaria; Cristina Ramos, también es de Gran Canaria. Carmen Acosta, la solista extraordinaria que va a cantar The Diva Dance (de El quinto elemento), es de Tenerife. La pieza es dificilísima, pero la vamos a hacer. De hecho, la hemos arreglado ex profeso y la vamos a interpretar. Carmen Acosta es una renombrada soprano tinerfeña con la que ya trabajé en este festival, cuando dirigí el concierto de Bernard Herman, haciendo Ciudadano Kane. Kike Perdomo, el director de la Big Band y probablemente el mejor saxofonista que tenemos en Canarias, también va a participar este año.

Entonces, a pesar del renombre internacional que tienen las partituras de este festival, luego quienes las interpretan son canarios.

Claro. Eso es lo maravilloso. No en vano, dos de mis cantantes solistas con las que he trabajado ya en varias ocasiones y que este año continúan en el proyecto That 70s Show, Esther Ovejero y Lorena García, son canarias. Han actuado en los proyectos pop-rock, y ya van tres años desde que implantamos este formato (empezamos con Back to the 80s, lo cual fue increíble, y Back to the 90s). Y ahora cantan a los años setenta. Ellas siempre han estado vinculadas a este proyecto, pero, al margen de esto, participaron en proyectos como el aniversario de James Bond, que fue un exitazo tremendo. Ellas fueron parte del elenco y al año siguiente me fui a Cracovia, al festival con el que estamos hermanados, y me las llevé. De hecho fueron las cantantes favoritas del público. Cantaron dirigidas por mí ante más de 15.000 personas. Para ellas esto supuso una oportunidad de platino. Siempre he considerado que el festival tiene que ser una plataforma para mostrar las excelencias artísticas de la isla, que son muchísimas.

Usted es músico y canario, con una trayectoria impresionante. ¿Está de acuerdo con la afirmación de que los artistas canarios, para desarrollarse plenamente, tienen forzosamente que irse de las islas? ¿O esto ya no es así?

Yo creo que es absolutamente esencial airearse. Me pasa algo muy curioso con esta isla, con las islas, como a todos los canarios, y es que llega un momento en que necesitamos marcharnos para airearnos, para conocer, para leer, para respirar, para escapar. Pero, curiosamente, pasado un tiempo, y como efecto colateral de esa naturaleza isleña, necesitamos volver al volcán, regresar. Te nutres de esta energía otra vez y luego te vuelves a ir. Vuelves a volver, y vuelves a irte. Hasta que en un momento determinado de tu vida, por lo que sea, decides establecerte aquí, que es donde estoy yo a día de hoy. No sé lo que pasará después, pero hoy mi apuesta es, después de estar fuera, construir y crear desde mi tierra. Indiscutiblemente, es necesario airearse, formarse, irse en modo esponja, para aprender y conocer todo lo que puedas en los ámbitos vivencial y profesional.

Usted no solo ha salido de las Islas, sino que ha sido casi un embajador de Canarias en el mundo de la música y ha conseguido que se hable de ellas lejos de aquí, y que venga un importante elenco de artistas al festival. ¿Cómo ha sido esa participación en las ediciones anteriores?

Por nuestro festival ha pasado lo mejor de lo mejor de lo mejor dentro del género, menos John Williams (que no acudió porque estaba escribiendo Tintín y porque cada vez más intenta evitar los vuelos transoceánicos, aún así nos fuimos a Los Ángeles a filmar un cariñoso y exclusivo mensaje que envió a toda la audiencia de esa noche). A Ennio Morricone lo esperamos invitar en un futuro, igual que a mi amigo Hans Zimmer, que conoce muy bien el festival. Por aquí ha pasado el resto. Se ha rendido tributo a los más grandes que ya no están, como Jerry Goldsmith o Maurice Jarre. De los que sí están han pasado por aquí muchísimos premios Oscar y Emmy . Es increíble. En 2012, por ejemplo, tuvimos el honor de organizar el único concierto de celebración de los 100 años de Universal Pictures. No tuvo lugar en Los Ángeles, en el Hollywood Bowl, sino en Tenerife, en Fimucité, en nuestro Auditorio.

¿Le costó convencerlos para que vinieran hasta Tenerife?

