El tinerfeño Daniel Abreu, premio Nacional de Danza, aborda en Pamplona el concepto de descendencia en 'El hijo'

17 de noviembre de 2020 15:08 h

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El Teatro del Museo Universidad de Navarra acoge este jueves el preestreno de la obra El hijo, del bailarín y coreógrafo tinerfeño Daniel Abreu, que desarrolla en este montaje el concepto del vástago, de la descendencia, del compromiso de continuidad de padres a hijos.

El nuevo espectáculo del coreógrafo y bailarín canario versa sobre la transmisión de padres a hijos y sobre la relación de los vástagos con esa herencia recibida.

Tras el gran éxito de La desnudez, la última obra de su compañía, en la que hablaba del amor en las distintas relaciones de pareja, y el estreno de Abisal, la pieza creada para Lava Compañía de Danza, en la que hablaba de los ancestros, Abreu sigue ahora tirando de ese hilo y aborda en esta nueva pieza a los descendientes.

Abreu, Premio Nacional de Danza 2014 en la categoría de creación, ha explicado en conferencia de prensa que desarrollar este nuevo espectáculo de danza ha exigido “mucha energía, mucha dedicación y mucha confianza”.

El hijo, ha afirmado, no muestra la vida de un niño, sino que aborda el concepto de descendencia, “la unión con lo que viene detrás, con el futuro”, y además no lo hace de una forma lineal, porque “la vida es más compleja en sus formas”.

En este sentido, ha asegurado que, al crear esta coreografía “traté de ser poseído por imágenes que yo no entiendo, pero que tienen que estar en la obra” y que se muestran a través de su propio cuerpo, las videoproyecciones, la música y la iluminación.

Esta obra “exige que mi cuerpo esté muchísimo más expuesto, más al límite”, ha declarado el bailarín, quien ha destacado que la “narrativa fantástica” de El hijo gira en torno a “el sentido de la vida” y el motivo por que el los hijos “nos comportamos igual que nuestros padres”.

La música tiene un especial protagonismo en el espectáculo, ya que el ritmo, la insistencia en la percusión son elementos que recrear “la rueda de la vida” o la continuidad entre padres e hijos.

Abreu no aborda esta temática desde ningún sentimiento previo, de nostalgia, optimismo o pesimismo, ya que desea “que cada uno vea lo que quiere llevarse”. Si el espectáculo se basara en una emoción, ha dicho, “estaría poniendo toda la narrativa”.

Natural de Tenerife, Daniel Abreu ha desarrollado su trabajo en distintas compañías y colectivos de danza y, como creador, cuenta con una dilatada trayectoria formada por más de sesenta producciones que han podido verse en más de cuarenta países.

En el año 2018 fue protagonista de los Premios Max, obteniendo todos los galardones a los que aspiraba: Premio al Mejor Espectáculo de Danza, Premio a la Mejor Coreografía y Premio al Mejor Intérprete Masculino de Danza por su obra La Desnudez.

Junto a la dirección de su compañía, en el año 2018 es nombrado director artístico de la compañía de danza Lava, formación residente del Auditorio de Tenerife.