La Policía asegura que encontró al acusado del doble crimen machista de Adeje con una “actitud fría y distante” tras los hechos

El ciudadano alemán Thomas H., acusado de haber asesinado a su mujer y a su hijo mayor en una cueva de Adeje (Tenerife) en abril de 2019, a su llegada al juicio contra él que ha comenzado este martes en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife

Europa Press

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Thomas Handrick, el ciudadano alemán acusado del doble crimen machista de su esposa y su hijo mayor en una cueva en Adeje, estaba “muy tranquilo” una vez sucedieron los hechos y tenía una actitud “fría y distante” en los distintos interrogatorios que mantuvo con la Policía Local y la Guardia Civil.

Así lo han expuesto varios agentes en la tercera sesión del juicio en el que la Fiscalía pide 51 años y prisión permanente revisable e incluso, un subteniente de la Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife ha descartado que presentara algún “desequilibrio psicológico” evidente.

Ha dicho que “nunca” preguntó por Jonas, el hijo menor que sobrevivió al ataque, ni por su mujer ni por el hijo mayor, y tampoco reaccionó cuando le comunicaron que habían sido asesinados y era investigado por un delito de homicidio. “No decía nada”, ha señalado.

Ha apuntado que no era un deportista ocasional pues tenía “espalda, piernas y brazos de quien trabaja con cierta intensidad la musculatura”, y de hecho, en uno de los registros en su vivienda se encontró una gran cantidad de productos de culturismo junto a muchos medicamentos. “No era lógico”, ha apuntado.

El subteniente ha indicado que nunca se encontraron los supuestos regalos y huevos de pascua, ni los dos teléfonos de su mujer, pero sí una caja fuerte --semiescondida en un cuarto bajo la escalera-- que posteriormente fue robada y de la que se sustrajeron unos 160.000 euros.

En esa línea, ha afirmado que a la Guardia Civil le consta que desde octubre hasta abril sacaba periódicamente unos 600 euros hasta sumar algo más de 40.000 euros en metálico.

Ha dicho también, al igual que el cabo, que los cadáveres de Silvia y Jakob tenían el rostro “desfigurado” y era “imposible” identificarlos, hasta el punto de que se tuvo que hacer un análisis de ADN.

Además, junto a ellos había piedras de grandes dimensiones y restos de sangre.

Más pendiente de la medicación que de la familia

A todos los investigadores les ha sorprendido que Handrick estuviera más pendiente de la medicación que del paradero de su familia y también que en la comisaría de la Policía Local se descalzara y se tumbara en un banco aquejado de dolores de espalda.

“Estaba tranquilo, pensé que estaba bajo los efectos de un medicamento, tartamudeaba, pero a medida que pasaba el tiempo se quejaba de dolor de espalda y se acostó en el banco”, ha relatado un agente de la Policía Local, que ha apuntado también que Jonas, el hijo menor, se puso “nervioso” ante la posibilidad de que fuera entregado a su padre.

Entre los agentes empezaron las dudas al observar que Thomas presentaba arañazos y heridas en la cara pero no tenía afectadas las piernas ni las rodillas, cuando refería que se había caído y por eso había vuelto a su casa.

El cabo de la Guardia Civil ha comentado que el sendero iniciado por la familia “es muy empinado, duro”, no para ir con niños, y de hecho, en el último tramo, cerca de la cueva, ni siquiera llegan los coches.

“La cueva la tenía que conocer sí o sí”

“La cueva la tenía que conocer sí o sí, hay que ir expresamente, no está el acceso visual, ni las ves de ninguna pista, tienes que ir si la conoces”, ha señalado.

Dos médicos que atendieron a Thomas en un centro médico privado de Adeje han certificado que tenía un tratamiento indefinido, pautado desde Alemania, para combatir los dolores musculares y la depresión, entre ellos morfina en gotas y otro para incrementar la tasa de testosterona.

Uno de los médicos ha recordado que le dijo que “sufría” por no ver a sus hijos pero ni él ni su compañera certificaron que la medicación le cambiara el carácter, de hecho, el acusado confesaba estar “tranquilo” y “bien controlado” gracias a la medicación.

Otro médico, que le atendió en el servicio de Urgencias de Los Cristianos cuando ya estaba detenido, ha recordado que presentaba una crisis de ansiedad y pidió una medicación que no tenían en las dependencias y se le administró un valium.

En el juicio también se ha reproducido la declaración que hizo ante los psicólogos en 2019 el hijo pequeño Jonas una vez fue admitida como prueba --no se ha podido escuchar por problemas técnicos--.

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