No, no. Fue al revés. Eligieron Fimucité. Estaban organizando el año del centenario y querían hacer un concierto exclusivo: The Centennial Concert, y se pusieron en contacto con nosotros a través de nuestro productor discográfico Robert Townson (que fue el catalizador de la idea) para ver si lo podían hacer aquí. Ese año estábamos embarcados en otro proyecto, a seis meses de la celebración de la siguiente edición. Tuvimos que poner en pausa ese otro proyecto y, después de la impresión inicial, decidimos aceptar este inmenso reto y responsabilidad. Tuve la oportunidad y el honor de dirigir este concierto, interpretado por la Orquesta Sinfónica de Tenerife y el Tenerife Film Choir. Fue un concierto histórico de música para el cine, es decir, resumir en un concierto los 100 años de historia del estudio, posiblemente, más grande del mundo. Pasó lo mismo con Dreamworks Animation Studios en 2013, que celebramos en la misma edición el aniversario de James Bond y de Dreamworks Animation. Por aquí ha pasado el estreno de The Matrix Symphony (con Don Davies, el compositor, dirigiendo Matrix); Mychael Danna (Oscar de Hollywood por Life of Pi. La primera vez que se interpretó su música en un concierto fue aquí, en el teatro Guimerá, y lo dirigí yo, en 2008); producciones de Marvel de superhéroes divertidísimas, como el estreno de Ironman (lo dirigí junto a Ramin Djawadi, compositor de Juego de Tronos, que tocó la guitarra en el Guimerá en 2008); también Thor, y muchas otras cosas de Marvel que hemos estrenado. También de Disney. Cuando empezamos a recordar es realmente apabullante y difícil de creer todo lo que ha pasado durante estos diez años.

¿Cómo se organiza para sacar adelante un festival de estas características? ¿Recibe algún tipo de ayuda de instituciones, Administración...?

Sí, claro. Desde la primera edición, un festival que pone en el mapa a Tenerife a escala internacional... Pues no podía ser de otra manera. El apoyo institucional ha sido, es y será vital siempre, y sin él no se puede hacer este festival. Cabildo de Tenerife es el principal patrocinador desde el principio. También tenemos al Gobierno de Canarias, al Ayuntamiento de Santa Cruz, al Ayuntamiento de Arona, TVE... Y un montón de colaboradores. Pero sí es verdad que la evolución del festival ha sido tan increíble que, a día de hoy, bastante más del 50% de los ingresos vienen de la taquilla. Y esto es importantísimo, porque es nuestro público el que está manteniendo en mayor medida el festival.

Y ese público... ¿Hay cada vez más?

Sí, los recintos del festival se llenan siempre. Hay gente que coge tres aviones para venir, gente que organiza sus vacaciones en torno al festival, gente que se viene de Finlandia, de Melbourne, Los Ángeles, Inglaterra, Países Bajos, Francia, Italia..., aunque el mayor contingente es público canario. Mucha gente viene de otras islas, pero muchos aficionados vienen de fuera. Es un público leal, porque es una experiencia muy emocional, que te engancha. Y cuando la vives, lo entiendes, y repites.

Hablaba antes de la evolución del festival. Esto surge de una idea de usted de hace muchos años. ¿Cómo recuerda ese momento en el que se le ocurrió hacer Fimucité?

[Risas]. Muy buena pregunta... Festivales de cine hay muchísimos. Si hoy en día quisieras hacer un festival de cine nuevo y ponerlo en la agenda sería muy difícil porque hay festivales de cine los 365 días del año. Es muy difícil ser original. Cuando surgió Fimucité (en 2007), aunque se empezó a vislumbrar en 2005 a través de un proyecto inicial que presenté en el Cabildo, con registro de entrada y todo, se llamaba Música para el cine: un nuevo campo de actuación para la OST. Éste es uno de los pilares que forma parte del origen de Fimucité. Pero si quisiéramos rebobinar todavía más, el origen fue la grabación de la película Puerta del tiempo, mi primer largometraje de dibujos animados. Lo grabamos en abril de 2002. Fue mi primera gran oportunidad y estuvo nominada a los Goya. Esta producción se iba a hacer en Praga. Estaba ya todo planteado para que así fuera. Y cuando me propusieron hacer la música, además de la gran sorpresa que ello supuso, conseguí traer la producción musical a Tenerife. Se lo propuse a una persona que en aquel momento era gerente del Organismo Autónomo de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna (Fernando Clavijo, hoy presidente del Gobierno de Canarias) y a la concejala de Cultura. Les pareció una idea genial y tiramos para adelante. Esa grabación fue un hito porque fue la primera vez que se traía la producción musical de una película nacional a las islas para ser grabada. Eso no había pasado nunca; fue un capítulo nuevo en la música de Canarias. Y ese es el auténtico embrión del proyecto presentado en 2005, en el que le quise dar continuidad a aquello. De ahí surge después Fimucité, con el fin de seguir trayendo grabaciones a Tenerife, como así ha sucedido, y para conseguir celebrar una cita internacional que acerque la música para el cine a nuestro público. La música de casi todas mis películas las he grabado aquí, en Tenerife. Son los casos de Pasaje al amanecer, aún pendiente de estreno y grabada el mes de julio pasado, o de Atrapa la bandera, que fue la anterior.

