El ITER dejó de producir energía en Tenerife cinco días porque Telefónica eliminó un cable, con pérdidas de 200.000 a 400.000 euros

Álvaro Morales

15 de noviembre de 2024 16:33 h

0

El Instituto Tecnológico de Energías Renovables de Tenerife (ITER), cuyas principales instalaciones se ubican junto al puerto de Granadilla, en el sur de la isla, estuvo desde el sábado pasado a la tarde de este jueves sin producir nada de energía porque Telefónica decidió eliminar de forma definitiva el cable de cobre que conectaba las plantas fotovoltaicas y eólicas de los socios (130 en el caso de Solten I) con el centro de control. El problema ya se ha resuelto con un nuevo cable (no de cobre), pero estas interrupciones se han producido en el último año y medio, según las fuentes consultadas, y durante estos cinco días han podido suponer unas pérdidas de entre 200.000 y 400.000 euros a los socios propietarios (en su mayoría) de las plantas fotovoltaicas conectadas, ya que las eólicas sí son del Instituto. 

El centro de control de ITER maneja unos 100 megawatios (mw) de instalaciones de renovables. En estos cinco días, puede haber perdido entre 2.000 mwh y 4.000 mwh de producción en función de la velocidad del viento y la radiación solar, por lo que, a un precio sostenido a todas horas de 100 euros por mwh en esta semana, sale ese cálculo de pérdidas para el ITER y los propietarios de las instalaciones de entre 200.000 y 400.000 euros.

Fuentes de algunos de los socios se quejan de que no se les comunicara este problema y remarcan que esta situación se ha repetido porque Telefónica desconectaba el cable, con reducción o anulación de la producción de energía y, por tanto, las consiguientes pérdidas. Además, critican que se haya tardado tanto, cinco días, para lanzar un nuevo cable, lo que creen cualquier cosa menos ágil. De hecho, lo conciben como negligente. Los socios recuerdan que el ITER no es propietario de dichas plantas, sino ellos, y que pagan altas cifras al año por su mantenimiento, por lo que no entienden la falta de comunicación y explicaciones a tiempo.

Los afectados quieren saber si el ITER va a asumir los daños causados por la pérdida de producción, por las penalizaciones por desvíos y el mantenimiento. Además, recuerdan que Telefónica llevaba meses advirtiendo de que iba a desconectar el cable porque está obligada, por normativa, a no usar cobre e insisten en que, en el último año, se han producido paradas inexplicables que no recogían los informes del ITER y que “no obedecían a situaciones de consignas, así como cálculos de penalizaciones por desvíos igual y completamente inexplicables”.

Desde el pasado 19 de abril de 2023, Telefónica recalcó su reafirmación por su “compromiso con la transformación de su infraestructura fija para convertirla completamente en fibra hasta el hogar (FTTH) con la comunicación del cierre de la totalidad de sus centrales de cobre, que se materializará en 2024 coincidiendo con el centenario de la operadora”. Asimismo, señaló entonces que los cables estarían retirados, como máximo, en abril de 2024. Para los socios críticos, esto demuestra que Telefónica les ha intentado hacer un favor. 

La explicación del Cabildo tinerfeño

Desde el Cabildo de Tenerife, del que depende el ITER, se indicó a este periódico este mediodía que “la planta de Solten 1 se encuentra en la actualidad en funcionamiento. Se produjo un corte el sábado porque Telefónica está retirando las líneas de cobre que tiene por todo el territorio nacional. Desde el ITER, buscamos una alternativa y, gracias a que disponemos del operador de comunicaciones CanaLink -que opera fibra dentro del anillo insular de telecomunicaciones de Tenerife-, hemos podido establecer desde el jueves un enlace provisional entre Red Eléctrica e ITER a través de este anillo insular de fibra óptica y las comunicaciones que da CanaLink. Y gracias también a la colaboración de Red Eléctrica para que nos permitieran levantar esa conexión en un corto espacio de tiempo”. 

Además, el ITER indica que, “en paralelo, ya estamos trabajando con Vodafone, (compañía) a la que se le ha hecho el encargo de los trabajos para la conexión. Una vez que concluyan estos trabajos, la situación quedará resuelta definitivamente”.

Frente a esta visión, las fuentes de los socios insisten en que Telefónica lleva tiempo avisando del cambio, que el ITER no se preparó a pesar de conocer esto ocurriría y que solo descarga la responsabilidad en dicha compañía. Por eso, critican que se haya ocultado, no se trabajase en una solución y tienen claro que se ha hecho ahora “un parche” y que la solución no es definitiva, por lo que no se puede concebir como un éxito. Además, creen muy grave que no existiera una solución previa a este “parche” y que el problema pudo mantenerse durante semanas o meses, con “enormes pérdidas”, lo que demuestra el “descontrol y la situación precaria del sistema de gestión del mantenimiento de las instalaciones que se denuncia desde hace mucho tiempo”.

Para estos afectados, el ITER siempre busca culpables fuera: “Con los molinos, en Iberdrola; con las obras que destrozaron los yacimientos, la culpa es del Cabildo o el Gobierno de Canarias y, ahora, de Telefónica. Al ITER le pasa de todo, pero nunca tiene la culpa de nada, cuando eso, por simple estadística, resulta imposible, y ya pasó también con el famoso proyecto hidrogenera, pues no sabían arrancar la máquina, pero le echaron la culpa al fabricante… La lista de proyectos y desastres que han generado un montón de problemas y son un desastre es  interminable, pero la versión siempre es que la culpa la tienen otra. Y lo mismo con la compra de los terrenos anunciada por Pedro Martín, por un millón y pico, que hubo que echar atrás porque no se había hecho la tasación, aunque el equipo de gobierno y el ITER dijo que sí. Desde que la hicieron, resultó muy inferior al que se iba a asignar a un propietario privado y éste se echó atrás… La lista es interminable y escandalosa”.