Los requisitos del plan de calidad del aire de Santa Cruz de Tenerife-La Laguna podrían poner en peligro la viabilidad de la refinería de CEPSA en la capital tinerfeña, según indica la compañía, quién considera que se trata de un plan innecesario que está injustificado.
CEPSA señala que, de acuerdo con las posibilidades previstas en la orden de aprobación del plan, la empresa defenderá sus intereses y los de sus trabajadores, e insiste en que se trata de unos requisitos innecesarios.
Según la compañía, con la autorización ambiental integrada en vigor y con las inversiones que se han realizado en la refinería durante los últimos años, el “supuesto incumplimiento puntual de 2011 ya estaba corregido, como acreditan los datos de 2012 y 2013”.
Además, agrega CEPSA, el plan tiene su origen en datos de un solo año (2011), en una sola cabina (de 10), recurrida por CEPSA en base a estudios externos “objetivos”.
Asegura CEPSA que las otras nueve cabinas cumplieron en 2011 con los límites legales, y durante 2012 y 2013 ninguna de las cabinas tuvo superaciones por encima de las legalmente establecidas.
CEPSA asegura que tanto la reducción de las emisiones de la refinería en los últimos cinco años en un 59 por ciento, como los datos recabados por las estaciones de control de la calidad ambiental, confirman la efectividad de la autorización ambiental integrada, en vigor y anterior a la publicación del nuevo plan.
Los datos están disponibles en la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad y se resumen, además, en la declaración ambiental que CEPSA edita de forma voluntaria y mediante una auditoría externa todos los años, comenta la empresa.
En caso de que se implementara el se podría poner en peligro la viabilidad de la refinería de Santa Cruz de Tenerife en su concepción actual, ya que los requisitos medioambientales que se imponen podrían ser incompatibles con el desarrollo de la actividad que se presta en la misma, asegura la empresa.
El plan al que alude CEPSA fue firmado el 31 de enero pasado por el consejero de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias, José Miguel Pérez, y en él se obliga a la refinería a bajar sus emisiones de dióxido de azufre (SO2) al menos un 29 por ciento con respecto a 2011.
Con ese plan el Gobierno canario pretende garantizar que los niveles de dióxido de azufre en la zona de Santa Cruz de Tenerife cumplan con la normativa.
Por ello, el plan se refiere de forma exclusiva a un contaminante, el dióxido de azufre, y a sola zona, Santa Cruz de Tenerife, en la que se superaron los valores límite horario y diario de dióxido de azufre en 2011, en concreto, en la estación de la piscina municipal.
En esa estación se superó la referencia del valor límite horario de dióxido de azufre de 350 microgramos por metro cúbico en 46 ocasiones, cuando el máximo permitido es 24, y también se excedió la referencia del valor límite diario de dióxido de azufre de 125 microgramos por metro cúbico en cuatro ocasiones, cuando el máximo permitido es tres veces, se explica en la orden.
Tras comprobarse los citados índices, la Dirección General de Protección de la Naturaleza del Gobierno canario elaboró el plan de calidad del aire y, como soporte de su contenido, se contrató un estudio de modelización del efecto de las emisiones contaminantes en la calidad del aire de la zona, incluyendo la refinería como una de las fuentes de contaminación del área.
Del estudio se extraen conclusiones como que la refinería tiene un claro efecto sobre la calidad del aire de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, especialmente en los niveles de contaminación por dióxido de azufre debido a las emisiones de la misma.
También se desprende de ese estudio que la zona de influencia de la refinería por contaminación de dióxido de azufre se extiende a un radio de tres kilómetros alrededor de la misma, produciéndose los incrementos más significativos en los niveles de inmisión de dicho contaminante debidos a esa planta en una dirección predominante hacia el norte-noreste desde la misma.