Dos nuevos episodios de contaminación marina han vuelto a encender las alarmas sobre el problema que sufren las costas tinerfeñas. Aunque con distinto origen, en esta ocasión las zonas afectadas han sido el litoral de Granadilla y el de Fasnia.
En el primer caso, el derrame se ha producido por la obstrucción del emisario submarino localizado en Montaña Pelada -que está a la espera de que se construya una estación depuradora ya proyectada-, y en el segundo, por un vertido clandestino de aguas residuales que ese lunes investigaban la Policía Local y el Consejo Insular de Aguas, para identificar a los responsables. Puede provenir de alguna granja de la zona, según indicaron fuentes municipales. En la tarde de este lunes, cesaron ambos vertidos, pero aún quedaban sus secuelas. Aún permanecen sin control los denunciados en el polígono industrial de Güímar, en el término municipal de Arafo.
En el caso de Granadilla, el derrame de este domingo provocó una mancha marrón de considerables dimensiones, que se extendió por Montaña Pelada y playa de La Jaquita, procedente del mismo emisario que ya el pasado día 12 había provocado otro derrame de aguas fecales, desde tierra hacia el mar.
El incidente del pasado fin de semana se debió, según el Ayuntamiento granadillero, a una obstrucción de ese emisario, que este lunes continuaba reparando un equipo de buzos. El propio Gobierno municipal reconoce que la solución definitiva a estos problemas vendrá por la construcción de una estación depuradora de aguas residuales (EDAR), pues lo único que existe ahora es una instalación de tratamiento que solo separa los sólidos, una tarea previa a la canalización hacia el emisario de las aguas residuales.
“En la red de saneamiento no se invierte desde hace más de 20 años; el municipio ha crecido mucho y se colapsa”, reconocen fuentes municipales, quienes apuntan que la EDAR ya está proyectada, corresponde su tramitación al Consejo Insular de Aguas y el documento ya está en periodo de exposición pública. También subraya el equipo gobernante que en el Plan Insular de Cooperación 2018-2020, con el Cabildo, se prevé mejoras en la red de saneamiento del municipio.
Desde la asociación de vecinos BUGA (Barrios Unidos por Granadilla), su presidente, José Gregorio Gaspar, llama la atención de que “ya van dos situaciones escandalosas” en apenas quince días, porque atestigua que pequeños vertidos “ha habido más”. Y a su juicio se debe a que “no se han puesto los medios necesarios” por parte de la empresa adjudicataria del servicio, Entemanser, y el Ayuntamiento.
Esa es su conclusión “en cualquiera de las explicaciones posibles” de estos derrames, incluyendo la de que “la estación de tratamiento primario, que separa lo sólido de lo líquido, no tiene buen mantenimiento, y por eso se tapona el emisario”.
El dirigente de BUGA, que apunta que en la mañana de este lunes todavía continuaban las emanaciones de aguas fecales, relata que un trabajador de dicha empresa concesionaria le reconoció a una vecina del lugar que “no tenían medios” suficientes para evitar estas averías.
En Granadilla, según el último censo oficial elaborado por el Gobierno de Canarias y publicado en 2017, existen nueve puntos de vertidos al mar, de los que solo tres, los emisarios submarinos propiamente dichos, disponen de autorización.
Fasnia busca a los responsables de un vertido
El otro episodio de contaminación del litoral ocurrió en la costa de Fasnia, a la altura del kilómetro 32 de la autopista del sur, en el barranquillo de Las Cardoneras. Por el cauce bajó una corriente de agua de color marrón y olor fétido, que llegó al mar, manchando de color marrón las aguas, según describieron los bañistas.
El alcalde fasniero, Damián Pérez, confirmó en declaraciones a Tenerife Ahora la existencia de este vertido, que, según precisó, ya este lunes había dejado de fluir por dicho cauce.
Agentes de Medio Ambiente del Seprona, personal del Consejo Insular de Aguas y la Policía Local han recorrido el lugar afectado, y ahora “el órgano correspondiente valorará si se trata de un vertido fortuito, ocasional o continuado”, en palabras del regidor municipal, que anunció que “se depurarán responsabilidades”. En todo caso, señala que la “probable” causante del daño, una granja de la zona, “tiene un sistema de tratamiento de purines y recibe inspecciones sanitarias regularmente”.
En Fasnia, el citado censo oficial, elaborado en 2017, recoge solo un punto de vertido, una conducción que no tiene autorización.