Una maraña de irregularidades vuelve a señalar al centro de arte de referencia de Tenerife
Una maraña de irregularidades ha vuelto a señalar a Tenerife Espacio de las Artes (TEA), centro cultural de referencia en la isla. La convocatoria para elegir a la persona al frente de la dirección artística no ha estado exenta de polémicas, que han ido desde la advertencia de anomalías por parte de cuatro de las principales asociaciones del sector hasta el recurso de alzada presentado esta semana por uno de los candidatos, Paco Barragán, que acusa al tribunal de presunto trato de favor y que se le ha perjudicado en la valoración. “Hay dos cuestiones: una es la puntuación, que ahí el comité ha hecho trampa y otra es que existen intereses entre miembros del comité y el candidato premiado”, subraya a este periódico.
La convocatoria vino cargada de críticas desde que se publicó en marzo de 2024. Entonces, el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), Mujeres en las Artes Visuales (MAV), la Unión AC (Unión de Artistas Contemporáneos de España) y la Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales (AICAV) advirtieron en una carta al consejero de Cultura de Tenerife, José Carlos Acha (PP), de que pesaba más la valoración discrecional antes que la objetiva, que no se valoraba el conocimiento de idiomas o que no se tenía en cuenta la existencia de la brecha de género, entre otras cuestiones. También alertaban de otro aspecto fundamental: no se delimita la procedencia de los miembros de la comisión de valoración y tampoco se indica cuándo se va a constituir y publicar el nombramiento de quienes la conformarán, algo que se hizo después de que se presentaran las candidaturas.
Barragán señala en su recurso de alzada que cuatro personas obtuvieron en el apartado de “expediente académico” la misma evaluación, pese a que entre esas personas él es el “único” que tiene un doctorado internacional, además de premio a la tesis doctoral y publicaciones en dos de las editoriales académicas internacionales más importantes del mundo. También alega que en el apartado profesional, se da la misma puntuación a él que a otras cuatro personas pese a que tiene 20 años más trabajando en cuatro continentes y que ha comisariado 98 exposiciones. “¿Cómo puede ser que trabajar internacionalmente tenga la misma valoración que trabajar en España? Aquí se han rebajado los méritos de quien recurre a través de una valoración impropia, de forma que otros candidatos tuvieron su misma valoración”, apunta.
El recurrente subraya que otro apartado era el proyecto, que otorgaba hasta 40 puntos, pero en el que ha obtenido apenas 21. “Resulta evidente que dicho proyecto ha sido devaluado a fin de otorgarle una puntuación bajísima y desanimar al candidato a impugnar el proyecto selectivo” y agrega que “tampoco se ha valorado el dominio de cinco idiomas demostrables, algo que otros candidatos no hacen”. Así mismo, insiste en que “en el jurado ha habido animadversión manifiesta” hacia él “por determinados miembros”, pero añade que debido a “su desconocimiento del derecho” no pudo recusar a tiempo.
El candidato hace referencia a unas informaciones de Diario de Avisos donde se aludía a que hay “relaciones directas entre varios miembros del jurado, que han mantenido relaciones de trabajo, e incluso amistad estrecha con el candidato que ha salido ganador. A diferencia de lo que hiciera el director del Ateneo, quien, según lo difundido, optó por retirarse al existir un conflicto de intereses dado que había mantenido una relación de amistad con uno de los aspirantes al puesto y era causa legal de abstención. Otros miembros del jurado no se abstuvieron ni fueron recusados a sabiendas de que existía esa incompatibilidad con el fin de asegurarse el triunfo de su candidatura”.
Otro de los aspectos que afea es que el ganador de la convocatoria, Sergio Rubira, obtuvo 97 de los 100 puntos. “Ello es difícilmente creíble, al no conocerse los criterios de puntuación de cada ámbito evaluable ya que la opacidad genera inseguridad”. En su recurso incide en citar una publicación de Diario de Avisos donde se expresa que uno de los integrantes del tribunal dirige el MUSCAC, donde se celebra una exposición comisariada por Rubira y que fue presentada solo unos días antes de que se reuniera el comité de selección. Además, recalcan que otra integrante del tribunal ha colaborado en numerosos proyectos con él.
Pedro Déniz, presidente del Instituto de Arte Contemporáneo en Canarias (IAC), explica que cuatro colectivos que suman en torno a 2.000 asociados han reivindicado durante meses que “todas esas irregularidades podían suceder” y “el tiempo nos ha dado la razón”. Después de la carta abierta, esas asociaciones presentaron un recurso de alzada que fue respondido alegando que todo se ajustaba a la legalidad. “Nos dieron una respuesta que no se ajustaba ni a las preguntas que hacíamos”, lamenta. Después de ello, desde el Cabildo de Tenerife se invitó a dos de las asociaciones (IAC y AICAV) para “colaborar como observadores en el proceso de selección de la dirección de TEA Tenerife Espacio de las Artes”. Ante esa propuesta, las asociaciones declinaron la propuesta y volvieron a alertar de que se trataba de una nueva irregularidad. “Nosotros solo hemos señalado sin ánimo de enfangar”, remarca.
