Nervios, desesperación, cabreo, mucho cabreo, y horas, muchas horas, para hacer poco más de 30 kilómetros desde cualquier punto del Valle de La Orotava a la capital tinerfeña, Santa Cruz de Tenerife.
La autopista del norte, la TF-5, está colapsada todas las mañanas en los días que son laborables, y este jueves el problema ha sido de récord: más de dos horas para hacer ese recorrido de 30 kilómetros y colas o paradas de tráfico desde la misma La Orotava, cuando lo habitual es que las retenciones se perciban a la altura de los municipios de La Matanza o El Sauzal.
Este jueves se ha reconfirmado que el problema de colas de tráfico en la TF-5 (y también en parte de la TF-1, la autopista del sur) es estructural, y quizá lo peor sea que aún las autoridades competentes (Cabildo de Tenerife y Gobierno de Canarias), pese a los años que así se lleva, no tengan soluciones con efectos bondadosos reales a corto ni a medio plazo.
Lo de este jueves en la autopista del norte volvió a ser más de lo mismo, pero solo con una diferencia relevante: un leve accidente en Los Rodeos que lo empeoró todo, ocurrido sobre las 7.00.
Ese minúsculo percance, que terminó con un turismo arrimado en el margen derecho de la vía señalada (en sentido Santa Cruz), empeoró las cosas y elevó casi de manera exponencial la duración del trayecto, que ya se ha convertido en un tramo fatídico, insoportable y casi infinito, en el que siempre aparece la lentitud, los parones, el uso exclusivo de la primera y la segunda, y el paso del tiempo sentado en el sillón del automóvil.
A día de hoy, la iniciativa de recogida de firmas en la plataforma Change.org con el eslogan Soluciones a la autopista del norte de Tenerife contabiliza más de 10.000 adhesiones, y sube como la espuma.