El Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife han acordado este viernes encargar un estudio sobre la viabilidad del puerto de Fonsalía, en la costa suroeste de la isla, así como de alternativas a ese proyecto, que cuenta con un amplio rechazo social en las islas, para tomar una decisión definitiva al respecto.
El consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis, y el presidente de la Corporación insular, Pedro Martín, han explicado que la declaración de impacto ambiental está caducada desde diciembre de 2018 y que ahora se necesita hacer una nueva para ver cuál es la viabilidad de la construcción de esa infraestructura. “Que se evalúe su viabilidad, porque no hay ningún interés particular en que se construya en un lugar o en otro”, ha explicado Martín.
El presidente tinerfeño ha añadido que cuando se realizó el primer estudio no existía el puerto de Granadilla, por lo que ahora podría contar como alternativa. “En aquel momento se estimó que Fonsalía era el lugar idóneo, pero ahora eso podría haber cambiado”, ha matizado.
Por otro lado, Martín ha insistido en que no será él quien “imponga” el puerto, porque “podría estar equivocado”, sino que tiene que ser el balance de todas las variantes analizadas para luego elegir la mejor. Por ello, ha dicho, para tomar una decisión esperará al resultado del estudio sobre posibles alternativas, como mejorar el puerto de Los Cristianos así como su conexión en tierra, o utilizar el puerto de Granadilla para asumir parte del transporte marítimo con las islas verdes (La Palma, La Gomera y El Hierro), e incluso el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Además, otra posible alternativa es “no hacer nada”, ha explicado Martín.
La decisión, ha insistido, “tiene que ser meditada, analizada y consensuada”, pero “hay que tomarla”, porque, ha dicho, “llevamos 30 años debatiendo este asunto”.
El informe, cuyo coste por ahora no está determinado, se iniciará en las próximas semanas y, según sus conclusiones, se fijará una postura respecto al puerto. El documento, que podría estar terminado para mediados de 2022, evaluará cuatro aspectos: impacto socioeconómico, medioambiental, conectividad y punto de vista territorial.
Franquis ha subrayado que desde que se encargó el primer proyecto, en 2007, “las cosas han cambiado” y ahora hay un fuerte compromiso con la sostenibilidad. Por ello, ha dicho que todas las inversiones públicas tienen que adaptarse a esa nueva realidad y exigencias de la sociedad.
Santuario de ballenas
El proyecto del puerto de Fonsalía ubica esa infraestructura en una franja de costa de unos 22 kilómetros circundada por una Zona de Especial Conservación (ZEC) por su riqueza medioambiental. Esas aguas, desde la punta de Teno hasta la punta de Rasca, son lugar de paso y hábitat de numerosas especies marinas, muchas de ellas protegidas, y gran variedad de cetáceos, entre los que destaca una población residente de calderones comunes (ballenas piloto) de unos 200 ejemplares. De hecho, las aguas que rodearían al posible puerto forman parte de uno de los tres Santuarios de Ballenas de todo el mundo, y el único de la Unión Europea, declarado así por la World Cetacean Alliance en enero de este año.