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El Gobierno canario autoriza que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife siga vertiendo aguas contaminadas al mar hasta 2021

Zonas de vertidos en La Hondura-Cabo Llanos, con tres emisores autorizados, en verde, y uno en trámite de aprobación, en amarillo

Vicente Pérez

Santa Cruz de Tenerife —

La Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias ha decidido conceder un nuevo periodo de gracia al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife con los vertidos contaminantes y continuos al mar de aguas residuales en el litoral de La Hondura.

La autorización dada en 2016 venció el 31 de diciembre pasado y el Gobierno canario resolvió el 9 de este mes, en enero de 2019, prolongar la autorización para que la Empresa Mixta de Aguas (Emmasa, en manos de la multinacional Sacyr) pueda seguir arrojando al mar esas pretratadas aguas hasta agosto de 2021, nueva fecha prevista para que entre en funcionamiento la obra de ampliación de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) que ha licitado el Estado. Esta instalación se halla en el barrio de Buenos Aires.

Aunque hasta ese momento, a partir de agosto de 2012, el vertido de aguas negras al océano (hasta unos 20 millones de litros al día) no cumplirá con todas las exigencias de la normativa europea, la Viceconsejería explica a Tenerife Ahora que este nuevo permiso se ha dado porque “los tratamientos a los que ahora se someten las aguas residuales urbanas con carácter previo a su vertido al mar han mejorado respecto a los que se venían aplicando hasta mediados de diciembre de 2018, por lo que el efluente vertido actualmente tiene una menor carga contaminante respecto a los tratamientos efectuados durante la vigencia de la anterior autorización”.

El departamento que dirige la viceconsejera Blanca Pérez (CC) recuerda que el permiso anterior había sido concedido en abril de 2016 para el vertido desde tierra al mar de aguas residuales pretratadas procedentes de la estación de bombeo (EBAR) de Los Llanos, y que su fecha de vencimiento se había fijado para final de 2018 porque era el momento en que se había previsto que la nueva EDAR estuviera operativa. Pero esta obra, financiada y licitada por el Gobierno estatal, se ha retrasado varios años.

Fue el propio Gobierno municipal el que solicitó la modificación de la autorización de 2016, “ante la imposibilidad de cumplir” con los plazos del plan de etapas en virtud del cual se otorgó la anterior. Según este documento, la EDAR ya debía estar ampliada en 2018, pero la realidad es que no fue hasta el 26 de noviembre del pasado año cuando se formalizó el contrato de adjudicación de las obras de ampliación de esa infraestructura.

Mejoras provisionales desde diciembre

En todo caso, aunque hasta que esa nueva instalación no esté lista, el problema no quedará resuelto como mandan las directivas europeas. La Viceconsejería de Medio Ambiente detalla las mejoras que ya se han implantado para aminorar el impacto medioambiental de esas aguas negras: “Dos nuevos tamices de un milímetro de tamaño de paso, un tercer microtamiz de 350 μm, un nuevo concentrador de grasas, un nuevo sistema de burbujas en el desengrasador y dosificación del sistema BIOAMP en tres de las estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR) que conforman el sistema de saneamiento del término municipal de Santa Cruz de Tenerife.

“Con las mejoras implantadas, sin las cuales no se hubiese otorgado la modificación solicitada, las aguas serán sometidas a un pretratamiento más completo”, apostilla la Viceconsejería. de Medio Ambiente.

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