Tras el frenazo al puerto de Fonsalía vuelve a encenderse la aspiración de constructores y hoteleros de un tren al sur de Tenerife

Aparcada la idea de construir un puerto en Fonsalía (justo en medio del único santuario de cetáceos de la Unión Europea) o la de ampliar el aeropuerto de Tenerife Sur, un nuevo megaproyecto vuelve a encender el debate en la sociedad isleña: un tren al sur, una idea que no es nueva pero que renace cada cierto tiempo, cuando se atascan otras iniciativas de construcciones multimillonarias. La mecha se prendió de nuevo a finales de enero, tras presentar Ciudadanos en el Cabildo insular una moción para impulsar esta construcción como medida para mejorar la movilidad y aliviar el tráfico en la isla.

A la idea pronto le salieron duros detractores, como Sí Podemos Canarias, que recordó que aprobar el tren del sur era traspasar una de las líneas rojas establecidas con PSOE y Ciudadanos en el acuerdo de gobierno para la investidura de Pedro Martín (PSOE) como presidente insular. También en contra se han postulado los ecologistas de Ben Magec, que catalogan la iniciativa directamente como un “disparate”.

En la otra cara de la moneda, los partidos Coalición Canaria, PP y Ciudadanos afirman que el tren es un impulso a las comunicaciones isleñas. También lo apoyan la Federación de Constructores de la isla (Fepeco) y la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), que aplauden el anuncio de una nueva obra que costará miles de millones de euros. Ambas entidades eran también las principales defensoras del puerto de Fonsalía y la ampliación del aeropuerto.

En el centro, el Partido Socialista, con Pedro Martín al frente de la institución insular. El presidente tinerfeño, cuyo partido apoya las obras, no les ha dado ahora el respaldo que siempre ha mostrado, especialmente en su etapa como alcalde de Guía de Isora. En el pleno insular en el que se debatió la moción, sin embargo, el partido aseguró que no era el momento para hacer frente a este macroproyecto por su altísimo coste (unos 2.500 millones de euros) y cuando se está saliendo de una crisis económica y sanitaria provocada por la COVID-19.

El tren del sur, cronología de un debate

El debate llegó en esta ocasión al Cabildo de Tenerife de la mano de Enrique Arriaga (Cs), vicepresidente insular y consejero de Carreteras. El grupo Sí Podemos recordó al PSOE que apoyar esa propuesta era traspasar una de las líneas rojas del pacto de investidura.

En el pleno celebrado en el Cabildo, el rechazo de Sí Podemos y la falta de apoyo del PSOE acabaron por llevar a Arriaga a retirar la moción sin que llegara a votarse, pero esa decisión desató la polémica entre los diferentes partidos presentes, que acusaron a los socialistas de estar controlados por Sí Podemos.

Por un lado, el Partido Popular calificó de “espectáculo circense” el debate sobre el tren, criticando la “debilidad” de Pedro Martín ante la “amenaza de Podemos, el otro socio del gobierno del Cabildo, de abandonar el pacto si esa moción salía adelante”.

María José Belda, consejera de Sí Podemos, señaló antes del pleno que el “macroproyecto ultradesarrollista” implica “destruir nuestro frágil territorio, con kilómetros de expropiaciones, obras y molestias durante años, sin apostar previamente por mejorar el servicio de guaguas y otras medidas no invasivas”. El partido insiste en que hay otras alternativas, como la construcción del carriles Bus/Vao y fomentar el transporte público.

Las críticas se agolparon y Pedro Martín tuvo que salir a explicar su decisión, argumentando que el presupuesto de la obra era “un dineral”, que significaría una inversión de al menos 2.500 millones de euros. Además, advirtió de que no se impulsaría el proyecto, que tantas veces apoyó el partido, en este mandato, tal y como se acordó con Sí Podemos en el pacto de gobernabilidad.

