“Opino que, sobre todo la medida de restringir las visitas a hospitales y centros sociosanitarios es importante, ya que muchas veces las personas que se encuentran en esos sitios son las más vulnerables, como los pacientes oncológicos o los inmunodeprimidos”. Así expuso el encargado de la Farmacia Saavedra su punto de vista respecto a las nuevas medidas del Gobierno destinadas a la contención del COVID-19. En consonancia, el encargado del Restaurante La Carrera, Manrique Suárez, señaló como “lógica” la suspensión de actividades “donde haya un gran flujo de personas”.
Este jueves, 12 de marzo, se adoptó la medida de suspender las clases y cerrar todos los centros educativos a lo largo de al menos 14 días en las Islas, acción que se suma a otras que ya se tomaron este miércoles en una sesión extraordinaria del Consejo de Gobierno, como la suspensión de las visitas a centros hospitalarios y sociosanitarios, la suspensión de actividades de ocio y de eventos multitudinarios o la recomendación de mantenerse alejado de acontecimientos sociales o personas vulnerables por parte de estudiantes o personas procedentes de la Península o focos de riesgo, entre otras.
No obstante, ante esta inusual situación, en la que además escasean las mascarillas y geles desinfectantes y donde se producen escenas de cierto nerviosismo en supermercados, ¿cómo está viviendo la población, concretamente la de La Laguna, sus bares, locales y farmacias, la expansión del coronavirus?
Dos visiones diferentes
Tanto ciudadanos y como empleados de negocios de La Laguna han mostrado este jueves tranquilidad, llevando a cabo su vida con normalidad, aunque aumentando medidas de precaución como el lavado y desinfección de las manos con más frecuencia de lo normal. Aún así, gestos de preocupación afloran en algunos uno de ellos. Una joven relataba que se encontraba “tranquila ya que en Canarias los casos eran escasos”, aunque añadía que a medida que han pasado las semanas se fue “preocupando más”, sobre todo por sus familiares, “como mi abuela por ejemplo”. Los que no están preocupados por sí mismos, lo están por familiares o allegados pertenecientes a grupos de riesgo, que son personas mayores, enfermos y personal sanitario.
Si para algunos ciudadanos la situación hasta ahora no ha supuesto un cambio drástico en sus vidas, a partir de este jueves para los estudiantes sí cambiará notablemente. Para la alumna de la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna, Celia Gutiérrez, el coronavirus no había afectado en nada su rutina diaria, “hasta ahora, que suspendieron la universidad”. A partir de aquí, señala, “será mejor quedarse en casa, evitando salir y, para mí, lo que más cambiará será tener que llevar las clases al día vía internet”. Además, añade que “se está planteando ampliar el curso lectivo, lo que supondría un verdadero caos”.
Por otro lado, entre los comercios que podrían beneficiarse económicamente de esta situación están las farmacias, aunque las ganancias no son tan significativas, tal y como explican desde la Farmacia Saavedra. “En general hemos notado efectos positivos de cara a las ventas tras la aparición del coronavirus. Aparte del aumento en las ventas de mascarillas y geles, las personas entran para recibir asesoramiento e información y eso se ha traducido en más ventas, pues al fin y al cabo si no pueden comprar exactamente lo que venían buscando, se acaban llevando algo que quizás necesitaban igualmente. Se podría decir que también han aumentado los beneficios debido al incremento de la afluencia”, explican.
Por otro lado, establecimientos como bares o restaurantes han comenzado a sentir los efectos negativos de la propagación del virus en el Archipiélago, en tanto que, según explica Manrique Suárez, “en lo que más se ha notado es en la afluencia de gente en el local y en el trato de esta, notándose últimamente un claro distanciamiento entre las personas, así como con los empleados”. Sin embargo, este no es el único cambio.
El propietario del bar El Puente, Francisco Rodríguez, afirmó también que ha “notado una caída progresiva de las ventas, aunque de momento moderada. Las cifras reflejadas a estas alturas no están adecuadas al mes en el que estamos y, posiblemente, eso sea una de las consecuencias del coronavirus”, ya que “las personas salen menos a la calle y entran menos a los bares”. Rodríguez subrayó que se ha producido una disminución de las ventas y de la clientela en “las primeras horas de la mañana, que es cuando más personas suele haber”.
En lo que sí que coinciden empleados, empresarios y ciudadanos es en la solución. Aunque algunos han expresado su apoyo a las medidas adoptadas y han defendido el concepto “conciencia y responsabilidad”, también creen que estas serán difícilmente cumplidas. Rodríguez opina que “los transportes públicos siguen funcionando y en muchos aspectos se sigue con la normalidad, por lo que se han tomado medidas por un lado, pero por otro no”. Suárez, por su parte, considera que en Canarias y en España “se ha practicado y se practica la filosofía de que no me lo contagien, pero propagarlo me da igual”.
Según el encargado de la Farmacia Saavedra, “la clave está en la conciencia de los ciudadanos. Si siente que padece algún síntoma de la enfermedad es importante que no salga a la calle y lo primero que haga sea llamar al 112 y que vayan a hacerle la prueba y, sobre todo, seguir los protocolos que se exijan”.
Por su parte, la joven estudiante encuentra la solución en que “la gente sea consciente del problema y no sea irresponsable, acudiendo a conciertos, fiestas u otros acontecimientos donde se aglomere gente”.
Manrique Suárez señaló la escasez de material sanitario necesario en esta situación, reclamando que las personas sanas tomen conciencia y no acaben con las existencias de materiales como las mascarillas para los más vulnerables.
Pese al estado general de tranquilidad que transmiten las calles aún abarrotadas de personas y las terrazas concurridas, el pesimismo reina en lo que concierne a las posibles consecuencias del coronavirus en Canarias. Mientras que el encargado del restaurante La Carrera opina que las consecuencias serán, principalmente, que gran parte de los ciudadanos padecerá la enfermedad y, por desgracia, “muchos quizás se queden por el camino, como siempre ha ocurrido con las epidemias”, la estudiante Celia Gutiérrez vaticina repercusiones en el ámbito económico, pues “en Canarias el turismo bajará muchísimo, siendo esta nuestra principal fuente de ingresos, así como los pequeños negocios, que quizás tengan que cerrar por la falta de clientela”.
En un tono más positivo, Francisco Rodríguez aboga por la percepción de que “todo acabará volviendo a la normalidad y, aunque ahora haya mucha gente que tome medidas excesivas o se alarme por la situación, cuando esto desaparezca cada uno seguirá siendo como es”. En la misma línea, desde la Farmacia Saavedra creen que “lo principal será, en ese caso, mantener bajo control a la población de riesgo” ya que “los sanos que lo sufran lo pasarán, en principio, como una gripe normal”. “Lo que todos debemos hacer ahora mismo, independientemente de nuestra condición, es tomar conciencia, y si creemos que estamos infectados, seguir el protocolo establecido”, concluye.