El 23 de mayo se anunció en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) la publicación del borrador del nuevo Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide (PRUG). Desde entonces, no han faltado quejas y reclamaciones suscitadas a raíz del documento, que también ha contado con apoyos, encontrando, tanto a favor como en contra, a partidos políticos, asociaciones de diversa índole y entidades de carácter público.
De hecho, el grado de expectación que ha levantado el nuevo plan, unida a la creciente participación de todas las entidades afectadas por el mismo, conllevó que el 8 de junio, el consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, anunciara la ampliación del plazo para presentar las alegaciones pertinentes hasta el 22 de julio, fecha que hasta hoy se ha mantenido. “El Gobierno va a garantizar un acuerdo con todos los colectivos porque la escucha activa es nuestra premisa en todo lo que hacemos”, afirmó en una comparecencia en el parlamento.
El documento del PRUG puede consultarse íntegro aquí.
Un buen punto de partida
El nuevo Plan era un proyecto que, a priori, todos creían necesario, dadas las urgencias de un Parque Nacional cada vez más saturado por las visitas (más de cuatro millones en 2018, siendo el tercero más visitado del mundo) y perjudicado por fenómenos como el cambio climático, los incendios forestales o algunos herbívoros introducidos: el muflón y el conejo silvestre, ambos una grave amenaza para la conservación de la flora endémica.
Todas estas amenazas no podían ser enfrentadas con el antiguo PRUG, que databa del año 2002, haciendo de la nueva propuesta una técnicamente buena, pero susceptible de mejoras, según palabras del director del Parque, Manuel Durbán. Una postura similar ha adoptado el partido del Gobierno, así como algunos de sus socios: Sí Podemos Canarias y la Agrupación Socialista Gomera (ASG), ambos igualmente con algunas reticencias puntuales, pero confiados en ese proceso de diálogo que añadirá “mejoras necesarias”.
También desde sectores más técnicos ha recibido apoyos el nuevo Plan. Es el caso de Manuel Nogales, delegado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ve las nuevas medidas como un buen punto de partida, sobre todo al subrayar ciertas problemáticas que afectan directamente el bienestar del parque, como la especial incidencia de los aumentos de la temperatura mundial en los sitios de más altitud o la explotación de la miel, la cual desplaza a los polinizadores nativos del Parque. Por ello, para la conservación del espacio, se ve necesaria esta política “más restrictiva”, según sus propias palabras.
Demasiadas prohibiciones y pocas soluciones
En el bando contrario encontramos también un profundo descontento. Varias federaciones y entidades de diversos ámbitos que realizaban actividades tradicionales en el Parque se han sorprendido de que no se contara con ellas de cara a la elaboración de un Plan. Para Francisco Beltrán, secretario de la Federación Canaria de Montañismo y miembro del Patronato del Parque, “resulta esperpéntico”, al ir en contra de los “propios valores del Parque” restringiendo actividades que se realizaban incluso antes de que este existiera (fue declarado como tal en 1954).
Este tipo de quejas son las que han recibido los partidos políticos, que no han dudado en cuestionar abiertamente la validez del plan, pidiendo su paralización e incluso su reelaboración. Es el caso del alcalde de La Orotava, Francisco Linares (Coalición Canaria), que el pasado 14 de junio se comprometió públicamente a no apoyar un Plan “basado en la prohibición”. “El Parque Nacional del Teide es de Tenerife y no de los políticos de turno ni de los técnicos”, afirmó, en la misma línea que otros alcaldes como el de Los Realejos (PP), y sus respectivos partidos políticos.
Sin embargo, además de este tipo de protestas, tildadas de “interesadas” por Valbuena en diversas ocasiones, el Gobierno ha recibido también críticas en otro tono. Desde Nueva Canarias se ha expresado cierta preocupación por el hecho de que el nuevo Plan no cuente con “soluciones efectivas en torno a medios materiales y humanos”. Una de las carencias más señaladas, por ejemplo, es en cuestiones de la falta de personal para la seguridad y conservación del Parque, tal y como señala Jaime Coello, director de la Fundación Telesforo Bravo y Juan Coello.
La cuestión de la movilidad, en el punto de mira
Este ecologista fue de los primeros en alertar sobre la intención de construir nuevas infraestructuras en las zonas de El Portillo, Chío y Vilaflor, con el fin de inaugurar tres lanzaderas de guaguas. Estas, a su vez, incluirían zonas de compras y restauración, en una inversión que le costaría unos 90 millones de euros al Gobierno autonómico. Ante esta nueva cuestión, el catedrático de ecología de La Universidad de La Laguna, José María Fernández-Palacios, lo tiene claro: “Al parque del Teide no le faltan infraestructuras, sino, de hecho, le sobran.
Estas nuevas edificaciones no aparecen en el borrador, pero sí se menciona la publicación de un futuro Plan de Movilidad del Cabildo de Tenerife, paralelo a la aprobación del PRUG. De seguir adelante, el uso de guaguas se implementará junto con la prohibición de estacionar vehículos en la zona, salvo en los aparcamientos habilitados en esas mismas lanzaderas o dentro del parque. El consejero de Transición Ecológica, por su parte, salió al paso para asegurar que en el borrador no se contemplaba la creación de “estructuras de gran superficie”, aunque sí de “áreas de servicio” donde poder aparcar y coger esas guaguas lanzadera, esto último en el Plan de Movilidad del Cabildo, no en el PRUG.
Según el último Plan Insular de Ordenación de Tenerife (2021), en 2019 entraron al Parque una media de casi 3.000 vehículos cada día, pero el entorno solo cuenta con apenas 557 plazas de aparcamiento habilitadas. La sobrecarga, alertan los técnicos del Parque, es clara, tal y como se puede ver en las numerosas retenciones que se producen. Por ello, el nuevo Plan de Movilidad incluirá la prohibición de estacionar vehículos privados, aunque solo en las horas de mayor confluencia turística, han recalcado en distintas ocasiones tanto Valbuena como Durbán.
Un futuro sin definir
Por todo ello, CC-PNC, PP y Sí Podemos Canarias han solicitado este jueves un pleno extraordinario en el Cabildo de Tenerife donde se propondrá una moción para suspender el borrador del PRUG. Moción que, en un principio, se pensó para el pleno ordinario del 24 de junio, el cual se acabó alargando con las comparecencias voluntarias del PSOE, según los nacionalistas y de Sí Podemos, de forma “deliberada”.
Cabe recordar que la relevancia del nuevo Plan trasciende al propio Parque Nacional, al tratarse de un espacio con numerosos reconocimientos y distinciones: el diploma europeo de áreas protegidas del Consejo de Europa en 1989 y su condición de Patrimonio Mundial desde 2007 son una buena muestra de ello. Por ello, no solo se trata de un espacio con claras singularidades que lo convierte en un tesoro de la naturaleza, sino también de un punto de referencia para otros parques de las islas y de todo el territorio nacional.