- Película: El vicio del poder (Vice) (2018)
- Director: Adam McKay
- Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Jesse Plemons, Eddie Marsan, Alison Pill, Stefania Owen, Jillian Armenante, Brandon Sklenar, Naomi Watts, Alfred Molina, Lily Rabe
El vicio del poder no es, ni mucho menos, otra película sobre los entresijos que se vivieron en la Casa Blanca con Bush hijo en el poder y la toma de decisiones sobre la guerra de Irak. Es mucho más.
Teniendo como centro de la historia al oscuro personaje de Dick Cheney, su director, Adam Mckay, narra cómo el poder se convierte en un vicio y cómo utilizando la ley a su manera se puede cambiar la historia siendo “nada más” que el vicepresidente de los Estados Unidos. Y lo pongo entrecomillado, porque, como ya es sabido, este puesto es casi honorífico, pues apenas toma decisiones ni participa en los grandes acontecimientos, pero todo esto cambió con la llegada de Cheney.
Y pensarán: pero ¿por qué no es otra película más? Por su forma de contar la historia. No es un biopic sobre la vida del vicepresidente: es un documental camuflado de película con voz en off, escenas incluidas que nada tienen que ver con la historia…, con frases sobreimpresionadas y siempre utilizando un tono cómico, irónico y en muchos casos hasta faltón para explicar y hacer entender al espectador cómo se pudo llegar a todo eso.
Para conseguir esa obra nada mejor que el director y también guionista Adam Mckay, que ya nos enseñó cuál era su tono a la hora de contar historias basadas en hechos reales en su anterior película, La gran estafa, con la que consiguió el Oscar al mejor guión original. Su desenfado y desenfreno marcan el ritmo de la película en la que no sabes qué va a pasar en la siguiente secuencia, ya puede explotar una bomba que salirte un tipo pescando o el propio Cheney conduciendo borracho.
Pero esta obra no hubiera sido así de completa si no contara con Christian Bale en el papel protagonista. No solo hay que hablar de la gran caracterización que sufre el actor británico. Kilos y canas fuera, Bale consigue meterse absolutamente en la piel del político republicano, con un gesto que no transmite nada, pero que lo dice todo, tal y como era Cheney.
Lo mismo hay que decir de Steve Carell, como Donald Rumsfeld; Amy Adams, como Lynnie Cheney, y Sam Rockwell, como George W. Bush. Estos dos últimos, junto a Bale, nominados a los Oscar como actor principal y actores de reparto, respectivamente.