Cáritas Diocesana de Tenerife atendió el año pasado a 12.179 personas y a 5.180 familias, cifras que muestran una “normalización” de situaciones de pobreza y una vulneración “sistemática” de los derechos fundamentales de estos ciudadanos.
Así lo ha asegurado el subdirector de Cáritas Diocesana de Tenerife, Juan Rognoni, durante la presentación este jueves de la Memoria Institucional 2018 de una organización que también lamenta que el 29% de la población canaria esté en riesgo de pobreza o exclusión social y más de 206.000 personas se hallen en desempleo.
Cáritas Diocesana atendió el año pasado a 22.193 personas en todo el archipiélago y benefició a más de 37.000. Asistió a 980 a través del proyecto insular Barrios por el empleo: juntos más fuertes y a 784 mediante distintos itinerarios de inserción sociolaboral, así como a 747 personas en su área de Inclusión Social.
En torno al 70% del total de sus beneficiarios fueron mujeres, según sus datos, y han destacado asimismo que el perfil de edad más vulnerable corresponde al comprendido entre los 45 y los 65 años, cuando se acerca el fin de la vida laboral: el 60% de los asistidos tenían edades en ese intervalo. Además, también ha expuesto que el 80% de los 893 voluntarios que operan en los arciprestazgos de la isla son mujeres.
Rognoni ha puntualizado asimismo que Cáritas actúa a través de una acción social de base y de distintos proyectos y programas destinados a personas mayores, a conseguir una inclusión social, a garantizar una vivienda digna y a fomentar el empleo y una economía “solidaria”.
En cuanto a la inclusión social, a través de proyectos como Drago, la Unidad Móvil de Atención en la Calle o distintos recursos alojativos, Cáritas ha atendido a 651 pacientes (172 mujeres y 479 hombres) y a 390 familias. Y ha orientado laboralmente a 1.764 personas, ha formado a 724, ha intermediado para 808 y ha insertado laboralmente a 351, además de realizar 97 acciones formativas.
Cáritas Diocesana de Tenerife percibió para todo ello 5.155.218 euros en el 2018, de los cuales más de tres millones correspondieron a aportaciones públicas, a través de proyectos concretos junto a las administraciones, y unos dos millones de recursos privados, como donaciones de particulares, fundaciones, empresas y colectas parroquiales, así como herencias y legados.
El obispo de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha destacado en esa línea que Cáritas “devuelve todo lo que recibe” y ha llamado a las instituciones públicas a colaborar conjuntamente frente a los problemas sociales y económicos en las islas.
El director de Cáritas Diocesana en Tenerife, Leonardo Ruiz, que se ha despedido del cargo, ha hecho hincapié en esa línea, en que Cáritas maneja “números con rostros”, como los porcentajes de exclusión social o de personas sin casa o con problemas de adicción a sustancias o graves enfermedades.