762 entre las más de 150.000 sociedades radicadas en Canarias realizaron innovaciones en sus actividades, apenas una de cada 200, según los datos oficiales anotados al cierre de 2018, que elevan la proporción a nivel nacional a una empresa innovadora por cada 147 dadas de alta. En el Archipiélago fueron alrededor de 62.300 las empresas con trabajadores (datos del Ministerio de Empleo y la Seguridad Social en 2018).
En cualquier caso, los indicadores del Directorio Central de Empresas (DIRCE), del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Instituto Canario de Estadística (ISTAC) evidencian la apatía renovadora del empresariado canario a la hora de anticiparse a los tiempos, en una tendencia que se prolonga a lo largo de los años.
La innovación empresarial hace referencia a todos aquellos pasos que abordan la implementación de acciones para el desarrollo o introducción de innovaciones tecnológicas, ya sea en la fase de producción o comercialización de bienes y/o servicios o en la aplicación de procesos innovadores por parte de las empresas.
Tradicionalmente, la empresa canaria se ha centrado en actividades vinculadas con el comercio y el sector servicios, dedicada mayoritariamente a la importación de bienes y servicios, de reducidas dimensiones en la mayor parte de los casos (microempresas y pequeñas sociedades) y una estructura de negocio bastante limitada, de corto recorrido en el tiempo y con escasos recursos para la investigación y la internacionalización.
Los avances tecnológicos y la capacitación profesional (de empleados y directivos), entre otros factores, han favorecido la modernización del empresariado, pero no ha mejorado la competitividad y la innovación de las empresas canarias, atenazadas por la falta de inversión en un campo donde la amortización y los resultados se concretan a medio y largo plazo.
En este sentido, los parámetros de inversión y número de empresas ubican a la comunidad autónoma en el furgón de cola para este capítulo en España. Así, Canarias se posiciona en el penúltimo lugar en cuanto al peso relativo de las empresas innovadoras sobre el total de sociedades empresariales de la región, empatada con Baleares y Andalucía, y solo por delante de Extremadura (una por cada 211 sociedades). Mientras la innovación empresarial no cuaja en el sur del país y en las islas, los mejores registros se producen en el norte: Euskadi, Navarra, La Rioja y Cataluña lideran la innovación empresarial, con una sociedad que innova por cada 73, 80, 100 y 110 empresas en cada uno de sus respectivos territorios.
En cuanto a la inversión en innovación empresarial, Canarias ocupa el puesto 13 entre las 17 comunidades autónomas del país, solo por delante de Cantabria, La Rioja, Baleares y Extremadura (con menos habitantes y empresas que Canarias) y bastante lejos de los 66.678 millones entre 2007 y 2018 de la Comunidad de Madrid o los 43.194 millones de euros en Cataluña, a la cabeza del ránking en ese periodo.
Destaca además que el impulso innovador del Archipiélago es también menor que el de territorios con una población y un número de empresas marcadamente inferior que las Islas (Asturias, Murcia, Navarra o Aragón) o que el gasto privado en innovación empresarial en Canarias no llega a la mitad de Castilla-La Mancha (para igual población) y es seis veces menos que Castilla-León o Galicia.
Otros datos para contextualizar el diagnóstico: Canarias concentra alrededor del 4,7% de la población española y un protagonismo parecido en cuanto al número de empresas (151.661 en las Islas por 3.363.197 en todo el país, datos del DIRCE de 2019). Sin embargo, el músculo económico de la región desciende al 3,8% del total nacional, el peso de las empresas con capacidad innovadora cae hasta el 3,3% (762 en Canarias frente a las 22.742 registradas por el DIRCE en este renglón a escala nacional) y se derrumba hasta el 0,7% del total nacional en inversión tecnológica privada entre 2007 y 2018 (1.329,2 millones de euros de los 187.222 millones computados en ese lapso en todo el país).
Una radiografía más detallada sobre el gasto en innovación se obtiene observando a su vez el esfuerzo que se realiza en relación a los recursos económicos disponibles fruto de la propia actividad, esto es, el índice de intensidad de innovación. El mismo vincula los gastos en acciones innovadoras implementadas por cada empresa y su cifra de negocio, dividiendo el primer dato por el segundo y multiplicando el resultado por cien. En Canarias, ese índice fue del 0,2 en relación al conjunto de su empresariado en el año 2016, último ejercicio con datos oficiales por parte del INE y del ISTAC, mientras que llegó al 0,9 en el total estatal. Este indicador se situó en el 2,6 en el caso de las empresas de las Islas centradas específicamente en actividades de I+D, frente a un índice del 1,9 para este tipo de empresas en todo el país.