¿Y cómo lo vivió?

Pensando que estábamos haciendo algo diferente. Pensé que era un nicho nuevo. En Europa ya se habían organizado con anterioridad eventos muy respetados relacionados con la música para el cine, como en Gante o Sevilla. También en Úbeda, en este último caso siendo desde su nacimiento un congreso. Después pasó a denominarse festival. Fimucité es un concepto de festival que se desarrolle a lo largo de más de una semana, con una programación definida, con múltiples conciertos, actividades paralelas incluyendo cursos formativos, con una sección competitiva (como es Fimucinema, a la que este año se han presentado más de 1.200 películas de todo el mundo) y con una línea editorial propia, habiendo escrito y publicado cuatro libros hasta la fecha. Este planteamiento exacto fue una propuesta original y tremendamente singular, incidiendo en Fimucinema, nuestra sección a competición, que, tras percatarme de que no hay premio a la mejor partitura en festivales como San Sebastián o en Cannes, los implantó. Sí hay en Málaga, pero es una rara avis. ¡Qué duro que algo tan trascendental para cualquier producto audiovisual como es la música (sin la cual se cae la película) en festivales de renombre no tenga un premio al mejor compositor o a la mejor partitura! ¿Por qué no crear en Fimucité una sección competitiva (Fimucinema) en la que solo se otorgue premio a la mejor música? Y ya vamos por la cuarta edición, con Manuel Díaz Noda como coordinador de Fimucinema en todas sus ediciones. Volveremos a entregar el premio Alex North (con el nombre del mítico compositor de Hollywood y con la bendición de su familia) a la mejor banda sonora.

¿Imaginaba que fuera a llegar tan lejos: diez ediciones, fama internacional...?

Para nada. Lo he hablado muchas veces con Pedro Mérida, que es mi productor, cofundador del festival y ha estado conmigo desde el inicio. Hemos dicho muchas veces que nunca nos habíamos imaginado que esto fuera a llegar hasta aquí. Desde la primera edición ya fue un bombazo. Teníamos claro que, de hacer algo, los invitados de la primera edición tenían que ser de renombre. Ese año estuvo Mychael Danna (Life of Pi), Sean Callery (ganador de varios Emmy y compositor en series como Elementary, Bones, 24, Minority Report...). Ellos fueron parte del elenco de la primera edición, que fue una supernova, un boom. Entonces nos planteamos seguir. Y sí, hicimos la segunda edición, que fue la que más compositores ha tenido en los diez años del festival. Y a partir de ahí ha habido una progresión geométrica, con overbooking de autores que quieren venir al festival, pero que no podemos invitarlos a todos porque no hay sitio. No me lo esperaba.

¿Le ha llegado alguna propuesta para sacar Fimucité de Tenerife, exportarlo o copiarlo?

Bueno, ha habido tanteos. Pero Fimucité ya es una marca, y después de él han surgido más propuestas, algo que nos encanta pues de lo que se trata al final es de divulgar este arte. La idea de crear un proyecto liderado por la cantera de jóvenes músicos de Tenerife a través del Conservatorio Profesional de Música de Santa Cruz y organizar estos conciertos fue lo que inspiró a Robert Piaskowski (director del Festival Internacional del Música de Cine de Cracovia) a fundar The Youth Orchestra, que ya va por su segunda edición allí, amén de muchos otros tantos conciertos que he dirigido en el FMF de Cracovia en coproducción con ellos, pero que son productos que inicialmente fueron concebidos y estrenados en Fimucité.

¿Habrá una undécima edición?

Yo sí quiero que la haya. Pero también mi carrera como compositor está en ascenso y tengo cada vez más proyectos. Lo difícil durante estos diez años ha sido poder compaginar la gestión y dirección del festival con mi carrera como compositor y director de orquesta. Es muy difícil. De hecho, cambiamos este año las fechas de julio a septiembre porque tenía otro proyecto (Pasaje al amanecer) y no habría podido hacer el festival. Voy a intentar seguir compaginándolo con mi carrera, pero no podría hacerlo sin la ayuda de Pedro Mérida (productor), Ana Molowny (Relaciones Externas), Manuel Díaz Noda (coordinador de actividades paralelas), Sagrario Hernández (protocolo), Cristina Farrais y Javier J. Díaz (Tenerife Film Choir), Vanesa Bocanegra e Ylka Tapia (comunicación), todos nuestros voluntarios, que son amigos y familia y que participan y nos ayudan en todo... Seguimos siendo los mismos desde la primera edición, más nuevas y valiosas incorporaciones que han hecho que la familia crezca. Hay un contingente de personas fantásticas detrás de Fimucité, sin las cuales todo esto no sería posible.