Ya son 24 las ediciones del maratón masculino más alocado y único del Carnaval de Puerto de la Cruz, en Tenerife. La actividad Mascarita Ponte el Tacón volvió a congregar este viernes en la ciudad turística a casi 30.000 personas, pendientes de las peripecias de los valientes participantes, calzados con unos tacones de vértigo. La cita, única e ineludible, se ha convertido en icono de las carnestolendas portuenses.
Esta vez, la prueba comenzó en la plazoleta de Reyes Católicos con la medición de los tacones, donde sigue siendo requisito fundamental llevar unos tacones de, al menos, ocho centímetros, aunque algunos superaban ampliamente los doce, y ser varón para poder disputarla.
Pasadas las diez de la noche, los 441 participantes de esta edición, cuatro menos que la pasada, partían desde la ermita de San Telmo rumbo a la plaza del Charco, lugar donde se situaba la meta. Por delante les esperaba un recorrido lleno de obstáculos. “Se veía venir”, “¡Cuidado!”, “¡Ay, por Dios!”, gritaba el público congregado al ver cómo las mascaritas iban de un lado para otro de la calzada de adoquín, intentando esquivar las trampas que la organización de este alocado maratón había colocado.
La primera en llegar fue la Mascarita más veloz, premio que recayó en el dorsal 125, con el nombre Gladys Sister, personal trainer. El premio Mascarita con más poderío, que se otorga a aquel participante que demuestre más soltura y salero caminando sobre sus tacones y contoneando sus caderas, recayó en el dorsal 36, Santiguada, con el nombre La socorrista Santiguada desde San Telmo, lo mismo te hace el boca a boca que una…
El Mascarita más tenaz fue para el participante con dorsal 47, con nombre ¿El niño no quiere castañas?, pues ahora come dos cucharas, valorando, en esta ocasión, al que año tras año participa con ganas e ilusión. La Mascarita más Bocu identificaba al participante más sensual, atractivo, irresistible, fino y delicado, y el premio recayó en el dorsal 403, La fulana del Caribe.