La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado el ataque con una piedra de grandes dimensiones que sufrió el vehículo de un guardia civil mientras realizaba su servicio en el kilómetro 46 de la Autopista del Sur (TF-1).
La AUGC ha afirmado en un comunicado que este ataque vandálico es un ejemplo de la inseguridad a la que están expuestos los agentes como consecuencia de las malas condiciones en las que tienen que realizar sus funciones.
La Asociación ha explicado que este ataque fue perpetrado el pasado sábado cuando el guardia civil prestaba servicio de control de velocidad-radar en un vehículo estacionado en una vía paralela inferior a la altura del punto kilométrico 46 de la TF-1.
El agente, adscrito al Departamento de Tráfico de la Guardia Civil en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, resultó ileso, ya que se encontraba en el asiento del copiloto en el momento en el que una o varias personas lanzaron una piedra de considerables dimensiones desde una altura de cinco metros contra el parabrisas del coche.
La AUGC ha indicado que el guardia civil realizaba su servicio solo, circunstancia que le impidió capturar a los agresores, y ha advertido de que dicho acto vandálico podría constituir un delito de atentado contra un agente de la autoridad recogido en el artículo 550 del vigente Código Penal.
Según la Asociación, “este hecho redunda en la denuncia realizada hace unos meses en Santa Cruz de Tenerife sobre las nuevas normas establecidas para que los agentes que prestan servicios de control de velocidad-radar lo realicen de manera unipersonal, medida que incluso puede afectar a su integridad física, tal y como ocurrió el pasado sábado”. Recuerda, además, que sigue vigente la situación de alerta máxima de nivel cuatro, sobre cinco, por terrorismo yihadista.
Para AUGC-Tenerife, “esta medida denota la falta de personal existente en la Guardia Civil para cumplir con todos sus cometidos, y la necesidad de aumentar la oferta de empleo público, así como de acometer una reorganización de las unidades existentes en las islas para un mayor aprovechamiento de los recursos humanos y materiales”.
Ha añadido que la obligación de que los guardias civiles tengan que prestar servicio de radar en patrullas compuestas por un solo componente “contraviene todas las normas de seguridad, lo que demuestra que el mando no está sensibilizado con la necesidad de incrementar la seguridad personal de los guardias civiles”.
La Asociación considera que dichos servicios “contradicen las más elementales normas de prevención de riesgos laborales emitida por la propia Dirección General de la Guardia Civil y hasta el propio sentido común”.