La prolongada negativa de la Esclavitud del Cristo de La Laguna (en la isla de Tenerife), una de las más importantes de Canarias, a aceptar como integrantes a mujeres ha llegado a los tribunales. Mujeres católicas afectadas por ese veto han presentado una denuncia en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Santa Cruz de Tenerife no solo contra esa hermandad religiosa sino también contra el Obispado de Tenerife, por discriminación de género contraria a la Constitución Española y a las leyes de igualdad española y canaria.
Algunas devotas del Cristo llevan 20 años de reclamaciones a la Iglesia en Tenerife para que obligue a esa Esclavitud a acabar con tal práctica discriminatoria. Hace tres meses -como ya hicieran hace nueve años-, 35 mujeres suscribieron un escrito dirigido al obispo Bernardo Álvarez en el que reiteran la solicitud de que se les permita formar parte de esa asociación. Pero aseguran que no han recibido respuesta, por lo que han llevado el caso a la justicia ordinaria, en una denuncia presentada a principios de este mes.
Se argumenta en la denuncia que la no admisión de mujeres en la Esclavitud lagunera supone una conducta contraria al ordenamiento jurídico español y también contra el propio derecho canónico, pues los estatutos de esta hermandad no respetan los derechos y principios constitucionales, de modo que deben suprimir la alusión de que solo pueden integrarla “caballeros” por la de “personas o fieles”, expresión comprensiva de ambos géneros.
Estas mujeres llaman la atención también sobre el hecho de que la Esclavitud está inscrita como asociación en registros oficiales y recibe ayudas públicas, como la inversión destinada a la rehabilitación del santuario del Cristo, en la que participó el Cabildo de Tenerife, entre otras administraciones públicas.
El Obispado obvia un decreto de derecho canónico
Se da la circunstancia de que el Arzobispado de Sevilla, bajo cuya jurisdicción se halla la Diócesis de Tenerife, dictó un decreto en 2011 que determina “la plena igualdad de derechos” de los miembros de las hermandades y cofradías, “sin que sea posible discriminación alguna en razón del sexo, incluida la participación en la estación de penitencia como acto de culto externo”, añade la orden emitida por el arzobispo Juan José Asenjo Pelegrina, incumplida por el Obispado de Tenerife.
La presentación de esta denuncia ha trascendido a las puertas de la celebración de una Junta General Ordinaria de la Esclavitud, prevista para este sábado, 15 de diciembre. En su orden del día, según ha publicado La Opinión de Tenerife, figura abordar una “propuesta de ratificación de una comisión para el estudio de la incorporación y modo de pertenencia de la mujer a esa corporación, y la fijación de plazo de junta extraordinaria para la toma de acuerdo”.
Llama además la atención que en sus orígenes, allá por mediados del siglo XVI, cuando era Cofradía del Cristo, esta hermandad estuviera compuesta por hombres y mujeres, y ahora las excluya, cinco siglos después. Fue en el siglo XVII cuando se creó la Esclavitud, con la oligarquía lagunera y solo hombres, que terminó absorbiendo y eliminando la cofradía mixta, como además recuerda la propia web de esta asociación religiosa.
Sin embargo, a la infanta María Teresa de Borbón y Baviera sí la acogió esta hermandad, entregándole una medalla durante la visita del rey Alfonso XIII a Tenerife en 1906.
Teresa Laborda, abanderada de la igualdad en la Iglesia
La reivindicación de la igualdad entre hombres y mujeres en el seno de estas entidades cristianas -sobre las que tienen potestad el Obispado como garante del derecho canónico- la ha abanderado en Tenerife Teresa Laborda, una enfermera, vallisoletana de nacimiento y afincada en la isla desde desde 1981. Lleva ya dos decenios de escritos no contestados, y ha dado la cara desde hace años en este asunto en nombre de decenas de devotas que consideran conculcados sus derechos por la junta de la Esclavitud y por el obispo.
Se presenta en su web esa hermandad lagunera como “una asociación pública de fieles sometida a las normas del derecho canónico, constituida para promover entre sus miembros una vida cristiana más perfecta, el ejercicio de las obras de piedad evangélica y el incremento de la devoción y culto al Santísimo Cristo de La Laguna”.