El catedrático de Psicología de la Universidad de La Laguna Juan Capafons asegura que la pandemia de la COVID-19 ha afectado “de forma radical a la libertad” y ha impactado de lleno en la línea de flotación de la industria turística, “al romper la conexión entre ocio y libertad”.
Capafons ha hecho estas declaraciones en una entrevista difundida por la organización del Congreso Internacional de Tecnología y Turismo Fuerteventura 4.0, que comenzará el próximo 1 de diciembre con un panel titulado Salud y Turismo. El catedrático comparecerá junto al epidemiólogo y presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas; el psicólogo y coordinador de Cámbiate, Leocadio Martín; y el profesor de Organización de Empresas, Economía Digital y Turismo de la ULL, Eduardo Parra.
En ella se analizarán, entre otras cuestiones, la actual situación derivada de la COVID-19, las posibilidades que se abren entre el binomio salud y turismo o los cambios que se producirán en la mentalidad del viajero. En esta línea, el catedrático ha abogado por aplicar una visión sensata ante la realidad, para evitar un efecto pendular que haga pasar del miedo al posible contagio del virus al otro extremo, la negación del peligro, por mantener la calidad de vida.
Para Capafons, los profesionales deben transmitir el mensaje de que hay que anticiparse a una nueva situación similar que podría repetirse con cierta frecuencia, incluso en el plazo de una década, “adaptando las medidas necesarias de seguridad, pero sin caer en el fatalismo porque podemos volver a disfrutar del ocio y el turismo”, ha recalcado.
La calidad de vida se ha visto también muy dañada, reconoce, “y vamos a pasar de una mentalidad en la que prima la comodidad a un vuelta a nuestra esencia de primates, donde nuestro cerebro buscará también máxima seguridad en los viajes”.
Por este motivo, Capafons ha insistido en que el reto de un destino turístico es el de poder ofrecer “comodidad, atractivo y seguridad”.
En este contexto, ha puesto de relevancia la eterna dicotomía entre la economía y la salud, entre la libertad y la seguridad, un dilema que todavía no se ha resuelto.
Este profesional ha abogado por la creación de “verdaderos equipos de expertos, porque es un tema que afecta a la humanidad”, a la vez que ha echado en falta “un debate científico sin intereses, sin intoxicaciones ni presiones, dejando a la comunidad científica que trabaja en la búsqueda de la verdad”.