“Con los colectivos se puede contar y no verlos como enemigos”, explica Déniz, que incide en que el único objetivo de las asociaciones era que se subsanaran esos errores en la convocatoria ya que, tal y como se ha celebrado esa designación, se ha vuelto a empañar la imagen del museo. “No se lo merece ni el TEA ni los usuarios ni el mundo cultural”.
La docente universitaria y comisaria de arte Yolanda Peralta, es representante en Canarias de Mujeres en las Artes Visuales (MAV) insiste en que cuando sale la convocatoria de un centro de arte como este deben salir los nombres de las personas que van a formar parte del órgano de selección, “no puede ser que cuando se ha cerrado el plazo y se sepa los nombres de quienes se han presentado, montes un tribunal…”, afea. La experta destaca que aunque se intente justificar en que todo se ha hecho en base a la legalidad, “no todo lo legal es ético”, afirma.
Otra de las cuestiones en la que hace hincapié es en que la perspectiva de género no está incorporada. “¿Con dinero público vamos a pagar una programación, el sueldo de un director o directora y no hemos exigido que esa programación sea paritaria?”, se cuestiona Peralta, que lamenta que en la Ley de Igualdad no hay un reglamento sancionador. “Me entristece profundamente, estamos hablando de dinero público y de hacer que el TEA sea el referente que debería ser”, expone.
Para Elena Marrero, secretaria de la Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales (AICAV) también incide en que el jurado debió publicarse desde el principio. “Ha habido irregularidades desde muchos puntos de vista y desde muchas partes de la convocatoria y esto es algo que lleva pasando desde hace muchísimos años en el TEA”, puntualiza. Lamenta que no se hiciera caso de ninguna de las peticiones de las asociaciones y apunta que la propuesta de que algunos de los colectivos participaran como observadores parecía que escondía que callaran y no fueran más allá en sus reivindicaciones. “Rechazamos la invitación e hicimos lo que teníamos que hacer, presentar un recurso de alzada”.
Desde el Cabildo de Tenerife, órgano del que depende el TEA, insisten en que “las bases del concurso pasaron todos los filtros jurídicos del Cabildo. Esa normativa es la que se aplica en la selección de este tipo de cargos”. Además, añaden que “todas las personas tienen derecho a presentar un recurso”, pero que el “procedimiento fue limpio y transparente. El recurso presentado se estudiará, se contestará y seguirá los procedimientos que la normativa establece”. Y sobre las posibles relaciones entre los miembros del tribunal y el candidato que salió ganador, afirman que “no, que le conste al Cabildo. Y tenemos la certeza de la integridad de los miembros del jurado”.
Por su parte, la socislista Candelaria León (consejera del PSOE en el Consejo de Administración del TEA) explica a este periódico que planteó en el consejo en el que se aprobaba el nombramiento del director artístico, que dadas las circunstancias y acusaciones públicas se dejara el asunto sobre la mesa. “Lo reiteré en tres ocasiones”, asegura. Así mismo, expone que le preocupaba la situación y propuso requerir a als personas que formaban parte del tribunal que manifestaran por escrito que no incurrían en causas de abstención para que la valoración de todas las candidaturas presentadas fuera imparcial. “Desde el PSOE consideramos que el consejero de Cultura, José Carlos Acha, debe asumir responsabilidades y dar explicaciones y pedimos que haya total transparencia sobre el asunto”.
León subraya que un día antes de que se votara la designación del nuevo director se percató de que faltaba documentación referida a este tema: el informe final de por qué se elegía a esa persona (Sergio Rubira). “Al día siguiente, el día de la votación en el Consejo de Administración, coincido con el gerente del TEA y me dice que me facilita su ordenador y me lo deja sobre la mesa y me abre un archivo y me dice: usted tiene libre disposición para ver el expediente”. Una situación ante la que respondió: “¿Ustedes pretenden que me lea un expediente de diez minutos antes de comenzar el consejo?” A continuación, afirma que se le facilitó un acta donde se recogía la valoración y ponderación final del proceso de selección. “A partir de ahí, empezó el Consejo de Administración y planteé varias veces al consejero que dejara sobre la mesa la aprobación”, incide.
No es la primera vez que el TEA, como advierten varias expertas, está empañado y señalado por irregularidades en una convocatoria. Ya la anterior elección de un director artístico (la de Gilberto González) fue objeto de impugnación en 2018. Dos de los recurrentes hablaban de “múltiples irregularidades” y de la incompatibilidad del ganador por ser consejero de TEA hasta el 26 de octubre de 2016. Entonces, también estaba al frente de la gerencia Jerónimo Cabrera.
El museo llegó a frenar el nombramiento definitivo y el Tribunal Administrativo de Contratos Público anuló el primer proceso y aconsejó que se reanudara por la existencia de fallos. Finalmente, en 2019 el consejo de administración del TEA ratificó el nombramiento de Gilberto González como director artístico del mismo.
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