Un joven apicultor de la localidad de Güímar (Tenerife), Willy Acosta Martín, de 36 años, ha denunciado hasta en dos ocasiones (la última vez fue el jueves 22 de diciembre de este año) en el cuartel de la Guardia Civil del citado pueblo las maniobras desarrolladas por helicópteros del Ejército en el espacio natural protegido del Malpaís de Güímar, junto a la zona acotada y autorizada por el Cabildo de Tenerife para la localización de colmenas.
Acosta Martín se queja de que helicópteros del Ejército con base en Los Rodeos, en La Laguna, realicen operaciones de entrenamiento supuestamente ilegales en un lugar no habilitado para tales prácticas, al que no pueden bajar a menos de 300 metros de altitud y donde está prohibido aterrizar por tratarse de un espacio natural protegido.
Como consecuencia de que no se cumplen esas premisas, dice el afectado, las maniobras de aquellas aeronaves han generado importantes daños a las colmenas que allí se encuentran, todas concentradas en un área localizada en la vertiente de ese complejo de edificios volcánicos, campo de coladas, cardonales y tabaibales que da al caserío de El Socorro, junto al polígono industrial de Güímar.
Tal y como ha afirmado el apilcutor güimarero, la denuncia tramitada este jueves pasado cifra los daños ocasionados en algo más de 9.000 euros, sobre todo por el impacto generado en las instalaciones, con levantamiento de tapas de las colmenas y bidones de agua desplazados por la cercanía de los aparatos, a lo que hay que añadir la muerte de abejas y la consiguiente reducción de la producción de miel.
La denuncia anterior de Willy Acosta se presentó por el mismo conducto solo dos meses antes, el 20 de octubre de este año, y hasta ahora “todo sigue igual”. Las maniobras de los helicópteros “llevan años realizándose en la zona”, afirma, y ello pese a que “no es un lugar autorizado para hacerlas”, algo que incluso “han confirmado técnicos de Medio Ambiente en el Cabildo de Tenerife”.
Las operaciones del helicóptero militar de este jueves pasado se realizaron sobre las 11.00 de la mañana y fueron grabadas en vídeo por el apicultor que las denunció ante el cuartel de la Guardia Civil.
Willy Acosta cree que la escasa producción de miel que ahora obtiene se debe, en gran parte, al efecto negativo en sus colmenas de las maniobras militares con esos helicópteros. De hecho, y lo comenta con tristeza, había triplicado el número de colmenas y “ahora tiene menos miel que antes, cuando solo disponía de 25 unidades”. Esto ha ocurrido incluso “en un año bueno”, como ha sido este 2016.
Ese apicultor de Güímar, que coloca en otoño e invierno sus colmenas en la zona de costa, en el lugar ya reseñado, y que en primavera y verano las traslada a las Cañadas del Teide, durante la floración de la retama, ya no sabe qué hacer para conseguir que los helicópteros no sobrevuelen a baja altitud “ni aterricen en el Malpaís” en zonas cercanas al campo de colmenas, algo que, reitera una y otra vez, “no puede hacerse en un espacio protegido a menos de 300 metros”, como así lo deja claro la normativa que protege ese medio natural y a la vez lo confirma el área de Medio Ambiente en el Cabildo de Tenerife.
Hasta ahora, el balance es, indica el mismo apicultor, dos denuncias presentadas en apenas dos meses, operaciones de entrenamiento militar que no cesan y una dinámica con consecuencias muy graves que no termina de arreglarse o resolverse de una vez, para el bien de los apicultores, de los vecinos y de la conservación de ese espacio natural.