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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Santa Cruz de Tenerife le declara la guerra a los árboles

De siempre, Santa Cruz de Tenerife ha presumido, y con razón, de ser una de las capitales de provincia o grandes ciudades de España (para muchos, claramente líder) con más zonas verdes en su trama urbana (sin atender al Parque Rural de Anaga). Joyas como el García Sanabria, el parque La Granja, la plaza del Príncipe (y otras tantas), las ramblas y otros muchos espacios o arboladas en vías, avenidas y equipamientos públicos del casco y los barrios así lo atestiguan desde hace siglos, en muchos de los casos. Sin embargo, y aunque la versión del gobierno local (CC-PP) es totalmente opuesta y cuando aún se espera por la constitución de la ansiada Mesa del Árbol, hay asociaciones en la ciudad, como Los Árboles Hablan, que llevan años denunciando, con creciente intensidad y últimamente con verdadero pavor y profundo enojo, lo que consideran una “guerra” contra los árboles por parte del consistorio.

Todo se ha intensificado debido al gran eucalipto cortado el pasado 1 de junio junto al emblemático reloj de flores del parque García Sanabria, sí, ese que dio nombre al pacto de izquierdas en Canarias de 2019-23 por firmarse justamente ahí, en un nombre improvisado sobre la marcha por la actual portavoz del PSOE en Santa Cruz y diputada regional, Patricia Hernández. Una edil que, justamente, preguntó en la última comisión de control del pleno por este árbol, que llevaba dando sombra, vida y compañía a esta parte de la ciudad desde hacía unos 60 años. 

El corte se justificó por la caída de una gran rama del eucalipto ocurrida el 28 de mayo, que impactó e hirió (estuvo 2 días en el hospital) a un turista suizo que paseaba por la zona junto a su pareja. Aunque el estudio de la empresa Árbol Investigación y Gestión (de la Península, contratada expresamente para hacer informes y presentada como la mejor en este ámbito) no consideraba necesaria su eliminación total, sino rebajar su altura por su exposición a los vientos, aparte de instar a realizar pruebas sobre la resistencia de su madera, el consistorio optó por el corte, que se prolongó durante 7 horas y obligó a cerrar dos carriles de la célebre calle Méndez Núñez. Enseguida, el edil de Servicios, Carlos Tarife, anunció que el ejemplar se sustituirá por un nuevo árbol, aunque aún sin especificar, en una operación que se ha ido repitiendo desde hace años con otros ejemplares en la ciudad y que denuncia la citada asociación. De hecho, se organizó una vigilia protesta en el García Sanabria (en plan duelo mortuorio) por lo ocurrido con este eucalipto.

Según recalca a Canarias Ahora Carmen de la Rosa, una de las integrantes más activas de Los Árboles Hablan, este corte simboliza lo que está pasando en todo el municipio desde hace años, “incumpliéndose” leyes como la de Protección del Patrimonio Natural y la Biodiversidad (2015) “porque esos árboles portan nidos de pájaros y, encima, muchos cortes se han dado en etapas de puesta de huevos y crianza”. Según remarca, ella misma comenzó a movilizarse contra esta “guerra” al comprobar lo que había pasado con algunos ejemplares en Ifara, el núcleo en el que vive.

“Lo que está pasando es muy grave. El ayuntamiento sigue presumiendo de tener más árboles que ninguno, a la mejor empresa de mantenimiento de Canarias y de campañas de concienciación y difusión con los niños muy bonitas, pero que son solo cosméticas, pues la realidad es bien distinta y basta con pasear por numerosas calles, avenidas y otras zonas del casco y los barrios, como en Ofra, tal y como estamos haciendo desde la asociación para contar con un censo de estas eliminaciones y de la mala conservación. No es verdad que se haga un buen mantenimiento; muchos árboles, como palmeras y otros, no se riegan, se dejan secar, como está pasando con ejemplares tras las vallas por las obras en el edificio Viera y Clavijo, otros se les dejan las raíces por fuera y algunos han caído completamente de raíz… El problema es que están cambiando ejemplares de 30, 40 o 50 años por otros nuevos, sobre todo flamboyanes, pese a tener gran porte, dar sombra y acoger nidos. Es intolerable”.

Esta vecina comprometida y de honda preocupación ambiental critica, sobre todo, lo que ocurre con cualquier obra pública en la capital tinerfeña. “Desde que comienza, se talan los árboles que molestan o se les coloca material y elementos encima. También se podan o cortan por completo desde que un bar o empresa dice que le molestan para sus toldos, muchos de los eliminados no se sustituyen y el problema, además, es que se use esa palabra, sustitución, ya que se olvidan de que se trata de seres vivos y que no es lo mismo cambiarlos como se cambia una farola. Hace poco –relata-, una vecina, que contactó con nosotros por Facebook, simplemente lloraba al contarnos que habían cortado los únicos dos árboles que veía desde su casa en la calle San Francisco”.

De la Rosa alerta de que esta situación va totalmente en contra de los tiempos y recuerda que la desaparición de los árboles es precisamente lo que no hay que permitir ni propiciar en la lucha contra la carbonización, el cambio climático, la desertización y el riesgo de sequías. Además, lamenta que se incumpla la ley porque “las talas indiscriminadas están prohibidas, aparte de que hay que justificarlas con los pertinentes informes”. También lamenta que la normativa local anunciada desde 2022 siga sin aprobarse “y lo mismo con la regional que, por iniciativa popular, se aprobó en el Parlamento en 2019”. A su juicio, y como señala también Virginia González, otra de las integrantes clave de esta entidad, “lo que está pasando en Santa Cruz no es normal y no puede continuar: se trata de un arbolicidio constante”.

El equipo gobernante se remite a lo publicado hasta ahora

Ante esta visión, Canarias Ahora quiso saber la versión del gobierno local, que, sin embargo, se remitió a lo publicado hasta ahora, sin más concreción. Entre lo que se ha difundido desde el pacto CC-PP en este mandato sobre la situación de los árboles, destaca el anuncio del concejal de Servicios, Carlos Tarife (PP), el pasado 15 de diciembre y en la comisión de control del pleno, que tenían que talar 50 árboles, de los 4.000 analizados en la ciudad (hay un total de 50.000 de 448 especies diferentes, con 31.000 en plazas, parques y jardines), “por su mal estado de salud” tras la elaboración de un estudio y después de la caída de varios ejemplares, por lo que debía primar la seguridad. Previamente, ya se había apuntado a que uno de los principales motivos de las caídas era la pudrición generada por el hongo inonotus riky. Además, también anunció que, el 3 de noviembre de 2025 se cambiará la actual empresa que se encarga de las zonas verdes por sus “incumplimientos”. 

En la comparecencia de Tarife del pasado 12 de junio, solicitada por el PSOE, este concejal detalló que, entre enero y mayo, se han plantado 427 nuevos árboles y talado 194. Asimismo, y ante las críticas de Patricia Hernández por las últimas talas y, en especial, por la del eucalipto del García Sanabria, insistió en que las decisiones las toman “los técnicos del negociado de Parques y Jardines” y que “la última opción es la tala, que solo hacemos cuando ya no queda otro remedio y existe un alto riesgo para la población”.

Tarife también anunció la contratación de un curso formativo para personal de este área sobre anclaje de ramas a impartir este próximo mes de julio para seguir asegurando el arbolado y evitar accidentes, al tiempo que indicó que, según le han expresado diversos biólogos, hay especies, como los eucaliptos, que se “autopodan, eliminado algunas ramas”.