Orlee acompaña a la artista canaria Fabiola Socas desde hace tan solo un año y medio, y desde entonces este cariñoso y adiestrado animal ha cambiado su vida. “Un perro guía es una hermosa experiencia, es lo más parecido a ver”, señala.
“Afortunadamente ahora llevo perro guía pero ojalá hubiera tomado antes la decisión, aunque se dice que las cosas llegan en el momento en que uno lo necesita. De estar ciego lo más hermoso es pasar por esta experiencia, porque se crea un vínculo muy especial entre tú y el animal”.
La cantante y compositora, que participó hace unos días en Santa Cruz de Tenerife en la inauguración de una exposición de la ONCE dedicada a los perros guía, indica que si bien las personas ciegas pueden solicitar un perro desde que cumplen los 18 años, ella hizo la petición con 36 años y lo recibió un año y medio después.
Antes de que Orlee llegara a su vida a través de la Fundación ONCE del perro guía, Fabiola Socas, invidente desde su nacimiento hace 39 años, llevaba siempre con ella un bastón, un hecho que le ha puesto las cosas más fáciles a la hora de que le entreguen a uno de estos animales. “Para que te den un perro guía tienes que tener una buena movilidad y una buena orientación. El bastón es un paso que no debes saltarte, incluso te recomiendan que practiques con él aunque tengas perro, para no perder destreza”, explica.
Esta tinerfeña relata cómo su perra guía -de tres años de edad- ha llevado cambios importantes a su vida, uno de ellos perder el temor. “Tener a Orlee conmigo es lo más parecido a ver. Empiezas a caminar con ella y no tiene ningún tipo de miedo; ella tira de ti y empiezas a caminar rápido, como nunca antes lo has hecho en tu vida”.
Recalca la relación tan especial que se crea entre la persona invidente y el perro guía pues “solo está el arnés, ella y tú; es una cosa maravillosa, no tienes miedo porque te indica dónde están los escalones y los obstáculos”. Además, subraya que Orlee “es una compañía con la que vas hablando constantemente”.
Con respecto a la sugerencia de no hablar a estos animales cuando una persona se los cruza por la calle, Socas señala que “casi debería ser una norma de educación vial, como no cruzar cuando un semáforo está en rojo”. Recuerda que “un perro, por encima de todo tiene un instinto, y si le hablas va a mirar hacia donde estás, va a mover el rabo y va a querer saludarte porque son muy sociables”. Situaciones como esta pueden distraer al animal de su importante cometido.
Sobre su actividad profesional, Fabiola Socas señala que se halla inmersa en un proyecto de música canario-bereber junto a un equipo de músicos. “Pronto verán en las redes un videoclip que estamos terminando”.
El proyecto se llama Ait Nahaya (hijos de hombres dignos). “Acudimos a nuestros maestros, tanto canarios como bereber, para estudiar, aprender y transformar todo eso en algo que tenga un sonido actual”. En el equipo se encuentra también Luisa Machado, “mi querida compañera de profesión”, recalca Socas.