En apenas cuatros días los trabajadores del histórico kiosco Numancia de Santa Cruz de Tenerife han logrado reunir cerca de 600 firmas en defensa de sus puestos de trabajo en la nueva concesión. Además, la posibilidad de que el establecimiento, que data de 1930, sea sometido a una “limpieza de cara” como se ha lanzado desde el Ayuntamiento, ha hecho sonar las alarmas. Y es que muchos chicharreros temen que, al igual que ha ocurrido con los kiscos de La Paz y de Weyler, el de Numancia cambie totalmente su fisonomía.
Lo cierto es que poco ha trascendido de los planes de la Corporación local excepto que la terraza, situada a la entrada del Parque García Sanabria, dejará de funcionar el próximo 20 de febrero.
Los propietarios que tenían la concesión desde hace 60 años y los trabajadores, que en algunos casos suman décadas en este mismo empleo, han emprendido una movilización contrareloj. En su agenda se incluye una reunión con los responsables municipales con el fin de que les aclaren sus planes.
Hace algo más de dos meses también cerró el kiosco de la Plaza Militar, que en la actualidad da la impresión de estar totalmente abandonado.
Por lo pronto, sólo saben que se va a construir un almacén y un baño debajo de la terraza del Numancia, una actuación que desde hace tiempo se hacía necesaria. Pero no ha trascendido nada sobre lo que ocurrirá con su estructura. El temor de estos trabajadores es perder su empleo y el de muchos de los firmantes quedarse sin uno de los lugares más emblemáticos de la capital tinerfeña. O que éste al final resulte irreconocible.
No deja de ser un tanto irónico que el cierre tenga lugar justo después de las fiestas de los Carnavales, ya que hasta hace tan sólo unos años aquí se concentraban los tinerfeños de amanecida. Todavía se puede ver en el exterior del kiosco una fotografía de los integrantes del grupo U2 disfrutando de estas fiestas a principios de la década de los años noventa.
El anuncio hecho desde el Ayuntamiento en el sentido de que el establecimiento iba a ser sometido a un lavado de cara preocupa a los usuarios. Temen que ocurra lo mismo que con el kiosco de la Plaza de Weyler, el de La Paz o los paragüitas de la Plaza de España que desaparecieron para acoger diseños modernos que no siempre han sido del gusto de los chicharreros.
El kiosco Numancia también es conocido por ser frecuentado por los aficionados al automovilismo. Y es que casi un siglo de historia da para mucho.