Ante aquellas declaraciones y la tajante postura de Pedro Martín, los constructores criticaron el rechazo del proyecto y desempolvaron el pleito insular. El presidente de Fepeco, Óscar Izquierdo, advertía en un comunicado de que “parece que hay algún interés en hundir a Tenerife, convirtiéndola en la séptima isla menor del archipiélago, con el apoyo implícito, traicionero y cierto, del grupo de gobierno y aliados en el Cabildo, que funcionan tal cual quinta columna”.

A esa postura se unieron los representantes del grupo de Coalición Canaria, que anunciaron a principios de febrero que presentarían una moción en el siguiente pleno para captar fondos nacionales y europeos para financiar el tren del sur. El portavoz nacionalista, Carlos Alonso, señalaba en una nota que “es necesario que el Gobierno de España incluya la línea del tren del sur en la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG) y que forme parte de la estrategia indicativa del desarrollo, mantenimiento y renovación de la infraestructura ferroviaria”.

También el Partido Popular anunció una moción en el Cabildo de Tenerife para manifestar el apoyo al proyecto del tren del sur, así como iniciar un proceso de diálogo para establecer una hoja de ruta del transporte guiado en la Isla.

Ante las iniciativas de Coalición Canaria y el Partido Popular para llevar el debate del tren del sur al pleno, Martín tuvo que volver a aclarar que la obra “no es una prioridad”, además, defendió el pacto de gobernabilidad suscrito con Sí Podemos, para quien la inversión es un “disparate”. “Calculando que se vendieran 18 millones de trayectos anuales al mismo precio que el del tranvía -en este medio se realizaron el año pasado 12,5 millones-, la inversión tardaría en recuperarse 30 años”, apuntaron los miembros del partido.

No quedó ahí el asunto. El Grupo Parlamentario Ciudadanos (GPCs) registró en el Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley (PNL) para el impulso de una red ferroviaria en Gran Canaria y Tenerife, con el objetivo de conformar una “alternativa real al transporte por carretera” en ambas islas.

Mientras tanto, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres (PSOE), apuntó que el tren del sur de Tenerife es una “infraestructura necesaria” para hacer frente a la “saturación” de tráfico que hay en la isla y con un territorio “reducido”. No obstante, en sus declaraciones dejó claro que respeta la “autonomía” del Cabildo.

La Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, Ashotel, también respaldó la iniciativa del tren del sur y advirtió de que Tenerife “puede perder otra década” si no se actúa ya en infraestructuras que alivien los colapsos diarios del transporte por carretera. También la Federación de Empresas del Metal y Nuevas Tecnologías (Femete) de Tenerife dio su sí “rotundo” a que haya un tren al sur de la isla porque, según ellos, es una infraestructura “estratégica” para el desarrollo insular por los “múltiples” beneficios y economías que generaría.

“Destrozo” medioambiental y “disparate” económico

En contraposición, el alcalde de Arona, José Julián Mena, criticó el proyecto argumentando que “frente al desarrollo del tren, la prioridad para el municipio y la comarca Sur debe ser el del hospital público, que tiene que ser completado para mejorar las condiciones de vida de los vecinos”. En su opinión, la verdadera necesidad de esa parte de la isla es un hospital público con todos los servicios.

Ben Magec-Ecologistas en Acción considera que el tren como solución al colapso de vehículos en las carreteras de la isla es un “disparate” económico y un “destrozo” medioambiental. Indicaban en un comunicado que no solo ocupará espacio con la vía ferroviaria de 80 kilómetros proyectada, sino que además “devorará” territorio para construir todo el entramado de infraestructuras necesarias para conectar las siete paradas con los núcleos poblacionales de su recorrido.

Tampoco el viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático y Transición Ecológica, Miguel Ángel Pérez, ve prioritario el proyecto, pero no por considerarlo dañino para el medio, sino por la gran inversión económica que supone. “Es necesario parar un poco y desarrollar otros planes”, dijo. “Ni los coches ni los trenes son derechos, lo que es un derecho es movernos”, continuó Pérez, que cree que Canarias debe apostar “por movilidades alternativas” como las guaguas.

Por suerte para unos y por desgracia para otros, el tren del sur entra en la lista de macroproyectos aparcados en Tenerife... por ahora.